Janet Hernández Cruz / Edgar Ruiz
Valeria Córdova / Ada Iveth Morales
Ramiro Gómez / Edgar Castillo /José Velasco /Soidy Rodríguez / Marco Ramos Edición: Francisco Mendoza
Diseño: Luis Méndez / Diario de Chiapas
Cerca del 14% del agua dulce de nuestro país están en Chiapas, eso comentábamos en la entrega anterior; sin embargo, la gran parte de esta se encuentra contaminada por descargas ilegales y una mala infraestructura de tratamiento de aguas residuales.
Tal es el caso de San Cristóbal de Las Casas que enfrenta una grave crisis ambiental debido a la contaminación de sus cuerpos de agua. Los ríos Amarillo y Fogótico, así como los arroyos Chamula, San Felipe y Navajuelos, presentan altos niveles de contaminación por descargas clandestinas de drenaje, residuos domésticos y metales pesados provenientes del tiradero municipal en El Aguaje.
Jesús Carmona de la Torre, responsable de Vinculación de la unidad San Cristóbal de Ecosur, explicó que el problema es complejo, ya que la contaminación no solo proviene de los desechos humanos, sino también de la fauna doméstica y silvestre.
“Tenemos más de 40,000 perros y gatos en la ciudad, además de aves y otros animales que contribuyen a la presencia de microorganismos fecales en el agua. Sin embargo, también hay metales pesados debido a los lixiviados del tiradero municipal, que llegan a los manantiales y fuentes de abasto de agua”, detalló.
Las principales soluciones propuestas incluyen la conexión de todas las descargas clandestinas al drenaje público, el mantenimiento de drenes pluviales y la instalación de plantas de tratamiento en puntos estratégicos de la ciudad.
No obstante, la oposición social ha sido un obstáculo clave, pues en dos ocasiones proyectos de saneamiento han sido bloqueados por líderes comunitarios. Carmona de la Torre, resaltó la importancia de la aceptación social para la instalación de estas infraestructuras:
“Este reto que tenemos enfrente que es netamente social, necesitamos trabajar la parte social con los líderes de la ciudad para explicar en qué consiste un sistema de tratamiento y cómo podemos hacer el reúso del líquido que, actualmente se nos está escaseando dramáticamente”.
Mientras que el ambientalista e integrante de Ciudadanos por la Acción Territorial en la Cuenca del Jovel, A.C. Alejandro Ruiz Guzmán, señala que la contaminación de estos afluentes es un problema complejo que requiere de una atención integral.
“Es grave, lastimoso y vergonzoso que una ciudad mágica tenga esos ríos en esas condiciones de contaminación y eso repercute también en la salud, no solo por la cuestión turística, sino también en los seres vivos que habitan los cuerpos de agua”.
Uno de los grandes retos es la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales. Si bien ha habido diversas propuestas a lo largo de los años, muchas han fracasado debido a los costos elevados y la oposición ciudadana.
Ruiz Guzmán, explica que “se han presentado proyectos de plantas con tecnologías costosas e inadecuadas para la región, algunas con costos de operación de hasta dos millones de pesos mensuales. Se requiere una solución a la medida de San Cristóbal”.
A pesar de los diagnósticos y estudios realizados por diversas instituciones académicas y organismos ambientales, el problema sigue sin resolverse. Existe un llamado urgente a la colaboración entre instituciones, ciudadanos y autoridades para consolidar un proyecto efectivo.
“Que se construya una propuesta sin intereses mezquinos, porque eso es lo que no permite avanzar porque hay mucho interés de grupos, de personas, de políticos. No se debe politizar el asunto, porque es un asunto más social. El llamado es para que en ese sentido, se junten esfuerzos y construir una propuesta para presentarla a las instancias”.
Por su parte, Jade Biniza Cantú Luna, encargada de la dirección de Ecología y Medio Ambiente Municipal, menciona que desde 2015 se tenía una propuesta de terreno para la planta de tratamiento, con colectores ya construidos para llevar las aguas residuales hasta el sumidero Agapito. Sin embargo, la oposición de los colonos impidió su construcción.
“Lo que se está buscando con esta planta de tratamiento, es que no sólo sea de bajo costo, sino que sea factible, porque sabemos que hay otros municipios de la región que tienen varias plantas de tratamiento, pero que solo están construidas y no se pueden echar a andar por el costo de mantenimiento y de operación”.
Con el reciente anuncio del Gobierno Federal sobre un Plan Hídrico Nacional, San Cristóbal de Las Casas tiene una nueva oportunidad para concretar la construcción de una planta de tratamiento adecuada. Sin embargo, su éxito dependerá de la participación activa de todos los sectores involucrados en la problemática.
Riesgo en “El Aguacero”
En el centro de la geografía chiapaneca la situación de la contaminación no es distinta; el río que existía en los años 50’s, y que sobrevivió por muchos años, hoy en día solo queda en el olvido, pues su ciclo cambió a un recorrido de aguas pluviales que después se convierte en el desagüe de aguas negras, en un hecho que ha afectado incluso el medio ambiente.
