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¿Vale la pena?

Jorge Alberto Rincón Acebo jorgearinconacebo@gmail.com

Los esposos jóvenes contentos, mientras no hay consecuencias u obligaciones.
Triste papel femenino, casarse a consecuencia embarazo.
Si no es matrimoniada, su futuro es vender su cuerpo, deteriorarse. Cubrirá el hambre y el vestido sin futuro para mantener hijos. Su necesidad será calmada ocasionalmente, aceptará padrote o regenteador.
¡No son libres!
Los hijos logrados, son bestias de carga. ¡Sirven de mulas!
No se libran de cargar a lomo con ayuda del mecapal, la silla del señor, evitando que su calzado se impregne el lodo de la brecha, creado por la falta de zacate a consecuencia del arrancamiento de la maleza para obtener alimento, dejando al descubierto las piedras, el esqueleto de la tierra.
Sin raíces se forma lodo, se lo lleva la lluvia y se transformará en desierto.
Así se prolonga la falta de comida, ciclo inacabable: desmontar, sembrar, escurrir la tierra con la lluvia, aflorando el esqueleto del suelo o piedra pelona.
Sin tierra, muerte, desmonte, desaparición de animales y plantas. ¡Muerte!
Así se quedaron sin gente esas montañas simétricas cubiertas de maleza, primero árboles, después, al tornarse milenarios es imposible abarcarlos con las manos.
Son pirámides recubiertas por la vegetación después de múltiples generaciones en abandono, las cubre tierra y vegetación, los humanos murieron, se marcharon o se van a destruir otras áreas y el ciclo recomienza.
El hacha destroza esos árboles, les llevó diez o más generaciones para crecer.
Bien si hacen muebles, mal se transforman en humo para cocinar, provocando tos hasta no respirar. Vean ustedes mi fogón: está separado de donde duermo, así no respiramos el humo.
Ah, usted tuvo para construir.
No es difícil, es como si hicieran otra choza o el fogón y el horno le ponen un techado, de preferencia de tejas, para que no les llueva, para que no se consuma el hogar, es el fuego que lo mantiene ardiendo.
Profunda certeza de las palabras comadrona. Eran ciertas sin nada por objetar.
Esas pirámides cubiertas de tierra, son construcciones milenarias abandonadas por que la tierra se había agotado. Así seguiremos hasta que la tierra se canse o los descendientes de Uh hunapu y Adán, la acaben.
Continuará la próxima semana.

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