Ainer González / Tania Selvas
José Salazar / Edén Gómez / Marco Alvarado
Edición: Francisco Mendoza
Diseño: Luis Méndez / Diario de Chiapas
Estamos a pocos días del Día Internacional de la Mujer, un día que no se celebra, sino que se conmemora y reivindican de derechos de todas las mujeres en el mundo, y analiza los avances en los distintos sectores que tiene la mujer en la sociedad.
Sin embargo, existen sectores profesionales complicados para la aceptación de las mujeres, tal es el caso de la arquitectura, que día con día compite en un sector que hasta hace pocos años había sido dirigido principalmente por hombres, generando así que las primeras mujeres tuvieran diversas barreras que, afortunadamente se han ido cayendo.
En ese sentido, Paulina Orantes, arquitecta de profesión originaria de Tuxtla Gutiérrez habla sobre las diversas circunstancias que ha tenido que atravesar a lo largo de su vida profesional de poco más de 15 años, afirmando que principalmente son situaciones culturales las que propician que se tengan barreras entre los trabajadores y en este caso las arquitectas.
Durante sus experiencias afirmó que al salir de la universidad se habrían presentado algunas circunstancias difíciles; afortunadamente, por el inicio de acciones en favor de la equidad de género estas no fueron tan difíciles; pero, reconoció que en Chiapas, hay regiones donde los hombres no quieren ser dirigidos por mujeres y en esta parte de tener que moderar dirigir o negociar, se vuelve algo difícil, principalmente en la región altos del estado de Chiapas.
“Aquí en la capital podemos decir que no es tanto el reto, simplemente con algunos trabajadores y nada más, pero nos vamos a los Altos de Chiapas, ya sabemos que esas personas no quieren conciliaciones con mujeres, ahí es donde tenemos presente el reto “.
Afortunadamente, no ha tenido problemas graves o afectaciones importantes que puedan perjudicarla a ella o incluso su trabajo, pero sí refirió que muchas mujeres, principalmente las que fueron incursionando en el tema de arquitectura, habrían tenido un reto importante que con el paso de los años y demostrando la capacidad de cada uno sean hombres o mujeres se ha podido avanzar en el tema de género.
En la actualidad, por ejemplo, sectores como el Colegio de Arquitectos Chiapanecos incremento la participación de las mujeres.
Alerta de violencia
de género
Además de una falta de valoración profesional, existen situaciones como los casos de violencia que aún persisten y que laceran a las familias, son temas trascendentales en este razonamiento que, a pesar de los esfuerzos sociales – gubernamentales, siguen existiendo.
A casi 10 años de declararse la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en siete municipios de Chiapas, conforme a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, estas alertas son letra muerta, debido a que no ha cambiado prácticamente nada en el sistema de atención para las chiapanecas y en lugar de reducirse los casos de violencia, se han disparado los feminicidios en los últimos años.
Alma Rosa Cariño, presidenta de la Colectiva 50+1 Capítulo Chiapas, recordó que el 2024 cerró con 40 feminicidios en el estado, de los cuales la mayoría se presentaron en los municipios con alerta, como Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Chiapa de Corzo, Comitán; entre otros. Una cifra récord, ubicando ese año como el más violento para las mujeres en Chiapas; lo que encendió las alarmas por la ausencia de políticas públicas para frenar esta problemática.
En este sentido, refirió que más que crear alertas en otros municipios donde se han registrado hechos violentos con más frecuencia, es necesario revisar las fallas estructurales y el sistema de aplicación de justicia para las mujeres.
“En los sietes municipios no nos ha dado resultados. La Alerta de Violencia no ha dado resultados, no lo digo yo, lo decimos todas porque no tenemos resultados”.
La ausencia de políticas públicas para la prevención y atención de los feminicidios, no sólo deja en abandono a las víctimas directas, también a las madres, hermanas, hijas e hijos y en casos aislados a los esposos; quienes no cuentan con un acompañamiento para enfrentar la pérdida física, la violencia emocional y a veces hasta el sustento económico.
“Hay una comisión de atención a víctimas que hemos estado solicitando, tener un acercamiento para conocer que seguimiento se les da, porque esos huérfanos, imagínate que la madre que fue ultrajada, asesinada, la que llevaba el recurso económico; ya no está. Hay que darle un seguimiento.”
A fin de revertir estas problemáticas que son constantes, la presidenta de la Colectiva 50+1 en Chiapas, indicó que se están manteniendo reuniones con distintas instituciones y organismos de atención a la mujer para que se atiendan los temas centrales de las alertas de violencia de género, que comprenden acciones de prevención, capacitación a servidores públicos y acciones directas.
Usos y costumbres
Otro rubro de gran laceración para las niñas y mujeres se da en la aplicación de usos y costumbres; en Chiapas las pequeñas siguen sufriendo de situaciones graves, sobre todo aquellas por su condición socioeconómica o de origen étnico, ven vulnerados sus derechos sin que nadie alce la voz por ellas.
De acuerdo con la representante de la organización Mujeres Libres Colem, Martha Guadalupe Figueroa Mier, es vergonzoso que aún tengamos casos de niñas que son madres.
