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Edomex, Coahuila y 2024

Jorge Fernández Menéndez

A una semana de las elecciones en el estado de México y Coahuila, no parecen existir demasiados cambios desde que comenzó este proceso. En el estado de México difícilmente podrá alcanzar Alejandra del Moral a Delfina Gómez. Las encuestas que asegurarían que Alejandra alcanzó ya a la candidata de Morena no se han visto por ningún lado y parecen ser más una expresión de deseos, tanto como el traslado de votos hacia el PRI en zonas del oriente y norte del estado.

La prescindencia del gobernador Alfredo del Mazo, la distancia del panismo, la decisión de no participar (y esta semana de boicotear la alianza) de Movimiento Ciudadano, son todos factores que más allá de que Alejandra es una buena candidata, difícilmente le permitirán alcanzar a la maestra Delfina. Pero también por una razón que no es menor: el diseño de la campaña no fue bueno, la consigna de valiente no dice nada, y por sobre todas las cosas, en muchos sectores del PRI y del PAN parecía existir una cierta resignación política respecto al resultado, que evidentemente no le dio aliento extra a la campaña.

En Coahuila pasa lo mismo, pero de signo contrario. Manolo Jiménez, el candidato de PRI-PAN-PRD tiene ganada la elección desde el día uno de la campaña, con una gran distancia respecto a sus rivales, que, además, le hicieron el enorme favor de dividirse entre el morenista Armando Guadiana y el ahora PT, Ricardo Mejía, que no aceptó el resultado de las encuestas de Morena y que, según el presidente López Obrador, dejó la protagónica subsecretaría de seguridad sin siquiera despedirse.

Ha habido muy fuertes presiones desde Palacio Nacional y Bucareli para que el PT y el Verde (que va con Lenin Pérez como candidato y tiene entre 3 y 5 por ciento de los votos) resignen sus candidaturas y apoyen a Guadiana. En el PT y de Mejía ha habido un rechazo absoluto a hacerlo, provocando incluso un visible enojo presidencial en la mañanera.

En el Verde, el sábado, en un acto con varios dirigentes nacionales, la presidenta del partido, Karen Castrejón, anunció que su partido se retira para apoyar a Guadiana, pero tres horas después apareció Lenin Pérez diciendo que no aceptaba esa decisión del centro, que seguían en la contienda y que no apoyaban al candidato de Morena. Manolo no tendrá problema alguno para ganar con mucha amplitud el próximo domingo.

El caso del Verde en Coahuila ha exhibido un fenómeno que también habrá que tomar en cuenta. Cómo irá ese partido en 2024, a nivel federal y local. Manuel Velasco se ha destapado como un hipotético candidato que podría funcionar sobre todo si lo tomamos electoralmente como una dupla con su esposa, la “rebelde” Anahí (además RBD estará en medio de una muy exitosa gira hacia fin de año, en época de definiciones, lo que les podría dar un margen publicitario muy alto), un fenómeno que ya vimos en Nuevo León con Samuel García y Mariana Rodríguez.

Pero más allá de lo que decida Manuel, lo cierto es que, yendo, como es muy posible en alianza con Morena, el partido está dividido entre el respaldo a Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. Si bien la dirigencia parece estar con Claudia, un nutrido grupo de legisladores y dirigentes locales, organizados en Plataforma Verde y encabezados por el diputado Javier López Casarín, están con Marcelo.

A nivel local, hay algunos estados en los que también se tendrán que tomar decisiones, como Chiapas donde el Verde tiene su mayor reserva electoral, que obligarán a varios movimientos para acomodar candidaturas entre Morena y el Verde y entre los tres principales aspirantes, el director del IMSS, Zoé Robledo y el senador Eduardo Ramírez por Morena y el diputado Luis Armando Melgar por el Verde. De cómo se termine de acomodar Chiapas, de donde fue gobernador y tiene peso, a pesar del gobernador Rutilio Escandón, también Manuel Velasco, dependerá mucho de lo que haga el Verde en el futuro. Por cierto, que el Verde vaya sólo, no es tan inverosímil: le quita votos a la oposición, mantiene algo más que su registro y queda en condiciones de establecer una alianza, pero legislativa con Morena o con quien sea. No es una jugada descabellada.

En la oposición ya decíamos que el rezago es notable. A un año de las elecciones no hay definición alguna, ni siquiera queda claro si realmente irán en alianza. Imagino que después del estado de México y Coahuila se comenzarán a tomar definiciones, pero el punto parece ser si esa alianza PAN-PRI-PRD se mantiene o si MC termina reeditando la alianza del 2018 con el PAN, pero sin el PRI, lo que terminaría arrojando a los tricolores en términos legislativos en brazos de Morena (o vaciando a ese partido con un movimiento de dirigentes a Morena, que es lo que también busca Dante Delgado).

Pero de la misma forma seguimos sin tener nombres viables en los partidos. En el PAN parece despuntar un debate entre el candidato de la dirigencia, Santiago Creel y esa figura alternativa que es Lily Téllez. Pero todo indica que las dirigencias de los cuatro partidos opositores no están muy decididos a dar realmente la pelea (como no lo están haciendo en el estado de México) sino a tratar de administrar los números y las candidaturas pensando en los equilibrios posteriores al 1 de octubre del 2024… y viendo a ver qué sucede en Morena… a ver si se puede pescar algo.

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