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Leopoldo Mendívil

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+ Lamentablemente, la astucia ha sustituido a la sabiduría

Abel Pérez Rojas

Andrés Manuel López Obrador nunca será un estadista, pero es sin duda uno de los líderes de masas más astutos que he visto en mi larga vida de periodista. Qué mejor muestra que la batalla por la Reforma Electoral.

AMLO es lo bastante astuto como para prever que la RE no pasaría en el Congreso, tanto por su contenido como por los tiempos. No obstante, la lanzó a discusión con un cálculo perfecto en cada uno de sus pasos y resultados.

No podemos, ni debemos esperar que la población general conozca las minucias y los laberintos de la legislación electoral, mucho menos entre los jóvenes que no vivieron los años del partido hegemónico controlando las elecciones.

En este contexto, el presidente y MORENA difundieron encuestas con preguntas simplistas que “demostraron” que el 78 por ciento de la población desea una “democracia más barata”. No hubo ninguna pregunta que planteara a los encuestados qué implicaciones tendría abaratar los costos del INE, es decir, cuál sería la merma en la certidumbre de los resultados electorales.

También fue muy fácil plantear la reducción de legisladores dada la insatisfacción de la población hacia los partidos; solo que les faltó hacer notar la consecuencia: no habría representación de minorías.

Respaldados en esta percepción ciudadana y siguiendo la orden lopezobradorista, los presidentes de las Comisiones de la Reforma Política Electoral, de Puntos Constitucionales y de Gobernación tuvieron el descaro de presentar la propuesta presidencial como dictamen de la RE, siendo que nunca se reunieron los miembros de dichas comisiones para discutir las otras 107 iniciativas. El “razonamiento” fue que la propuesta presidencial “tiene la mayor cobertura de subsistemas”.

Vaya eufemismo para sustentar que la Reforma busca borrar el sistema electoral actual e inventar uno totalmente nuevo.

MORENA publicita su propuesta como más barata sin presentar las cuentas que respalden su dicho. Por ejemplo, quieren eliminar 700 millones de pesos en renta de las oficinas donde se expiden las credenciales para votar, aduciendo que dichas oficinas se reubicarían en espacios cedidos por escuelas públicas. ¿Alguien investigó si hay suficientes espacios disponibles? ¿Tienen las condiciones? ¿En qué horarios? ¿Ya lo negociaron con la SEP?

Sin abandonar el plan original, el presidente tiene un Plan B para la RE, el cual mucho me temo siempre fue el preferido.

El segundo plan propone disminuir el número de diputados locales en los estados y de regidores en los municipios. Tal vez esta propuesta pueda pasar con la mayoría simple de MORENA; sin embargo, requiere que el Congreso de cada entidad la ratifique para quedar estipulada en su correspondiente Constitución.

Independientemente de la decisión de las entidades, estaríamos viendo un atropello a su soberanía. Pero la falta de respeto a las instituciones no es algo que preocupe al presidente, porque su ganancia estaría en que el debate que estamos viviendo a nivel federal se trasladaría al ámbito local de las 31 entidades. Mejor propaganda, imposible, pues él siempre está del lado de los buenos y quien se le opone es un maldito conservador al servicio de la oligarquía.

Por supuesto, el Plan B incluye otra disminución presupuestal al INE, pero no a los partidos políticos que es lo que verdaderamente molesta a la ciudadanía. Nuevamente, el Instituto tendría otra enorme batalla frente a sí.

Visto en el mediano plazo y si AMLO/MORENA no logran controlar la designación de los cuatro nuevos consejeros electorales, tendrán el “argumento” perfecto rumbo al 2024. Durante los meses previos a los comicios, armarán la narrativa del fraude en su contra porque el árbitro electoral no es confiable.

Si gana su candidat@, será pese al INE… Si pierde, será por el INE…

Este es, para mí, el verdadero objetivo del presidente alrededor de la RE. Una vez más demuestra que como líder de masas que es, siempre va tres pasos adelante de todos nosotros en sus tácticas para lograr sus objetivos.

Y está dispuesto a pagar el precio con tal de ganar: un daño incalculable a la paz social, la gobernabilidad y la democracia de México.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

Lmendivil2010@gmail.com

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