Canadá: ¿El fin de los cines independientes?

Jesús Martínez Soriano

Toronto, Canadá. Es el martes 6 de agosto de este 2024. Como suelo hacerlo de manera cotidiana casi todos los martes, el día de hoy salgo apresurado del trabajo rumbo al cine, esta vez al Carlton Cinema, ubicado muy cerca de la estación del metro College, en el centro de la Ciudad. Es una tarde nublada y agradable, con una temperatura de 22 grados que parece presagiar el fin de los calores de verano que aquí suelen ser muy intensos. Al llegar al cine me percato que en su marquesina se lee, además de los nombres de las películas exhibidas, una leyenda en letras rojas que a la letra dice: Vuelve el martes de a $5, en referencia al precio del ticket o boleto de entrada, con impuesto incluido (que anteriormente era de 7 dólares), el cual, por cierto, en este cine aún se expide de manera impresa. En la dulcería las empleadas ofrecen la promoción de todo de a 5 (palomitas y refresco de cualquier tamaño), misma que también es anunciada en las pantallas, previo a la proyección de las películas.

Quiero suponer que todas esas promociones representan un esfuerzo desesperado de los llamados cines independientes, conocidos también como India, por atraer al público al cine y contrarrestar la difícil situación por la que atraviesan, aunque no sé si lo estén logrando. Hago referencia a lo anterior debido a que hace algunos días leía con cierto pesar que en 2023 los cines independientes en Canadá registraron pérdidas en sus ingresos, lo cual los coloca en una situación bastante complicada.

¿Quién controla la exhibición cinematográfica en Canadá?

Como ocurre actualmente en muchas regiones del mundo, en este país la industria de la exhibición cinematográfica se encuentra bajo el predominio de las grandes cadenas comerciales, aunque en realidad podría afirmarse que de una sola: Cineplex. Ésta concentra el 75% del mercado de taquilla, disponiendo de 160 establecimientos y 1,631 pantallas, con mayor presencia en las grandes ciudades. (https://corp.cineplex.com/about#). Algo similar a lo que sucede en México, en donde dos grandes cadenas, Cinemex y Cinépolis controlan el mercado nacional. Le sigue la cadena Landmark, de origen belga, con el 12% del mercado de taquilla, disponiendo de 36 establecimiento, 402 salas y 303 pantallas, con fuerte presencia principalmente en la región oeste del país. La tercera es la cadena Cinemas Guzzo, con el 2% de participación, que opera básicamente en la provincia de Quebec, la cual se asume como independiente y cuenta con 10 complejos de exhibición y 141 pantallas. El restante 11% corresponde a los llamados cines independientes, con alrededor de 400 cines y 1,200 pantallas, varios de los cuales disponen de una sola sala. (https://www.lexpert.ca/big-deals/kinepolis-group-acquires-landmark-cinemas-for-123m/351704).

Canadá es de las pocas naciones en donde prácticamente una sola cadena, Cineplex, tiene un amplio dominio de la exhibición de cine, a diferencia de otras en que las cadenas más grandes tienen una participación menor: Australia (28.7%), Estados Unidos (26%), Inglaterra (24%). Además de ello, a partir de 2023 Cineplex también ha tomado el control de la distribución de películas, lo que le otorga ventajas adicionales sobre sus competidores. Dicha cadena dispone de todos los estrenos en pantalla y en línea, en la modalidad de pago por evento, dejando a los demás cines en espera durante largos periodos que pueden prolongarse por semanas o hasta meses, de acuerdo con los resultados en taquilla, para que estos últimos puedan proyectarlos. Además, dispone de uno de los programas más grandes y atractivos de lealtad, denominado Scene, con validez en cualquiera de sus establecimientos.

