El desplante de Álvarez Máynez

Jorge Máynez, el candidato presidencial por Movimiento Ciudadano, quien, por posición mediática, desprecia el apellido de su señor padre (Álvarez), llegó de incógnito a Chiapas. Algunos integrantes de la prensa local tuvieron que olfatear que estaría en dos universidades privadas ubicadas en la capital chiapaneca para ir a su encuentro, pero no contaba que el hombre de la “sonrisa Colgate” se negaría a dar sus puntos de vista sobre la situación que impera en la entidad.

Con monosílabos, sin detenerse a contestar, el senador que fue catapultado a la presidencia de la República de última hora por Dante Delgado, dueño de MC, no sólo le faltó el respeto a la plantilla de hombres y mujeres que lucharon por colarse a los dos eventos que sostuvo con los jóvenes universitarios, y a los que prácticamente no “peló”, sino que sacó el cobre de ser un político que la “fama” lo ha desubicado de la realidad.

Que sea el candidato presidencial no le da derecho a tratar con la punta del pie a la prensa chiapaneca, cuyo único delito fue buscarlo para sacarle sus expresiones sobre el acontecer político que priva en la entidad.

De todos es conocido que al señor Álvarez no lo veremos en las comunidades indígenas buscando el voto ciudadano, simplemente porque su estrategia no está en este sector. Sueña con ganar y gobernar sólo para la clase media y para los habitantes cuyo nivel de vida sea, creemos, parecido al que se vive en la zona urbana de Monterrey, por ejemplo. 

El desdén del “joven” “Álvarez” no tiene razón de ser ni justificación alguna, pues luego le da por reprochar que no le cubren sus eventos como a las dos candidatas de las coaliciones que agrupan los partidos PAN, PRI y PRD, del frente Xóchitl Gálvez, y Morena y sus aliados PVEM y PT, con Claudia Sheinbaum.

En ambas instituciones, en la EBC y en la Escuela de Derecho, Álvarez conversó con los estudiantes, pero a la hora de concluir sus intervenciones, los periodistas intentaron entrevistarlo, pero su altivez no permitió que fijara posturas.

Está claro que le iban a cuestionar por qué no realiza eventos con los sectores más desprotegidos; al candidato de MC no se le escuchó refrendar sus dichos de que en Chiapas su partido tenía arrastre. Tampoco se le pudo consultar qué opinión le merece los retenes que se instalan en algunas zonas de la entidad.

Pero, además, el confort que registra de los aeropuertos de las entidades a las universidades, no significa que tenga un voto cautivo como para que tenga la certeza de que ganará la elección. Sólo en una mente perversa se le ocurre repetir que está por arriba en la percepción generalizada de la ciudadanía, por arriba de Xóchitl Gálvez.

El candidato de los zapatos naranja no se atrevió a responder por qué no acepta declinar por la candidata opositora si el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno Cárdenas, aceptó su propuesta de dejar la candidatura al Senado, propuesto por la coalición Fuerza y Corazón por México.

Las bravuconadas del emecista reflejan que sus paseos por el país son el mejor regalo que le pudo pasar en esta vida, ser conocido por su país, aunque nadie lo pele al final de la contienda. La política tiene su chiste y ésta, sobre todo cuando se anda rogando por el voto, no tiene razón de ser para comportarse como un patán.

A Álvarez no le costaba nada atender a los medios de comunicación. Si lo hubiese hecho, seguramente tendría por lo menos, como dice Catón, cuatro seguidores más y eso es mucho pedir.

Habría que aclarar, por si lo anterior no fuera suficiente, que su equipo de seguridad hizo muy bien su trabajo para sacar a empujones a varios colegas. Así no son las cosas, señor Álvarez, todos merecemos respeto y si en sus diversos eventos entre estudiantes ha priorizado por combatir la violencia, desde su bunker no puede permitir que se repitan estos escenarios.

La función de los cuerpos de seguridad fue hostil, intimidatorio. Ojalá que haga una retrospectiva de que su presencia en Tuxtla Gutiérrez fue más negativa que positiva, y eso, para un candidato presidencial que asegura estar en segundo lugar en las preferencias, no le viene muy bien.

Última hora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *