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Violencia física en la detención de mujeres en Tuxtla Gutiérrez

Francisco Mendoza/Diario de Chiapas
A pesar de que mucho se ha pregonado por parte de las autoridades de seguridad de los tres niveles de gobierno que la protección a la mujer es prioridad y hasta la forma de poner orden debe ser distinta al no violentar sus derechos humanos, pareciera que esta situación no ocurre, siendo sólo palabrerías.
Eugenia de los Ángeles Megchun Herrera, abogada de profesión fue víctima de la policía municipal de Tuxtla Gutiérrez el pasado 22 de abril, cerca de las 20 horas en la avenida Cupapé #143 del fraccionamiento La Ilusión.
La afectada llegó al domicilio de unas personas que le deben el pago de sus honorarios; por lo que de manera pacífica y tratando de llegar a un arreglo armonioso de este asunto familiar que los lleva en el juzgado 5º de la familiar del distrito judicial se acercó para poder hablar con ellos en su casa, sin embargo, la respuesta fue que Mauricio Roberto Avendaño Solís (deudor), fue de llamar a la policía municipal.
Desde la llegada de la unidad PC – 623 de la policía municipal varonil, los uniformados llegaron prepotentes exigiendo la retirada de la abogada, con el argumento de que estaba haciendo escándalo en vía pública, situación que comenta la afectada fue mentira y no fue corroborado por los policías municipales, uno de ellos de nombre Humberto Hernández Sánchez.
Minutos más tarde los uniformados llamaron a la unidad PCC – 143 Violencia de Género; comandada por Lucerito de Jesús Castellanos Utrilla, quien ordenó el arresto de Megchun Herrera sin indagar lo que había acontecido, solo dejándose llevar por la denuncia de Mauricio Avendaño.
“Tratan de esposarme y no pueden y llega un tercer elemento mujer y lo que hace es aventarme un puñetazo en el pómulo derecho, de ahí se acerca un varón de la policía municipal y les ayuda a que me esposen; como no podían solo logran trabar una muñeca, llega un segundo elemento de la municipal y les ayuda y es cuando ellos logran esposarme de la manera más apretada que pudieron”.
La ofendida cuenta que al subirla a la camioneta le jalaron los cabellos arrancándole un mechón, además de que la oficial Citlalli Berenice Cruz monta a la abogada dejándola sin respirar por la crisis nerviosa y de ansiedad en la que entra por el arresto.
“Cuando Lucerito ve que realmente estoy mal y como va al mando y le ordena que se baje de mí, ella desobedece, al contrario todavía se atreve a taparme la nariz con sus manos, lógicamente que me estaba dejando sin respiración, y yo ya la veo como una delincuente que está tratando de matarme, por lo cual se pudo haber dado un homicidio y a ellos no les importa; ante ello Lucerito le ordena de una forma más fuerte que se baje de mí y braveando como chamaquita se baja y Lucerito me dice que me puedo sentar para que me recupere porque ahí si le comienza a preocupar mi estado de salud”.
Además, en el trayecto al módulo de “La Popular”, “como ya es costumbre de la policía municipal, me roba mi dinero; al ingresarme lo único legal que hicieron fue proporcionarme la llamada para que alguien llegara por mí, cosa que no acepté porque de acuerdo a las cosas cómo se dieron y porque soy abogada, yo misma me iba a representar para defenderme con el juez en turno, quien por más que le hablé nunca se acercó para hablar conmigo”.
“Ante todo lo que he hecho, que hice mi denuncia en la Fiscalía de combate a la corrupción, puse mi queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el jueves 27 de abril acudí al departamento ‘supuestamente’ jurídico para hacer mi denuncia contra los elementos de dicha corporación, sin embargo, me pasan a un departamento que dice control interno, me recepciona un licenciado de nombre Jonathan Clemente Castillos, quienes no son muy buenos para tender y aceptan receptar la denuncia”.
Mientras hacía esta denuncia, el abogado que estaba a un lado de Jonathan Clemente, y que trabaja también en el departamento de Control Interno de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, de nombre José Antonio Gómez Gómez, es el esposo o pareja de Lucerito de Jesús Castellanos; “por lo que le dije (a José Antonio Gómez), que si obstruye la investigación también me iría contra él como funcionario público”.

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