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Edgardo Bermejo Mora

En esta segunda entrega dedicada a la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible (Mondiacult 2022), reviso algunos de los planteamientos que los países de América Latina y el Caribe la quisieran ver reflejados en la Declaración de México que resulte de este encuentro.

Como parte de las deliberaciones regionales rumbo a Mondiacult, el 14 y 15 de febrero de este año la UNESCO organizó una consulta con todos los ministros de cultura de la región a fin de preparar el camino para la identificación de un conjunto de temas centrado en las prioridades que debería incluir la Declaración Final. El contenido de dicha consulta puede verse completo en la página oficial de la UNESCO.

Identifiqué y seleccioné 35 temas mencionados reiteradamente. En su mayor parte se refieren a acciones concretas de políticas culturales y programas de acción propuestas por la región –lo que no necesariamente puede entrar en la Declaración que es más bien una suerte de “hoja de ruta” con planteamientos y principios generales–, pero también se hace referencia a diversas aproximaciones conceptuales, léxicas y metodológicas desarrolladas en América Latina y el Caribe, orientadas a ampliar los horizontes deontológicos de las políticas culturales del siglo XXI.

Revalorar las políticas culturales de base comunitaria.

La noción de políticas culturales dirigidas a un espacio territorial multilingüe, multiétnico y multicultural.

El concepto de los “derechos colectivos” aplicado a las políticas culturales y la propiedad intelectual.

El reconocimiento y rescate de la memoria histórica de los pueblos indígenas.

El impulso al turismo cultural bajo un esquema ambiental sostenible y de protección del patrimonio material e intangible.

El papel de la cultura en la reducción de la delincuencia.

La noción de la cultura como instrumento de cohesión social.

El impacto de la emigración y la inmigración en los procesos culturales.

El papel central de la cultura en el combate a la marginalidad, la pobreza y las violencias.

El impulso a la cooperación sur-sur.

La gestión territorial como parte de una nueva institucionalidad para la cultura.

La noción de economía circular y el vínculo intrínseco entre gestión cultural y gestión medioambiental.

Las nociones de descolonización y despatriarcalización aplicadas al diseño de políticas culturales y de gestión cultural.

La noción de “diplomacia de los pueblos”.

La búsqueda de justicia reparativa frente a los legados de la esclavitud.

El aspecto multidimensional de la pobreza en la región como un elemento a considerar en el diseño de las políticas culturales.

La condena a las medidas coercitivas unilaterales que representan una amenaza al disfrute de los derechos sociales y culturales.

Impulsar la suscripción, ratificación e implementación de la convención de UNIDROIT sobre tráfico ilícito de bienes culturales.

Las políticas y acciones orientadas a fortalecer las PYMES pertenecientes al ámbito de las industrias creativas.

Fortalecer la normativa de la propiedad intelectual en el ámbito digital y la de los derechos colectivos de las poblaciones indígenas y afrodescendientes.

La teoría del “Buen vivir” como elemento facilitador de los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

La erradicación del racismo y la discriminación como tareas irrenunciables de las políticas culturales.

La urgencia de erradicar la diferenciación estéril y neocolonial entre arte y arte popular.

El imperativo de ampliar los presupuestos para la salvaguarda de las lenguas y culturas vivas.

El vínculo indisoluble y mutuamente condicionado entre la conservación de la diversidad cultural y la conservación de la diversidad biológica.

El fomento a la producción audiovisual independiente y el cine comunitario.

Garantizar la alfabetización digital.

Impulsar la diversidad de las expresiones culturales en las grandes plataformas digitales.

Fortalecer la industria del libro y repensar las funciones de las bibliotecas.

Favorecer la compra y uso de las artesanías como bienes culturales, así como la protección de las personas trabajadoras de las artesanías.

Políticas de Estado para apoyar a las radios comunitarias.

Rescatar el valor de las gastronomías para el desarrollo sostenible.

Garantizar los derechos culturales de personas migrantes, desplazadas internas y refugiadas.

Garantizar la libertad de culto como proceso de descolonización y valoración de la diversidad.

Aplicación de la cláusula de excepción cultural en la región.

No es probable que todas ellas sean recogidas en la Declaración Final de la reunión, pero es deseable que algunas de estas aproximaciones enriquezcan al documento final que saldrá de Mondiacult 2022, aspirando a que tenga un mayor impacto e influencia global, y tomando en cuenta la visión, los valores y la experiencia histórica de la región.

“Esta es la parte del mundo en la que el piso se sigue construyendo. Los que aquí nacimos tenemos una idea propia de lo que es el alma, y de lo que es el cuerpo”, escribió Carlos Pellicer en “Canto del Usumacinta”. Palabra a palabra, aplican a la hora de pensar en la geografía cultural de América Latina y el Caribe.

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