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Iglesia Católica alza la mano para exigir mejores gobernantes

No se sabe si los recientes ataques que ha recibido la Iglesia Católica contra sus sacerdotes ha sido el motivo por el cual, de nueva cuenta, este poder tras bambalinas se ha lanzado para criticar desde los púlpitos o a través de los jerarcas cuando se entrevistan con los representantes de los medios de comunicación, los pésimos resultados que se han tenido en contra del pueblo mexicano.

Este inicio de semana, quien fuera la mano derecha de obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, Samuel Ruiz García, y quien lo supliera tras la partida de este plano terrenal, habló fuerte contra el gobierno de la Cuarta Transformación.

Felipe Arizmendi Esquivel, obispo Emérito también del municipio coleto, hizo fuertes declaraciones contra el gobierno federal y acusó que a los 126 millones de mexicanos ha defraudado con su política de la esperanza.

Señala que la pobreza no ha disminuido, la violencia y la inseguridad han aumentado. Está claro que en ello no se equivoca, pues hace apenas unos días las cifras oficiales de la propia Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana confirmó que a esta administración no le ha alcanzado el tiempo para combatir las causas de la erupción, pues ya es la más violenta de las últimas dos décadas.

Y eso que al gobierno del presidente Andrés López Obrador le faltan un poco más de 540 días para que concluya su mandato. Si se le echa una rápida suma, calculando que por cada día se registran entre 80 y 100 asesinatos dolosos, como una cifra promedio, sin contar los picos cuando la violencia se desata hasta llegar a 200 o un poco más, se estaría contabilizando más de 54 mil decesos bajo esta condición.

Si a ello se refiere el prelado, claro que tiene razón y si toma en cuenta que en esta gestión la pobreza alcanzó a más de 4 millones de mexicanos más, de acuerdo con las cifras oficiales del Inegi, púes sí que se está en una delicada situación.

Bajo esta premisa, los gobiernos de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto se fueron lisos en el sentido de que combatieron, con todas sus reservas, de forma eficaz, la irrupción de la delincuencia organizada.

Lo que está a discusión, fuera del contexto de la violencia es que miles de mexicanos que reciben los apoyos sociales no podrían opinar lo mismo, pues para la mayoría de ellos, que no trabajan, que les regalen paga, es más que bondadoso que un gobernante se preocupe, con su mirada política-social, para apoyar a este tipo de personas.

Por ello las encuestas lo siguen considerando como un buen gobernante. Sin embargo, hay una cantidad doble o casi triple que no tiene las “regalías” del gobierno y justo este segmento es el que sufre cada día, en carne propia, los embates de la inseguridad a la que se refiere el jerarca católico.

El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel asegura que la Cuarta Transformación ha defraudado al pueblo de México. Insistimos, tiene mucha razón, pero algo pasa que esta desaprobación no coincide cuando los mexicanos acuden a las urnas a votar por Morena.

En este sentido, los especialistas justifican que hasta ahora y hasta las elecciones de 2024, la gente seguirá brindando confianza con su voto al presidente Andrés Manuel, quien a pesar de que no estará en las boletas, su cotidiana campaña mediática, despotricando contra sus adversarios, es suficiente para ir “moldeando conciencias” camino a las urnas. Para eso se para todos los días en las mañaneras, su máxima tribuna, para defender sus acciones y atacar a los conservadores que no piensan igual que él. Un logro que ha conquistado, sin despeinarse, como dicen en el argot popular.

La postura del obispo responde a la posición nacional que tiene el Episcopado Mexicano, en el sentido que los políticos y funcionarios de la Cuarta Transformación se llenan la boca de que todo está bien, que no pasa nada en México. Qué vengan a vivir con nuestros pueblos y comprueben que no hay seguridad y tanto es que la gente ha tenido que emigrar a otros lados, incluso al extranjero, dice en un texto que leyó a los medios el obispo.

Y la petición del jerarca católico fue más allá al sugerirle a la ciudadanía que a la hora de elegir a los gobernantes no “se dejen comprar y engañar con dinero, que no les mientan con los discursos de siempre.

Si este mensaje se replica desde los púlpitos de todo el país, no quisiéramos pensar que el enfrentamiento de poderes estará más que sonoro, peligroso, camino a los comicios venideros. Ya 11 meses, cuando asesinaron a los dos jesuitas en el norte del país, las malas relaciones entre Iglesia y Estado se hicieron presentes.

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