La apuesta a brindar seguridad a Chiapas va en serio. El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar está empeñado en que las carreteras de Chiapas sean seguras, que ya no se tenga el temor de transitar por el estado en automóvil con el riesgo de ser asaltado.
Es importante resaltar el repunte de la política de enfrentar a la delincuencia que prácticamente se había adueñado de Chiapas en el sexenio pasado porque éste había callado, había aletargado, estaba dormido, sin la decisión férrea de la autoridad local porque, habría que decirlo, esa era la instrucción desde el poder Ejecutivo federal.
La política de “Abrazos, no balazos”, de cierta forma tenía atadas las manos a los gobernantes de los partidos Morena y sus aliados y de paso, afectaba a los que gobierna la oposición, porque no tenían el respaldo de las fuerzas armadas para enfrentar a los grupos civiles armados.
Hoy el panorama es distinto, las acciones tienen sentido, presencia y resultados policiacos en su lucha contra la delincuencia. Chiapas, efectivamente, estaba en estado somnoliento, entumido en lo que debería haber sido su tarea principal de garantizar seguridad.
Aunque parecería intrascendente, hoy hay que decirlo con claridad, las personas que se apostaban en las esquinas de las colonias populares para vender sin ningún pudor sus dosis de droga a los jóvenes, acción que atestiguaba la ciudadanía, han desaparecido ante el temor de ser detenidos por la policía, sí, aquella que hasta antes del 8 de diciembre hasta tenía el descaro de “convivir” con quienes se dedican a esta actividad ilícita.
Decimos que no es poca cosa esto que ha anunciado el gobernador de que “no hay lugar para el miedo, por eso vamos a aplicar la ley”. El anuncio y ejecución de cambiar los mandos directivos en la Secretaría de Seguridad y de la Fiscalía General del Estado merece todo el respecto ciudadano que está viendo que las cosas empiezan a cambiar, por lo menos en actitud, y eso es un buen comienzo.
El que también haya dirigido su política a vigilar las carreteras de Chiapas para salvaguardar la seguridad de la población que tenía miedo salir de sus casas para visitar a la familia, para ir a pasear, es gratificante. Además, es necesario que México regrese a Chiapas, que el turismo tenga conocimiento que su integridad física está a salvo.
Hace una semana el gobernador Ramírez Aguilar dio a conocer justo en la zona donde la delincuencia organizada se había apoderado de sus actividades ilícitas, sin que tuviera a nadie que le hiciera frente, la campaña del Chiapas seguro que quiere aplicar con éxito.
Desde el Crucero de Ocozocoautla, escenario de mil batallas entre los grupos civiles en pugna, el mandatario dijo que habrá patrullajes permanentes en todos los tramos carreteros. “Tomé protesta el 8 de diciembre y dije que aquí no hay lugar para el miedo, por eso vamos a aplicar la ley, y el delito de asalto a carreteras es un delito del fuero común. No vamos a permitir que violenten la integridad de las familias, o que se lleven sus vehículos, un patrimonio que compran con tanto esfuerzo”.
El mensaje es claro y contundente. El propio jefe del Ejecutivo ha sido preciso al señalar que, si no hay resultados, el único culpable será él, aunque en este proceso, como debe ser, se le den las gracias a los que hoy encabezan las tareas de brindar seguridad como lo son Jorge Luis Llaven Abraca, Fiscal General del Estado, y Óscar Alberto Aparicio Avendaño, secretario de Seguridad del Pueblo.
Si se cumple la instrucción, cada 15 kilómetros debe haber un cuerpo policiaco que brinde seguridad a los automovilistas que transitan por las vías de comunicación del estado. Un esfuerzo muy bien pensado.
Lo único que debe tener muy en cuenta el mandatario estatal es que la mala reputación que se ha tenido de la policía de que algunos forman parte de los grupos delincuenciales es que estos elementos que formar parte de las células cancerígenas se combatan, se destierren, en el buen sentido de la palabra.
La creación de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal, en coordinación de los elementos del Ejército Mexicano, la Marina y la Guardia Nacional tiene que dar resultados concretos y valiosos, para hacer de Chiapas, como lo aspira el gobernante, el tramo carretero más seguro”.
Lo importante también es que se denuncie, que la población ayude, colabore si tiene conocimiento de acciones fuera de la ley. El viernes se dio a conocer la detención de tres personas, integrantes de una célula delincuencial en Jiquipilas. Una llamada anónima ayudó a la policía. Si cooperamos, estamos seguros que la tranquilidad y la paz poco a poco irá retornando a nuestro Chiapas querido. Esa es la apuesta, ojalá todos pongamos nuestro granito de arena, pues este es el anhelo más grande con el que soñamos todos los días.