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Alejandro Moreno*

El partido en el poder está fraguando un fraude electoral. Y como el Instituto Nacional Electoral (INE) le estorba, quiere acabar con él. Ésa es la razón de los cambios inconstitucionales que el oficialismo ha aprobado desde el Congreso de la Unión, pretendiendo avasallar la voluntad popular y exterminar a la oposición, pero no lo vamos a permitir.

Tras décadas de constantes avances y perfeccionamiento eficaz de nuestro andamiaje electoral, hoy México cuenta con un órgano constitucionalmente autónomo, que es toral para hacer respetar el veredicto de las urnas a través de procesos electorales transparentes, confiables, legítimos e imparciales.

Todos los partidos políticos han ganado y perdido en los procesos electorales organizados por el INE, porque así lo ha decidido la ciudadanía y porque ésa es la esencia de la democracia. Sin embargo, el partido que en 2018 ganó la presidencia de la República en un contexto de competencia electoral, hoy muestra su deslealtad democrática con la población y las instituciones del Estado.

Morena busca por todos los medios debilitar al árbitro electoral para arrebatar a la mala lo que no le es posible refrendar por la buena: la confianza ciudadana. Y es que a 51 meses de gobierno no hay resultados que presumir y sí muchas cuentas que rendir a una población empobrecida, enferma, angustiada por el desempleo y la inseguridad y muy defraudada.

No sólo el gobierno ha incumplido todas sus promesas de campaña, sino que ha quitado a la sociedad servicios públicos de primera necesidad como el Seguro Popular, estancias infantiles, comedores comunitarios, apoyos para vivienda, empleo temporal, protección de personas en estado de necesidad, becas y educación libre de dogmas, provocando que millones de personas caigan en pobreza.

Morena sabe que es un rotundo fracaso en el gobierno y por eso busca amañar el proceso electoral de 2024.

Es deber de todas y todos los mexicanos cuidar y defender la democracia que nos permite no sólo elegir libremente a nuestras autoridades y representantes populares, sino también gozar de libertades, defendernos de cualquier abuso del poder, elegir libremente nuestro modo de vida y desarrollar nuestras potencialidades a lo máximo.

Ayer fueron el Seguro Popular, FONDEN, estancias, refugios y Prospera, hoy el INE y el Tribunal Electoral, ¿mañana qué sigue? ¿Las universidades, INAI, Banco de México, Suprema Corte de Justicia, Cámara de Diputados o Senado? A los autoritarios todo lo que implique control les estorba.

Pero frente a esas intentonas de Morena, deben tener claro que en México hay mucha ciudadanía, una férrea resistencia institucional, una oposición unida y una irrenunciable vocación democrática que no permitirán que el grupo en el poder acabe con la democracia.

*Presidente Nacional del PRI.

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