Debates presidenciales: El decir “Yo voy a dar” marcó la diferencia

Debates presidenciales: El decir “Yo voy a dar” marcó la diferencia.

Por la Conciencia

Roger Heli Díaz Guillén.

El pasado domingo 19 de mayo fuimos testigos visuales a distancia del tercero y último debate en la carrera por la presidencia de la república, de donde se destaca que en artículo titulado “2do debate presidencial: Que ganamos y captamos los mexicanos” publicado en días pasadosse hiso observación en cuanto a que “ningún candidato abonó tiempo y discurso para llamar al orden y objetivo del debate por respeto al pueblo; nadie se detuvo para hacer un llamado al respeto mutuo que es condición para dialogar y disentir sobre un tema de forma madura y profesional”, evitando denuncias personales y agresiones verbales que resulta ofensivo al pueblo por qué esos espacios son para informar y debatir ideas, no para atentar entre candidatos a la honorabilidad y denuncias ligeras o de momentos que no existen como denuncias formales como narco partido; siendo importante resaltar en este último debate la actitud asumida por la candidata de morena y partidos aliados de utilizar tiempo al inicio del debate para precisamente solicitar no atender temas personales, invocando al orden y objeto del debate, evitando agresiones, en alusión a la candidata del PRI, PAN y PRD cuya conducta de beligerancia la mantuvo hasta el final, haciendo uso de pancartas.

Partiendo de la perspectiva del deber ser que estable el INE como formato de debates y las reglas básicas acordadas, INE/CG541/2023, se establecen insumos básicos como el proyecto de gobierno y los diversos programas y proyectos que se consideren destacar de cada uno de las candidatas y candidato en un orden temático, precisando el INE que “se deberá implementar un mecanismo de regionalización en el que en cada debate, se contemple la inclusión de temas y problemáticas características de las distintas regiones del país…”; que en los debates nacionales en tres segmentos nunca aconteció o se abordó en esta recomendación y perspectiva. Es decir, ningún aspirante planteó contexto alguno que justifique las ideas expuestas. Nadie expuso en que basa sus saberes de las necesidades estructurales de los mexicanos en su integración y composición multicultural. En este orden de ideas, un tema sustantivo es el haber escuchado que el bienestar social se resuelve con el quien ofrece más becas en todos los niveles; servicios públicos; camiones para trasladar enfermos; apoyos económicos en bancos y tarjetas; reducir la edad para recibir apoyos de la tercera edad, válgase la redundancia; todo para las mujeres; entre otros no menos interesantes; aunque nunca se habló o abordó de la reformas necesarias a la constitución que responda a la realidad de la vida pública; mucho menos se habló de programas y estrategias para atender el cambio climático y el calentamiento global; ningún aspirante abordo el tema del mundo rural agrario; de la nueva escuela mexicana NEM o proyecto educativo alterno, más que mejorar salarios; nadie expuso nada sobre el tema toral de reconocimiento de derechos colectivos de los pueblos indígenas  y afro mexicanos para ser reconocidos como sujetos de derecho público y; no se tocó el tema de los patrimonios culturales de estos pueblos tutelados por la ley y olvidados por la administración pública; del impulso a la investigación y las ciencias; entre otros temas.

La cultura democrática electoral mexicana continua en el imaginario de la continuidad de la apatía, ignorancia y despreocupación del mexicano de la política y vida pública; dejando de observar que existe una población significativa más informada y preocupada socialmente que vio un escenario donde la disyuntiva radicó en el que candidata o candidato ofrece más a los ciudadanos para motivar el voto, como si el contexto y el saber político social no fuera necesario en este objetivo político; donde el comparativo de lo bueno y lo malo; la guerra o la paz; regresar al pasado o avanzar; son las banderas ideologías que buscan e invitan a la comparación de lo evidente o aparente para determinar el voto; sin información objetiva de los que proponen que puede estar o no fundada, porque nunca vimos proyecto en documento que sustente lo que expusieron en tres debates, basado en la investigación y diagnósticos.

La directriz del discurso político en los debates radicó en el apartado de “ofertas” de gobierno delimitados en el bienestar social, de lo que como gobierno le toca o se compromete a dar; omitiendo atender la parte del que nos toca hacer juntos pueblo y gobierno y; que debemos mejorar y fortalecer. En qué parte de la vida pública corresponde la intervención social comunitaria. Como atendemos el desarrollo comunitario sostenible, integral e incluyente basado en el desarrollo humano, la organización y la gestión.

Una conclusión a lo antes expuestos puede traducirse en una recomendación ciudadana, en cuanto a la necesidad de mejorar el formato de los debates basados en la obligación de formación y conocimiento de la geopolítica nacional y regional de los aspirantes, centrando temáticas básicas no sujetas a las preguntas ciudadanas como la identificación libre de los aspirantes de priorizar los sector social que se proponen como gobierno atender, lo cual marcará un diferencia inicial sustantiva de los proyectos y personajes contendientes; así como los temas de derechos humanos y colectivos; medio ambiente; educación; soberanía y seguridad alimentaria; reformas y derecho nacional, que son de interés convergente ciudadano del siglo XXI.Z El tema de fondo radica en el interés de mejorar los debates mediante su profesionalización estableciendo dos segmentos o dos tiempos en cada debate. Uno sobre preguntas ciudadanas y respuestas y argumentos de candidatos en tiempos específicos en orden temático como se viene realizando y; un segundo que podríamos denominar “científico social y contextual” donde se atiendan temas y problemáticas características de las distintas regiones del país como lo recomienda el INE y; se expongan los argumentos y contextos en que basan lo que ellos identifican como necesidades y realidades que hay que atender como gobierno y como sociedad.

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