La importancia y el simbolismo de los cines independientes

Al igual que en muchos otros sectores, también en el de la exhibición cinematográfica se observa una tendencia hacia la uniformidad, que ha sido una de las características en la era de la globalización. En el caso de las grandes cadenas, como Cineplex, casi todos los cines son iguales, con salas y espacios similares, muchos de ellos localizados en los grandes malls o plazas comerciales. El caso de los cines independientes es distinto; a pesar de superar en número a Cineplex (400 contra 160), sus ingresos por taquilla son bastante limitados en comparación con el gigante del sector (11% del total contra 75%), como ha quedado subrayado. Y es que “los independientes no son un nicho, sino que representan el principal lugar alternativo para ver una película y, a menudo, a precios más asequibles (…). Estos lugares son entes culturales y económicos clave en sus comunidades”, sobre todo en las más pequeñas. De acuerdo con la Red de Exhibidores  Canadienses Independientes (NICE por sus siglas en inglés), en la mayoría de las comunidades rurales, en donde habita el 20% de la población, la principal oferta de cine son los Indie (https://www.nicecinema.ca/2023/10/11/independent-cinemas-in-canada-are-in-crisis/).

Casi todos los cines independientes son diferentes el uno del otro, al menos en Toronto; algunos con una sola sala de exhibición, como el Reveu Cinema o Fox Theater, los dos más antiguos de Canadá; otros disponen de mayor oferta como el Carlton Cinema, que cuenta con 8 salas, aunque todos con la característica común de ser cines retro, de los cines tradicionales que muchos conocimos antes de la proliferación de las grandes cadenas que ahora dominan el mercado del séptimo arte. Para quienes nos encontramos más allá de la mitad del trayecto de la vida, asistir a un Indie representa un viaje por el túnel del tiempo, que nos transporta a la época en la que ir al cine implicaba admirar las grandes marquesinas iluminadas de sus exteriores, las características taquillas de las entradas, la publicidad estática en sus interiores y las máquinas de hacer palomitas en sus dulcerías, entre otras cosas.

Los cines independientes en riesgo de desaparición

Sin lugar a dudas una de las industrias más afectadas por la pandemia del Covid a principios de la presenta década, sobre todo en 2020, fue la del entretenimiento, entre ellas el cine, toda vez que se mantuvo inactiva. Una vez levantadas las restricciones esa actividad ha venido creciendo gradualmente, pero para los cines independientes la situación continúa siendo crítica. De acuerdo con la Red de Exhibidores Canadienses Independientes, en 2023 el 70% de dichos cines registraron pérdidas, por lo que han requerido el apoyo del gobierno para seguir operando. Varios de ellos han señalado que necesitarán unos 50 mil dólares anuales durante los próximos tres años para mantenerse abiertos. Estos pequeños cines tienen que lidiar, además, con las reglas impuestas por los grandes distribuidores, como Disney, que determinan cuándo y durante cuánto tiempo pueden proyectar ciertas películas. Dichas distribuidoras exigen también, en algunos casos, que una sala independiente dedique una pantalla a una sola película hasta por cuatro semanas, incluso si la película deja de atraer taquilla en la primera semana. Para los cines que cuenta con una sola sala ello resulta frustrante y extremadamente complicado. (https://www.cbc.ca/news/entertainment/independent-theatres-in-crisis-1.7144390).

Por otra parte, los Indie están impedidos para proyectar películas que se exhiben en las grandes cadenas geográficamente cercanas a los mismos, básicamente Cineplex, en lo que se denomina “disposiciones o restricciones zonales”. Adicionalmente, todos los cines enfrentan la competencia de las plataformas streaming, que cada día adquieren mayor popularidad y aceptación, sobre todo entre el público joven. En meses recientes he visitado siete cines independientes en Toronto, casi todos en las funciones de alrededor de las 4:00 de la tarde los días martes, cuando su costo es más económico. En dichas visitas he observado una concurrencia escasa en las salas (entre 5 y 12 asistentes) y a un público mayoritariamente de personas adultas. Tomando en cuenta lo anterior y sabedor de las dificultades que esos cines enfrentan, me pregunto hasta cuándo podrán sobrevivir muchos de ellos, que hoy en día parecen estar destinados a desaparecer. Aunque por otro lado y en una visión más optimista, pienso que quizá muchos de los jóvenes que actualmente no se sienten atraídos por esos cines, más adelante empezarán a recordar con nostalgia aquellos centros de entretenimiento que durante su infancia frecuentaban al lado de sus padres, abuelos o hermanos mayores, y a los cuales tenderán a retornar tarde que temprano.

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