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Alejandro Moreno*

Con la promesa de acabar con la corrupción, la pobreza, la inseguridad y el desempleo en México, el gobierno de Morena llegó con el respaldo social que se tradujo en 30 millones 113 mil 483 votos.

Una vez obtenido el triunfo y llegado el momento de traducir en planes, programas, políticas públicas y acciones esas promesas, el grupo en el poder fue incapaz de diseñar el Plan Nacional de Desarrollo necesario para cumplirle al pueblo de México y en su lugar, redactó un documento lleno de lugares comunes, prejuicios y palabrería, augurio de lo que sería todo el sexenio.

Una de las primeras decisiones públicas irresponsables provocó la escasez de gasolina en amplias zonas del territorio nacional, a la cual se sumaría la criminal ausencia de medicamentos en el Sector Salud, que hoy sabemos no solo se debió a la falta de compra de los fármacos, sino a la desarticulación que el gobierno de Morena hizo de los mecanismos de distribución, lo cual provocó que más de 130 millones de medicinas caducaran en las bodegas del gobierno, causando el deterioro grave en la salud y economía de millones de mexicanos, así como el desfalco de 180 mil millones de pesos del erario.

Ésa es la magnitud de la tragedia que Morena ha representado para México.

Inauguradas las conferencias matutinas como una nueva forma de desenvolvimiento presidencial, se dio inicio al momento de mayor oscurantismo en el ejercicio del poder público en México, pues los datos verídicos, rendición de cuentas y la transparencia han pretendido ser sustituidos sistemáticamente por sermones, mentiras, sofismas y un discurso de odio que ha pretendido dividir a la sociedad.

Hoy, la corrupción se despacha con la cuchara grande en las oficinas públicas gracias a que las licitaciones y concursos han sido sustituidos en más de 90% de los casos por asignaciones directas, arrojando graves anomalías en cada una de las auditorías que se han practicado a este gobierno.

Pero los corruptos no son los únicos beneficiados, pues los criminales también se pasean a sus anchas en comunidades enteras que han tenido que ser desalojadas por los pobladores ante la violencia y desamparo gubernamental. El grupo en el poder ha preferido pactar en lugar de cumplir con su responsabilidad.

Es falso que este gobierno apoye a los más pobres, al contrario, son las principales víctimas de la escasez de medicamentos y subida estrepitosa en el precio de alimentos básicos, lo cual se ha agravado por la falta de apoyos al campo mexicano.

Los más pobres son los que han perdido la batalla en contra del SARS-CoV-2 ante la falta de atención en hospitales públicos y de medicinas, la ausencia absoluta de apoyo gubernamental a los pequeños negocios, la desaparición de comedores comunitarios y la inseguridad que asola a las comunidades. Son los más pobres quienes sufren la consecuencia por la desaparición del Fondo de Desastres Naturales.

Y qué decir de la clase media de este país que ha sufrido los insultos, menosprecio y sabotajes por parte del gobierno de Morena con decisiones tan criminales como desparecer las escuelas de tiempo completo, guarderías y estancias infantiles, refugios para mujeres, ataques a las instituciones de educación superior, recorte de programas sociales y aniquilación de servicios públicos.

Resultado de su desastroso gobierno, en 2021 Morena obtuvo 16 millones de votos y mañana, después de haber malversado recursos públicos, está esperando recibir, en el mejor de los casos, solo 10 millones.

Es claro que estamos ante la crónica del fin de un gobierno que pasará a la historia como el peor de todos los tiempos.

*Presidente Nacional del PRI.

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