•          Colectivos “piratas”, un riesgo para la ciudadanía, con la complicidad de la Secretaría de Movilidad y Transporte

Reporteros: Edén Gómez, Carlos Rosales, Marco Alvarado, Ainer González, Juan Leyva

Diseño: Luis Méndez, Coordinadora: Yuridia Montenegro  / Diario de Chiapas

El pirataje en el transporte público de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez ha prevalecido por largos años y ni la misma Secretaría de Movilidad y Transporte (SMYT) hace algo por corregir este grave problema, la cual pone en riesgo a los usuarios, que día a día, agarran estas unidades para moverse a su trabajo, escuela u otras actividades.

Un grupo de transportistas inconformes dieron a conocer que los colectivos “piratas” representan un peligro para la ciudadanía, ya que solamente hacen una vez el emplacamiento en Hacienda, pese a que la Secretaría de Movilidad y Transporte les exige tener la póliza de seguro vigente y de ahí, se olvidan por años de renovar la póliza, por que no los exigen trabajar con placas particulares.

“Lamentablemente no se encuentran dentro del patrón de la lista de concesionarios y sus placas no están registradas dentro del sistema por ser placas comunes sin tener validez; lo cual ocasiona que sea incierto saber si el colectivo cuenta con póliza de seguro vigente y eso vulnera a la integridad de la ciudadanía”, acotó un transportista.

A diferencia del transporte ilegal o pirata, los transportistas legales tienen que pagar impuestos y hacer el pago de tenencia anualmente para verificar que la póliza de seguro esté vigente y la unidad se encuentre en buenas condiciones a través de la revisión mecánica; lo cual omiten las unidades piratas.

El grupo de transportistas destacó que, hay más de 20 rutas piratas operando en Tuxtla Gutiérrez; sin embargo, las más comunes son la ruta estrella roja, la doble 00, 81,6000, 8000, 9000, 128, 131, 5000, entre otras. En cada ruta, hay aproximadamente, entre 30 a 40 unidades; las cuales son un riesgo por no tener un seguro vigente y por las malas condiciones del colectivo.

“Estas rutas piratas afectan al transporte público que se encuentra operando legalmente al ser invasoras dentro de los recorridos, pero hay tratos y dinero bajo el agua para que puedan operar sin tener placas legales. Además, les omiten a estas rutas los operativos de vigilancia de Coordinación que realiza la SMYT, en donde revisan las pólizas de seguro vigentes y las condiciones de las unidades”.

Ya aprendieron; complicidad en la piratería

Lamentablemente, hay varias rutas establecidas que, de igual forma, han comenzado a operar con varias unidades piratas como son las Ruta 31, 90, 58, 20, 73, 5, 6, entre otras. Los transportistas aseguran que hay influencias y dinero para que, estas unidades piratas trabajen con el consentimiento de la Secretaría de Movilidad y Transporte, sin que les pidan tener la póliza de seguro vigente anualmente.

Por lo que dijeron, es muy importante que la ciudadanía sepa identificar en qué tipo de transporte público aborda y así evitar agarrar transporte pirata.

“Las placas de transporte público deben de tener seis números separados en medio con una raya y al final debe tener la terminación de la letra B; por ejemplo, 485-893-B. Además, abajo del número, debe de decir la leyenda Transporte Público Autobús. Sin embargo, las placas de los colectivos piratas son de modalidad particular y tienen otras numeraciones fáciles de distinguir como DC-4089-D y no tiene la leyenda”, sostuvieron

Pólizas de seguros, incompletas, fraudulentas

El traslado en las unidades de transporte público de Tuxtla Gutiérrez es un riesgo que deben asumir todos los días miles de usuarios.

No sólo es que la mayoría de los conductores circulan sin respetar los límites de velocidad, o que muchas de las unidades muestran deterioro y falta de mantenimiento; los seguros adquiridos por la mayoría apenas cubren lo necesario, y esto es evidente cuando algún vehículo se accidenta.

