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  • Un investigador del INAH explicó que los cráneos pertenecen a individuos decapitados entre los años 900 y 1200.

Investigadores mexicanos descubrieron 150 cráneos pertenecientes a individuos decapitados entre los años 900 y 1200 que podrían ser parte de un tzompantli, altar maya a la muerte, en Frontera Comalapa, en el sureño estado de Chiapas.

Javier Montes de Paz, investigador del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Chiapas, indicó este martes que el hallazgo lo registró en 2012 la entonces Procuraduría de Chiapas al atender una denuncia de carácter criminal relacionada con el narcotráfico.

“Se pensaba que era una narcofosa, un hallazgo impactante. Resultó ser un tesoro arqueológico milenario de la cultura maya”, expresó el antropólogo en entrevista.

Tras una década de estudios, los factores que apoyan la hipótesis son la peculiar deformación de los cráneos de tipo tabular recta que datan del Posclásico Temprano (900 y 1200 d.C.), la extracción de dientes y la estructura de madera donde fueron encontrados.

“Los estudios nos llevan a suponer que es un tzompantli (altar indígena a la muerte), pues no se tiene un entierro completo, solo tenemos algunas osamentas y los cráneos”, precisó el investigador.

El experto expuso que existen precedentes de este tipo en Chiapas, en la llamada cueva de las Banquetas, explorada en la década de 1980 por el INAH, en el municipio de La Trinitaria, donde se recuperaron 124 cráneos que tampoco preservaban piezas dentales.

Uno más fue localizado en la cueva Tapesco del Diablo, descubierta en 1993 en el municipio de Ocozocoautla, donde se hallaron cinco cráneos con la particularidad de haber sido colocados sobre un tapesco (emparrillado) de madera.

El antropólogo físico del INAH enfatizó la necesidad de continuar con las investigaciones en la cueva de Comalapa, pues hay mucho trabajo por hacer y recolectar para formar la historia sobre los altares a la muerte o tzompantli.

“Nos hace falta financiamiento para continuar con los estudios que nos permitan identificar si los cráneos tenían algún parentesco, si los dientes se los quitaron en vida o muertos, porque los decapitaban, buscar dónde están las dentaduras”, comentó.

Los tzompantli son conocidos como los antiguos altares de los indígenas en los que hacían rituales para sus deidades y que para los españoles representaban una señal de peligro.

Por ello, el experto en osamentas llamó a la ciudadanía a respetar este tipo de espacios que fueron usados como rituales, al puntualizar que las visitas no controladas podrían dañar el patrimonio arqueológico de manera irreversible.

Con información de: El Financiero

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