Cuentan los pobladores de antaño que en la zona que se conoce como Ojo de Agua, muchas personas iban temprano a acarrear agua cuando no existía la distribución hídrica por tubería, además de que el río era motivo de diversión para familias y niños, quienes acudían a nadar en este lugar.
Sin embargo, con el pasar de los años, se comenzaron a crear pozos en las zonas aledañas a este río, lo que provocó que el afluente prácticamente desapareciera, quedando únicamente el canal que muestra pequeñas corrientes cuando llueve.
Pero lo que era el río de agua limpia, ya en su recorrido por toda la ciudad se ha ido transformando, a tal grado que llega a convertirse en un canal de aguas negras, ya en la salida de la ciudad en la colonia 5 de Mayo, pues allí se mezclan las aguas negras que vienen del Joninó con las aguas pluviales.
Luis Alonso Flores Gómez, especialista en aguas, ha hecho algunos estudios al respecto sobre este tipo de fenómeno que está afectando a la población, lo que pone en riesgo el medio ambiente de las cascadas el Aguacero.
Explicó que las aguas negras de Jiquipilas y Cintalapa desembocan en la zona del río La Venta, además de que las aguas negras de Coita ya también se encuentran cerca del río que es parte del Aguacero.
“Yo tuve la oportunidad de seguirlo con el dron, este río de aguas negras se va al Cañón de La Venta, en donde está El Aguacero de donde agarramos, y ahí sí está la toma de agua, donde la volvemos a echar para acá, realmente es muy poquito el transcurso de aguas negras para poderse filtrar”.
El riesgo de esta contaminación, es que el agua potable que llega a varios puntos de este municipio proviene del Aguacero, lo que representaría un grave problema a la salud pública.
Explicó que esta región de Chiapas es común la enfermedad de problemas gastrointestinales, las cuales se adquieren por la ingesta de aguas contaminadas, lo que representa un gasto a la familia, pues tienen que acudir periódicamente al médico y tomar medicinas, cuando el problema proviene de las aguas que se usan.
Detalló que es urgente la creación de una planta tratadora de agua, pues aseguró que no hay en Chiapas alguna que funcione al cien por ciento, dejando en claro que este tema deberá ser expuesto por especialistas y que se les permita la inversión de proyectos para el bienestar de las personas, en donde no exista desvío de recursos con este tipo de plantas que busquen limpiar las aguas y el rescate de los ríos.
Agonizan ríos en Tapachula
En la perla del Soconusco el problema de la contaminación de los mantos hídricos es alarmante, ya que estos parecen basureros a cielo abierto; los ríos Texcuapan, Coatán, Coatancito y Cahoacán, los principales afluentes de Tapachula están siendo envenenados por autoridades locales y la misma población desde hace varias décadas.
De acuerdo al investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), Vicente Castro Castro, el 80% de aguas residuales de Tapachula se vierten en los cauces de estos ríos sin ser procesados en la planta de tratamiento de la ciudad. Mientras que el otro 20% que, si llega, no es tratada de manera correcta.
“El principal argumento que la autoridad da siempre es que no tiene recursos para operarla, que es un costo caro, y no está del todo mal; es cierto, mantener una planta de tratamiento no es algo barato, pero nos sale más caro la contaminación y el riesgo a la salud que se está poniendo”.
El experto en cambio climático señaló que los desarrollos inmobiliarios han contribuido significativamente a la contaminación de los afluentes debido a que, aunque varios fraccionamientos están obligados por ley a contar con plantas de tratamiento de aguas residuales, la mayoría de estas no funcionan por la falta de personal.
El nivel de contaminación ya ha rebasado los límites máximos establecidos por la norma oficial mexicana, poniendo en riesgo la salud de pobladores y acabando con toda clase de vida en estos mantos acuíferos.
“Todos los ríos están contaminados, pero no solo por estos compuestos u organismos que son los coniformes fecales y totales; existen una serie de contaminantes también como plaguicidas, como metales pesados e incluso irruptores endócrinos, contaminantes que son originados por la industria farmacéutica”.
La crisis ambiental se agrava durante la época de estiaje ante la falta de lluvias en la región, creando una capa de desechos sobre lo que algún día fueron cuerpos de agua donde la población podía bañarse o pescar alimentos.
Montebello en peligro
El impacto de la contaminación, llega a los rincones más alejados de Chiapas; por ejemplo, la cuenca del río Grande -Los Lagos de Montebello-, situados en la Meseta Comiteca Tojolabal en el estado de Chiapas, es un área de gran belleza natural y biodiversidad.
Sin embargo, enfrenta serios problemas de contaminación, en gran parte debido a la inadecuada operación de las plantas de tratamiento de aguas residuales, así como a diversas actividades humanas.
Entre las principales fuentes de contaminación en esta cuenca se destacan: 1. Actividad agrícola: El uso intensivo de agroquímicos en la agricultura puede provocar la escorrentía de productos químicos hacia los cuerpos de agua, afectando la calidad del agua y perjudicando los ecosistemas acuáticos.
