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Alejandro Moreno*

A las y los priistas jamás nos harán servidores del poder, porque nosotros servimos a México y así será hasta las últimas consecuencias.

Los gobiernos autoritarios no debaten, más bien se caracterizan por intimidar, amenazar y perseguir a sus críticos u opositores. Y así ha sucedido en México desde el 1 de diciembre de 2018 cuando se instaló un régimen que conculca derechos humanos y busca desaparecer a la oposición al costo que sea.

Y es que el autoritarismo ejerce una técnica despiadada para desaparecer la crítica a través de formas diversas encaminadas a lograr su sometimiento.

Cada vez se endurecen más las medidas a través de los recursos, información y acciones que están al alcance del Estado: su información especializada, sus acerbos fiscales, formas distintas de espionaje y de allegarse datos.

El autoritarismo descalifica a sus interlocutores cuando no se pliegan a sus deseos, cuando no se aceptan los mensajes que envían.

Pero con el PRI se han topado con pared. El PRI no se dobla.

El partido, su estructura sectorial y territorial, sus organizaciones y colectivos, la dirigencia nacional y las locales, los cuadros que se han destacado por su formación y compromiso, nuestros legisladores federales y locales, hemos cerrado filas en contra de la intentona dictatorial y llegaremos hasta las últimas consecuencias en la defensa de la democracia.

El testimonio personal que el pasado 31 de mayo ofrecí se suma a una tendencia que expone, lamentablemente, un perfil autoritario de este gobierno, una propensión que desquebraja la vida de la República, su equilibrio de poderes, a los órganos autónomos, a las organizaciones de la sociedad civil, a los periodistas y a los partidos de oposición.

El ambiente de intimidación y la propagación de una cultura del miedo, tiene efectos brutales, demoledores, pues implica impulsar la inhibición de la crítica y propiciar la autocensura.

Con Morena no hay futuro promisorio para el país. Para ellos no se trata de luchar por ideales ni por la justicia social, sino por sus intereses y prejuicios, enclavados en lo más hondo del atraso, la pobreza y la miseria.

Hoy Morena se ha quitado la máscara, mostrando su talante autoritario y que sin haber agotado una discusión que tuvo a su alcance, amenaza, busca intimidar y arrebatar lo que no sabe obtener con diálogo y negociación.

En el PRI confiamos que luchar por el régimen republicano, las libertades, la democracia y la justicia social es la mejor ruta para triunfar.

Sé que el gobierno no blande la espada de la fuerza de la razón, sino la razón de la fuerza; en cambio el PRI no tiene más espada que la fuerza de la razón y esa nos basta.

*Presidente Nacional del PRI.

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