Contra la
pirotecnia

Marco Alvarado/ Diario de Chiapas
El operativo en Tuxtla Gutiérrez contra la venta de pirotecnia será de carácter disuasivo, de acuerdo con lo instruido a los policías municipales.
Para los operativos de diciembre, el propósito es prevenir y disuadir más que aplicar sanciones o multas, con la idea de generar conciencia entre la población de que al no comprar estos productos están ayudando a evitar accidentes que pueden ser fatales entre los menores, informó el director de la Policía Municipal, Abel Perdomo.
Anteponiendo que la colaboración de los habitantes es fundamental para cambiar la cultura en cuanto al uso de pirotecnia en las celebraciones, las autoridades de la capital del estado apuestan por una disminución en los accidentes de quemaduras por pólvora.
Después de las quemaduras por objetos o líquidos calientes la pirotecnia es el segundo factor de quemadura en México, ya que la costumbre es que los menores jueguen con la pólvora, en sus diversas presentaciones, aunque esto represente un riesgo de explosión y hasta la amputación de alguna de sus extremidades.
Esas luces de bengala, ‘brujitas’ y ‘ratoncitos’ que no son juguetes, aunque se les permita usarlos así, deben ser usados por los adultos, y no dejados en las manos de los niños, porque hemos visto casos de menores a quienes les explotan en la bolsa del pantalón o entre las manos.
En algunos casos, basta con la atención en un hospital local, pero otros, donde las quemaduras corresponden a más del 40 por ciento del cuerpo o están en partes blandas, es necesario llevar a los pequeños fuera del estado para que reciban una atención especializada. Y es aquí donde entra la ayuda de la fundación para niños y niñas quemados Michou y Mau.
En caso de un accidente de esta naturaleza, puede ser reportado al Quematel, 018000808182, para valorar la gravedad de lo ocurrido.
Al respecto, la directora General del DIF de Tuxtla Gutiérrez, María Isabel Zuart Kerlegand, comentó que la dependencia a su cargo ha registrado que se llega a elevar hasta eleva hasta en un 300 por ciento el número de niños quemados en la entidad, durante la temporada que abarca desde el docenario de la Virgen de Guadalupe hasta la celebración del Día de Reyes.