- Desarrollo urbano y turístico: El crecimiento desmedido de la infraestructura turística y urbana, sin un adecuado plan de manejo, incrementa la generación de residuos y contamina el entorno.
- Desechos sólidos: La falta de sistemas eficaces para la gestión de residuos sólidos contribuye a la acumulación de basura en ríos y lagos, exacerbando los problemas de contaminación.
A lo largo de los años, se han implementado políticas de conservación y manejo sostenible, así como iniciativas de educación ambiental, que buscan involucrar a la comunidad de los municipios de La Trinitaria, Las Margaritas, Tzimol, Comitán y La Independencia en la protección de este invaluable ecosistema. Aunque existen esfuerzos para abordar estos desafíos, la colaboración activa de las comunidades y la implementación de mejores prácticas son esenciales para lograr un cambio positivo y duradero en la salud ambiental de la cuenca.
Tomas clandestinas afectan
En la zona de zoque enclavada en la región de Mezcalapa; el río Zacalapa y Puente Grande son de los más visitados en vacaciones de Semana Santa, sin embargo, son utilizados como sitios de almacenamiento de desechos. Para contrarrestar este problema, las autoridades locales implementan campañas de limpieza antes de las celebraciones, buscando mantener los cuerpos de agua en mejores condiciones.
A diferencia de estos, ríos como los de la comunidad Campeche de Copainalá, que atraviesan Tecpatán, mantienen una apariencia espléndida, mientras que otros, como los de Chilpancingo y Notzipac, desembocan en el río Grijalva, siendo vitales para el abastecimiento de agua en diversas comunidades.
La síndica municipal, Isabel Jiménez Vázquez, reconoció que, aunque la contaminación por basura aún no es alarmante, el municipio carece de un sistema de tratamiento de aguas residuales. Actualmente, la calidad del agua se mantiene gracias a los recursos naturales, pero con el crecimiento poblacional, se prevé que en el futuro la situación pueda empeorar.
Otro problema que enfrenta la localidad es la proliferación de tomas clandestinas de agua y la falta de pago del predial por parte de algunos ciudadanos, lo que dificulta la gestión del recurso hídrico. Ante esta situación, Jiménez Vázquez subrayó la urgencia de desarrollar un proyecto a mediano plazo para garantizar el abastecimiento de agua en los próximos años.
Las autoridades continúan monitoreando los ríos de la región con el fin de mitigar los efectos de la contaminación y asegurar la disponibilidad del vital líquido para la población.
Mientras los ríos de la región siguen siendo un atractivo para locales y turistas durante el carnaval y la Semana Santa, la contaminación por basura y la falta de un sistema de tratamiento de aguas residuales ponen en riesgo su preservación.
“Caquerito” destruye
Paredón
En la región Istmo Costa, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales en Tonalá se encuentra operando en proceso de estabilización para lograr eficiencia en remoción de contaminantes.
Actualmente, se encuentra operando de manera puntual con eficiencia hidráulica en sus etapas las 24 horas con bombeo continuo y personal operando para los desazolves de rejillas y criba.
Para mejorar la eficiencia de las descargas el ayuntamiento, debe regular la red pública que llega a la planta.
Existe una situación muy peculiar en Tonalá, ya que existen muchos comercios dedicados a la elaboración de quesos, estos lugares desechan su basura que son difíciles de desintegrar, ante esta situación, los dedicados a esta actividad deben realizar un tratamiento desde sus establecimientos para lograr que ese contaminante lleguen con un tratamiento y lograr disminuir el impacto ambiental.
Otras de las situaciones es que el río denominado “Caquerito” que atraviesa la ciudad es uno de los más contaminados; las aguas no pasan por la planta de tratamientos de aguas residuales, sino que pasa directamente y desemboca hasta el mar muerto de la bahía de Paredón.
En ese sentido, el ayuntamiento debe regularizar que todos los hogares que viven a la margen del rio “Caquerito” sellen sus descargas de aguas negras para evitar más contaminación; actualmente está afectando una de las bahías más grandes de Latinoamérica.
Sobre la carretera Tonalá – Paredón a la altura de la comunidad de Riachuelo sobre el kilómetro 10 a orilla de carretera atraviesa el río de todas las descargas negras para ir a desembocar a la bahía. Ahí se puede observar que ya va contaminada, la tierra lleva más de 50 años de contaminación.
Pobladores de la bahía de Paredón, dijeron que, “es palpable toda la contaminación que nos llega. Hace muchos años en este río nos bañamos y ahora ni eso, el agua apesta considerablemente”.
Se están realizando trabajos de desazolve con la finalidad de ahondar más este brazo del estero para que los pescadores atraviesen para ir a su actividad pesquera.
Algunos expertos de aguas residuales manifestaron que se necesitan grandes recursos económicos para un proyecto donde la planta opere con mayor eficiencia, mezcla de recursos con los tres niveles de gobierno.