“Sigue siendo uno de los estados con las situaciones más graves. En 2024 registramos la muerte de 300 menores de edad que tuvieron complicaciones durante el embarazo, parto o puerperio, de las cuales al menos 160 tenían entre 10 a 14 años”.
Más que números, son vidas, son niñas que ya no podrán exigir sus derechos este 8 de marzo.
Figueroa Mier también reclama que deje ser normalizarse el término de “madres” en estos casos “son niñas; se habla de embarazo adolescente como si ellas lo hubiesen generado, cuando detrás hay casos de violación, de abusos en su núcleo familiar”.
Para la activista el Estado mexicano sigue siendo machista, lo que permite que continúen prácticas como el “matrimonio” infantil, otro eufemismo tras el cual se esconden abusos, cuyas víctimas son niñas obligadas a vivir bajo el yugo del silencio.
Olvidadas en los reclusorios
Haciendo mención a las injusticias; decenas de féminas en Chiapas viven en los centros de reclusión por delitos que no han cometido o porque no hablan el español, y no pueden defenderse de las acusaciones de terceros; aquellas mujeres que son de origen pobre y de pueblos originarios, quienes son violentas una, dos o hasta decenas de veces; en ocasiones sólo por ser esposas, parejas, hijas o amigas de personas que están vinculadas con un delito.
Situaciones recurrentes en el Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados (CERSS) no. 5 de San Cristóbal de Las Casas que han sido evidenciadas en la investigación de María Cameras Myers a través de su tesis “La Criminalización de las mujeres empobrecidas”, presentada para obtener su doctorado en ECOSUR unidad San Cristóbal.
“Del 90 al 95 por ciento de las mujeres, son detenidas arbitrariamente, son torturadas, son inculpadas por delitos que no han cometido, que muchas veces tienen relación con delitos de sus parejas, suegros, padres. El móvil del delito real, casi siempre está ejecutado por un hombre que tiene relación familiar o sentimental con las mujeres, y ellas son las que cargan con el delito”.
Lo que tienen en común los casos de mujeres de origen indígena e incluso migrantes, es que cuando son detenidas es bajo actos de violencia, no se les leen sus derechos, no cuentan con traductores de sus lenguas, no tienen un debido proceso y a veces hasta son sentenciadas por delitos que son inventados.
La mayoría de las mujeres que se encuentran internas en este Centro de Reinserción Social, están acusadas por delitos de robo, venta de drogas y hasta de homicidio.
Sumado a la criminalización de las mujeres, las internas son revictimizadas por la sociedad y sus familias, porque muchas de ellas siendo señaladas ya sea por el sistema de justicia y sufren de estigmatización por no ser “buenas mujeres”: esto genera que sean abandonadas por sus familiares que nunca llegan a visitarlas durante sus procesos de defensa y más aún cuando son sentenciadas.
Legislaciones para las mujeres
En Chiapas, se busca un cambio sustancial en la forma de posicionar a las mujeres, en la forma en que los estigmas culturales queden a un lado, sobre poniendo las capacidades intelectuales que aporten las mujeres para el desarrollo del estado; y estos pasos ya comenzaron a darse desde el recinto legislativo local.
En los primeros meses de actividad legislativa, el Congreso aprobó una iniciativa clave para garantizar la igualdad sustantiva en los salarios y otros derechos fundamentales para las mujeres. Sin embargo, a pesar de dichos avances, persisten problemas estructurales.
Así lo expresó la diputada local Andrea Negrón en entrevista, al señalar que las leyes aprobadas deben traducirse en acciones concretas y efectivas.
“Todavía vivimos una situación lamentable para las mujeres, donde sigue habiendo mujeres desaparecidas, con acoso sexual y violentadas en casa. Es una tarea muy grande que todavía tenemos sobre todo en la práctica en el que no quede una letra muerta”.
Para la legisladora, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer no debe reducirse a una simple celebración, sino que debe servir para recordar y reforzar la lucha constante por la igualdad.
Negrón resaltó que los derechos que hoy tienen las mujeres han sido producto de luchas históricas, y que las manifestaciones y protestas siguen siendo necesarias cuando el gobierno no responde a las demandas de justicia y equidad.
“A veces la protesta es la única herramienta que queda cuando las instituciones no cumplen con su deber”, expresó.
Si bien reconoció que el gobierno tiene la responsabilidad de garantizar seguridad y justicia para las mujeres, Negrón insistió en que la erradicación de la violencia de género debe abordarse desde un cambio cultural profundo. “El tema del cuidado y la protección hacia la mujer no puede quedar sólo en manos del gobierno. También, es responsabilidad de los padres educar a sus hijos en el respeto a los derechos de las mujeres”, sostuvo.
La diputada destacó que el machismo y el patriarcado siguen presentes en muchos aspectos de la sociedad y que su eliminación debe ser un proceso integral que incluya la educación en todos los niveles.
“No se trata solo de criminalizar la violencia de género, sino de transformar la mentalidad desde la raíz. La educación debe ser una prioridad y debe implementarse en los planes de estudio, pero también debe reforzarse en los hogares”, señaló.
