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Polémica y poco entendida La Reforma Electoral

Marco Alvarado/ Diario de Chiapas
Resultó polémica desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador la insinuó, y de hecho su contenido y pretensión incluso provocó una megamarcha en el país, pero hasta este 6 de diciembre se sabrá si es posible que México tenga una nueva Reforma Electoral.
Un tema que la mayoría de la población apenas conoce, de hecho, es la propuesta de eliminar las diputaciones plurinominales lo que más interés ha generado, porque los habitantes tienen una mala percepción acerca de estos espacios de representación, como consecuencia de las prácticas partidistas que por años las han utilizado como prebendas.
Sin embargo, en el caso de los espacios de representación proporcional o plurinominales tienen más una carga de prejuicios que de una comprensión realista.
Es falso que no representen a los ciudadanos, ya que su elección depende de que obtengan una votación popular suficiente, al igual que los diputados elegidos por otras vías, además, el método de representación proporcional es tanto o más democrático como el método de mayoría. Tan es así, que la mayor parte de los países de Europa, así como de los países de América Latina, se rige por el sistema electoral proporcional.
Algo que la población desconoce, es que el sistema proporcional busca representar equitativamente a las diversas opciones políticas que conviven en la sociedad. Así, la mayoría y las minorías quedan representadas en el Legislativo según su peso electoral.
Otra intención de esta reforma es que el Instituto Nacional Electoral (INE) organice ahora consultas y se convierta en el INEC, el cual no solo se encargaría de preparar los comicios a nivel federal, sino a nivel local; además, disminuiría el número de consejeros y la forma en que serían elegidos, también, le quitaría tiempos en radio y televisión.
La iniciativa señala que se conformaría el INEC con siete y no por 11 consejeros como actualmente tiene el INE. Además, los consejeros serían elegidos por el voto directo de los ciudadanos, pues con ello la propuesta asegura que este órgano electoral junto con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no serán integrados por cuotas partidistas.
Además de pretender reducir las diputaciones federales de 500 a 300, y las senadurías de 128 a 96, la Reforma Electoral de López Obrador, que será discutida y votada este 6 de diciembre, también plantea limitar el financiamiento público a los partidos políticos solo para campañas electorales, algo que la población respalda en su totalidad, elimina los órganos electorales locales y prevé implementar el voto electrónico.
No obstante, especialistas en materia electoral opinan que estos cambios amenazan la independencia del sistema y, con ello, la transición del autoritarismo a la democracia multipartidista, algo en lo que coinciden los partidos de oposición.
Por ejemplo, la senadora panista, Kenia López Rabadán, afirmó que esta reforma no abona a la vida democrática de México, y su intención no es mejorar al árbitro electoral, sino controlarlo.
También advierte de que el partido en el poder quiere sobrerrepresentación en el Legislativo, quitando los lugares a la oposición, que ya anunció un bloque en contra de esta iniciativa, que no es de prioridad para el país, ya que la economía está en crisis; la violencia está desbordada y las desapariciones han llegado a sus más altos niveles.
La polémica está servida, este 6 de diciembre se verá si Morena acciona su aplanadora y entrega al ejecutivo uno de los cambios constitucionales más cuestionados de las últimas décadas.

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