Diario de Chiapas tuvo acceso a una póliza contratada para una combi, unidad que en su límite máximo no debe llevar a más de 16 personas, incluido el chofer, sin embargo, el cupo es lo que menos respetan los operadores de estas unidades, al ser una maniobra recurrente para obtener más ganancias en cada vuelta.

Unidades modificadas a modo y Transportes ni pío dice

La “normalidad” del transporte colectivo en esta ciudad transcurre en unidades que han sido modificadas para colocar en una fila de asientos a siete personas, en otra a cuatro ocupantes, una más donde ponen a seis pasajeros, y a eso se suma el conductor y hasta dos personas más a su lado, es decir, 20 personas en un vehículo cuya póliza de seguro sólo cubre a 16 personas.

Esto es casi la norma en el sistema de transporte local, que todos los días desplaza a miles condiciones de alto riesgo, a lo que suma el hecho de que, por la modificación que realizan en las unidades, no existen bolsas de aire que reduzcan las lesiones en caso de impacto.

La temeridad de los conductores es tal que, pese a no tener una cobertura de seguro amplia, llegan incluso a trasladar a personas de pie, y se desplazan sin atender los límites de velocidad en la ciudad, que ronda entre los 40 y 60 kilómetros como máximo.

Cuando un pasajero aborda una unidad que ya va llena, pero el chofer ordena “que se acomoden”, ignora que está jugando una ruleta, en la que hay factores como la velocidad, la pericia del conductor, el estado mecánico del vehículo y la buena o mala suerte de que no sufra un percance de camino a casa o al trabajo.

Incluso la propia autoridad que regula el servicio reconoce que hay cuatro rutas “piratas” que se suman a las 126 reconocidas, y si éstas apenas y cumplen con lo mínimo necesario al contratar los seguros más baratos ¿En qué situación están las rutas “piratas” como Estrella Roja, 128, 00?

Complicidad, entre concesionarios y autoridades

Llama la atención que sea la misma autoridad la que haga como que vigila, mientras los dueños de las unidades hacen como que cumplen, al no obligar a la contratación de seguros de cobertura amplia o, como mínimo, multar ejemplarmente a los choferes que se atreven a rebasar el cupo permitido, y que en muchos operativos resulta que están manejando sin licencia.

Cada vez que un pasajero aborda una de estas unidades entran en juego muchos factores que los usuarios desconocen, pero que explican los recurrentes accidentes en el servicio colectivo de pasaje, con consecuencias fatales en casos específicos que han dejado un rastro de dolor en los sobrevivientes y familiares de las personas fallecidas.

Tal vez, esto explique por qué los beneficiados con este sistema intentan acallar los reclamos cuando ocurre un percance.

Tragedia e invisibilización: la otra realidad

La unidad iba atiborrada de personas, unos sentados y otros tantos parados, pero un acelerón y un brusco movimiento los dejó inconscientes, y otros —ya— sin aliento.

Fue en la mañana del 09 de octubre de 2023, cuando las ambulancias llegaron al Libramiento Norte y dieron un primer reporte de uno de los hechos más trágicos suscitados en el transporte público de Tuxtla Gutiérrez: dos personas muertas y 13 heridas, donde posteriormente, dos personas más fallecieron en el hospital por traumatismos craneoencefálico severos y fracturas.

Las 15 personas que subieron a la unidad 05 de la ruta 91 para llegar a sus diferentes destinos, no sabían lo que les deparaba el destino.

A casi un año de este trágico accidente de tránsito, Rosalba Morales Girón, hermana de Matilde Morales Girón, fallecida tras el accidente, narra que a más de 11 meses de este hecho no hay responsables detenidos, ni pago de los daños. Incluso, señala que, dependencias como la Secretaría de Movilidad y de Transportes, como displicentes, al no buscar una solución a la injusticia que cobró vidas, como la de su hermana.

A meses de este suceso, Rosy exige justicia no sólo para su hermana, sino para todas las víctimas y los lesionados, y busca respuestas de los responsables del colectivo y del vehículo particular involucrado.

