- Chiapas, afectada por el cambio climático, por las prácticas invasivas, el cambio en el uso de suelo, la deforestación y los incendios
- El estado ha perdido el 55 por ciento de sus bosques nativos, que juegan un papel crucial en la producción de agua y regulación del clima
Marco Alvarado/ Diario de Chiapas
Chiapas es especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático por el aumento de la temperatura global.
La entidad es considerada una zona clave para el abastecimiento de agua en el futuro, ya que aporta más del 30 por ciento al país, sin embargo, esta producción de agua, que ocurre principalmente en la Sierra Madre, está en riesgo por las prácticas invasivas, el cambio en el uso de suelo, la deforestación y los incendios.
De acuerdo con estimaciones de la organización especializada en cambio climático y la preservación de los entornos naturales, The Nature Conservancy, el estado ha perdido el 55 por ciento de sus bosques nativos, que juegan un papel crucial en la producción de agua y regulación del clima.
Estos bosques han sido talados para crear superficies que sirven para la producción de café, maíz y la ganadería.
A esto se suman riesgos como las sequías, los incendios forestales y la pérdida de la biodiversidad nativa, lo cual afecta a los principales lugares turísticos.
De acuerdo con estudios de esta organización “sumado a la baja productividad agrícola y ganadera, la perspectiva social de Chiapas es aún más drástica: el 78 por ciento de la población vive en la pobreza extrema y los niveles de inmigración continúan aumentando cada año”.
Estas alteraciones en los ecosistemas del estado tienen un impacto en el ser humano, como lo destacó investigadora del Instituto en Gestión de Riesgos y Cambio Climático, de la Unicach, Daysi Ramírez, quien señaló como uno de los efectos de la alteración ambiental en Centroamérica el aumento en la migración humana.
De acuerdo con la especialista, sí hay evidencia de este impacto en diversas poblaciones del mundo que, por el aumento en la temperatura del planeta enfrentan la caída en el acceso al agua, el empobrecimiento de los suelos y menos posibilidades de vivir en sus lugares de origen, forzando migraciones internas e internacionales, un escenario al que Chiapas podría enfrentarse si no se protege su riqueza natural.
Ramírez agregó que los refugiados climáticos o desplazados climáticos “todavía no tienen una normatividad que los apoye de manera internacional, porque la mayoría de solicitudes son de tipo político, de violencia, de amenazas de muerte, porque las afectaciones de cambio climático todavía no son reconocidas como una causa para que una persona ingrese a otro país”.
No obstante, destacó que en Centroamérica está identificada una franja geográfica denominada “corredor seco”, en donde pasan de sequías fuertes a inundaciones, lo que afecta a la población que vive de sus cultivos, y que se desplazan a las ciudades, y de ahí fuera de sus países tratando de llegar a Estados Unidos.
En Chiapas, como lo señala The Nature Conservancy, lo que queda de los bosques nativos se ha convertido en uno de los ecosistemas más vulnerables del mundo