A pesar de los avances legislativos, la diputada reconoció que aún hay un largo camino por recorrer para garantizar que los derechos de las mujeres se respeten plenamente.
“La lucha sigue siendo larga. No basta con que las leyes existan; es necesario que se apliquen y que haya un verdadero compromiso de todas las instituciones”, concluyó.
Con estas declaraciones, Andrea Negrón hace un llamado a la sociedad para que el trabajo en favor de los derechos de las mujeres no se limite a la legislación, sino que se convierta en una transformación real en todos los ámbitos.
Llamado a la conciencia
Por su parte, la diputada Elvira Catalina Aguiar Álvarez señaló que el 8 de marzo no es una celebración, sino una jornada de lucha y reivindicación de derechos.
Explicó que, a pesar de los avances en materia legislativa y social, las mujeres continúan enfrentando violencia, discriminación y limitaciones estructurales que impiden su pleno desarrollo.
En entrevista, la legisladora hizo un llamado a la reflexión sobre el significado histórico de esta fecha y la importancia de seguir trabajando para erradicar las desigualdades de género.
“El 8 de marzo conmemora la lucha de todas las mujeres que han buscado el reconocimiento y ejercicio de sus derechos humanos. Sin embargo, durante siglos hemos tenido que enfrentar un sistema que ha intentado mantenernos en el ámbito privado, relegándonos a lo doméstico y a las responsabilidades familiares. Esta estructura ha justificado múltiples formas de violencia contra nosotras”, expresó.
La diputada destacó que la violencia contra las mujeres tiene raíces profundas en la cultura y las normas sociales que se han transmitido de generación en generación..
“Nos han enseñado que el lugar de la mujer es uno solo y, cuando intentamos ocupar espacios públicos o alzar la voz, enfrentamos represalias. Afortunadamente, la lucha feminista ha logrado avances importantes, como el derecho al voto, la autonomía en el matrimonio y, recientemente en Chiapas, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Pero estos logros han generado resistencia y comentarios en contra de las mujeres, como si no tuviéramos derecho a ser libres y tomar nuestras propias decisiones”, advirtió.
Uno de los aspectos más preocupantes, según Aguiar, es la forma en que la sociedad sigue justificando la violencia de género. Mencionó que, ante feminicidios y desapariciones, persiste la tendencia a responsabilizar a las víctimas en lugar de señalar a los agresores.
A pesar de estos retos, la legisladora destacó el papel fundamental de las nuevas generaciones en la transformación de la cultura y la defensa de los derechos de las mujeres. Explicó que actualmente niñas y niños desde la primaria y la secundaria están promoviendo cambios significativos en sus entornos.
“Vemos ya desde la secundaria a niños y niñas que exigen respeto para sus compañeras y defienden los derechos de las mujeres, y eso es lo que necesitamos, una sociedad que incluya a las mujeres como parte de la misma sociedad y no se nos vea como un sujeto a proteger, como si fuéramos otra especie, al final somos seres humanos con los mismos derechos y el mismo respeto”.
Para Aguiar, esta evolución en la mentalidad de las nuevas generaciones es clave para lograr una sociedad más equitativa. Sin embargo, insistió en que la responsabilidad del cambio no recae únicamente en las mujeres o en un solo sector, sino en toda la sociedad.
“El cambio cultural debe ser un esfuerzo de todas y todos. No es sólo responsabilidad de las mujeres luchar por sus derechos; es una tarea de la sociedad en su conjunto”, sostuvo.
La diputada concluyó su intervención con un llamado a la acción, insistiendo en que el Día Internacional de la Mujer no debe ser visto como una celebración, sino como una oportunidad para reflexionar y exigir cambios estructurales.
Debemos recordar a todas las mujeres que han perdido la vida luchando por nuestros derechos y asumir el compromiso de seguir abriendo camino para las nuevas generaciones. No podemos retroceder en lo que hemos logrado ni permitir que la violencia y la discriminación sigan marcando la vida de las mujeres en nuestro país”, finalizó.
Pendientes históricos
María Mandiola Totoricaguena, diputada por el Distrito 2, enfatizó la necesidad de impulsar la agenda feminista, una deuda histórica con las mujeres chiapanecas.
El compromiso de las legisladoras, refiere, es clave, pero la voluntad política debe traducirse en acciones concretas, como la inclusión de grupos minoritarios y de sectores en desventaja es un paso fundamental, pero aún falta mucho por hacer para garantizar la equidad en el acceso a derechos y oportunidades.
“Vamos a impulsar, estoy segura en esta legislatura la agenda feminista, hay muchos pendientes con la agenda feminista. Estamos en la mejor disposición de trabajar de manera conjunta con las organizaciones sociales, con todos los sectores; también con el sector privado para sacar estos temas adelante, todos los temas pendientes sobre todo de los grupos minoritarios, o en desventaja históricamente”.
Las diputadas chiapanecas han puesto sobre la mesa problemáticas urgentes que afectan a las mujeres en el estado. Sin embargo, sus discursos deben traducirse en políticas públicas efectivas que generen cambios estructurales.