Con dolor y voz sollozante, Rosalba Morales Girón recuerda que su hermana viajaba en el colectivo de la ruta 91 con dirección a la Torre Chiapas, lugar donde se encontraba su trabajo cuando ocurrió el accidente.

Usuarios “invisibilizados”

Al perder la movilidad a los 10 años, Karen Koch Ferrer Aquino, licenciada en Naturopatía, doctora en Educación y activista en pro de la inclusión de personas con discapacidad en Chiapas, considera que la inclusión en el transporte ha servido más como eslogan político, que para cambiar y transformar la realidad de quienes viven su día a día con dificultades de movilidad, y más aún de discriminación.

En entrevista, la también integrante de la Asociación Chiapaneca de Deportes sobre Silla de Ruedas, expone que a pesar de que en el contexto actual se habla e insinúa de inclusión, se siguen cayendo en múltiples errores, por ejemplo, en el caso del gobierno y las instituciones piensan que la inclusión es donar sillas de ruedas, andadores, muletas, hacer “un favor de transporta a minusválidos” y demás acciones, aunque, esto va más allá, porque esto implica hacerles visibles, partícipes, hacer accesibles espacios, abrir oportunidades en el ámbito cotidiano, laboral, educativo, entre otros.

Karen, expone que la sociedad, funcionarios públicos, políticos y tomadores de decisión, han elegido creer que solo existe un tipo de persona y que todas las necesidades están cubiertas, como es la necesidad de movilidad de quienes no pueden caminar, ver u oír por cuenta propia.

Ferrer Aquino considera que las barreras que enfrentan las personas con alguna discapacidad en el estado, seguirán estando ahí mientras las autoridades sigan negándose a visibilizar a este sector, que como cualquiera otro grupo poblacional tienen el derecho humano a una vida digna.

 6.12 accidentes diarios

46.62 por ciento ocurren en el horario nocturno, después de las 12 de la noche

El 61.30 son autos; motocicletas con el 13.53 por ciento y con un 8.62 por ciento los transportes de carga

Corrupción, originada por Aquiles Espinosa García

Para Jorge Vázquez Martínez, presidente de la Coordinación de Transportistas del Estado de Chiapas, todas las rutas de transporte público deben contar con un seguro de viajero que permita brindar seguridad y certeza a los usuarios. Lamentablemente solo la 108 es de las que cumplen con un seguro de viajero, pues la mayoría no cuentan con pólizas de seguro que permitan atender y brindar certeza a los usuarios en caso de algún tipo de percance.

“La obligación es contar con una póliza vigente, hay muchos tipos de pólizas, como coberturas amplias, daños a terceros, RC viajero, etcétera. No todas cuentan con seguro, pero eso es parte de la corrupción que existe en la Secretaría de Movilidad y Transporte, porque ellos son los obligados a revisar de que si una unidad no cumple con la póliza, tienen que ser enviada al corralón hasta que cumpla con lo que se estipula en el reglamento de transporte”, dijo.

Bersaín Miranda Borrás, presidente de la Alianza del Autotransporte organizado en el Estado de Chiapas, afirmó que una de las principales razones que se tienen con respecto a las carencias del sector de transporte, se debe a las corruptelas que se tienen en la Secretaría de Movilidad y que en su momento el hoy ex secretario de esta dependencia, Aquiles Espinosa García, fue uno de los causantes que el tema de piratas y diversas irregularidades se incrementaran de manera considerable.

“Estamos en el estado haciendo políticas completamente opuestas en cuanto a la modernización, ya que el trabajo de Aquiles fue únicamente otorgar permisos de mototaxis cuando no son seguros y que actualmente son miles de motores que están trabajando;  no ha habido un funcionario público responsable que vea verdaderamente y observe la calidad del servicio, nosotros como transportistas estamos anuentes de que se nos vigile, que haya una supervisión; pero, que se garantice el no tener una competencia desleal como lo es el transporte pirata”, expresó.

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