Jesús Martínez Soriano
Toronto, Canadá. Como es ampliamente conocido, el pasado lunes 6 de enero el todavía Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, dio a conocer su decisión de renunciar a ese cargo a partir del mes de marzo del año en curso, una vez que el partido Liberal, su partido, elija a un nuevo líder, y paralizando el Parlamento. El anuncio pareció no haber generado muchas sorpresas, ya que era percibido como una decisión largamente anunciada. Sin embargo, en la opinión de la mayoría de los medios y analistas locales, la determinación de Trudeau de mantenerse en el cargo casi tres meses más ha causado inconformidad y hasta indignación, toda vez que es considerada como un esfuerzo desesperado por revitalizar a su partido, el cual, de acuerdo con todas las encuestas, si hoy fueran las elecciones perdería por abrumadora mayoría de 24 puntos (44.2% de los Conservadores contra 20.1% de los Liberales, según la cadena de noticias CBC). No obstante, también existen otras voces que consideran que el todavía líder de los Liberales está siendo juzgado más por sus fracasos, sin reconocer sus aciertos, que también los tuvo. Pero más allá de todo ello, lo cierto es que Trudeau se marcha con uno de los niveles de aprobación más bajos de que se tenga memoria en un Primer Ministro, con 16%, de acuerdo con Angus Reid, con datos de diciembre de 2024, cuya principal razón, en el fondo, puede atribuirse a su incapacidad para adaptarse a las circunstancias de su tiempo, en palabras del periodista Paul Wells. (https://angusreid.org/trudeau-tracker/).
Sus inicios, su encumbramiento, sus logros
Justine Pierre James Trudeau, nacido en Ottawa, la ciudad capital, en 1971, es el hijo mayor del ex Primer Ministro de Canadá, Pierre Elliott Trudeau, quien gobernó a esta nación entre 1968 y 1979, así como entre 1980 y 1984. Estudió la Licenciatura en Literatura en la Universidad de McGill, y la de Educación en la Universidad de la Columbia Británica, en donde también ejerció la docencia. En 2013 fue elegido líder del Partido Liberal y dos años más tarde, en 2015, Primer Ministro, obteniendo gobierno de mayoría, con casi 40% del voto popular (39.4%) y 184 circunscripciones (asientos en la Cámara de los Comunes), contra 31.9% y 99 asientos de los conservadores. Llegó a ese cargo cuando solo tenía 44 años de edad; entonces su carisma, jovialidad y frescura cautivaron a los canadienses, quienes lo veían como una figura de cambio y renovación. El hijo primogénito de Pierre E. Trudeau también ganó las dos elecciones posteriores en 2019 y 2021, cuando su partido obtuvo mayor número de circunscripciones, pero con gobierno de minoría, perdiendo, en ambos casos, el voto popular. Hay que recordar que en Canadá el partido que obtiene la mayoría de circunscripciones, aunque no necesariamente la mayoría del voto popular, es el que asume el gobierno. En 2019 el Partido Liberal logró solo 33.1% del voto popular, pero 157 asientos en la Cámara de los Comunes, contra 34.4% del voto y 121 asientos de los conservadores, lo que le permitió mantenerse en el poder. Algo similar ocurrió en 2021, cuando a pesar de mantenerse como Primer Ministro con la obtención de 160 circunscripciones contra 119 de los conservadores, volvió a perder el voto popular, 32.6% contra 33.7% de los conservadores. (https://www.britannica.com/biography/Justin-Trudeau).
Aunque pueda resultar prematuro tratar de hacer un balance sobre la gestión de Justin Trudeau, vale la pena señalar que entre los avances más importantes registrados en su gobierno puede mencionarse la instrumentación de diversos programas sociales, como el Beneficio Tributario para Infantes (7,787 dólares anuales en 2024, para niños menores de 6 años, y 6,570 para menores de edad entre 6 y 17 años); la mayor atención farmacéutica nacional impulsada en 2021, que aumentó la cobertura de medicamentos, cuyo costo ha sido cubierto principalmente con fondos públicos (46%) y privados (40%), requiriendo de los beneficiarios directos solo una aportación de 14%; y la atención dental nacional, que ha beneficiado a unas 8.5 millones de personas con ingresos menores a 90 mil dólares anuales y mejorado la atención a otras 1.4 millones. (https://www.canada.ca/en/employment-social-development/news/2024/07/canada-child-benefit-increases-again-to-keep-up-with-the-cost-of-living.html). Asimismo, Trudeau enfrentó de manera exitosa la crisis del Covid, registrando en 2021 una tasa de contagios 50% menor a la de Estados Unidos (258 por millón de habitantes, contra 543, en 2021) y contribuyó a mantener vigente el TLCAN, renegociado y conocido hoy como T-MEC.
La debacle
Trudeau, quien hizo posible que los liberales regresaran al poder en 2015, logrando un gobierno de mayoría con un triunfo arrollador, hoy paradójicamente, se ha convertido en un lastre para su partido. Algunos escándalos personales se conjugarían con diversos asuntos internos para generar un sentimiento de inconformidad entre los canadienses, que fue creciendo hasta los niveles hoy conocidos. Entre los primeros, figura la investigación de que fue objeto en 2020 por presuntos conflictos de intereses (la tercera hasta ese momento), al haber otorgado un contrato por 43 millones de dólares americanos a la organización de beneficencia WE Charity para conectar a estudiantes graduados de secundaria con opciones de trabajo voluntario pagado para compensar la pérdida de empleos de verano a causa de la pandemia. Lo anterior debido a que se dio a conocer que él, su madre y su esposa habían fungido como conferencistas de dicha organización en diversos eventos, recibiendo importantes remuneraciones, previo a su arribo a Rideau Cottage, la sede residencial del Primer Ministro. (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53549419.amp).
Por otra parte, quizá el aspecto que más desgastó la gestión del todavía Primer Ministro, fue el incremento desmedido de la inflación en la etapa posterior a la pandemia. El índice de inflación pasó de 0.7% en 2020 a 6.8% en 2022 (el máximo alcanzado en este país), con el consecuente aumento de precios al consumidor y del costo de la vida en general, lo cual causó enormes estragos a la mayoría de la gente. Aunque, como se recordará, ese no fue un caso exclusivo de Canadá; en Estados Unidos la inflación llegó a niveles todavía más elevados, 8.3% en el mismo 2022 y con efectos igualmente devastadores. Si bien es cierto que en la actualidad la inflación ha logrado ser bajada al 2.4% (en el 2024) aún no alcanza los niveles previos a 2020. (https://www150.statcan.gc.ca/n1/daily-quotidien/240116/dq240116b-eng.htm). Ese problema, combinado con el incremento desbordado de la Inmigración, generó un problema adicional: El encarecimiento de la vivienda. De acuerdo con Statistic Canada, la fuente oficial del gobierno, tan solo en 2023 se registró el crecimiento más alto de la población en un año, 3.2%, con el ingreso de más de 1.2 millones de personas al país, únicamente comparado con el ocurrido en 1957, cuando fue de 3.3%. Entre 2020 y 2025 el aumento de las rentas para vivienda fue de 2.5%, pero para quien rentaban una casa, cuarto o departamento por primera vez los incrementos han sido desproporcionados. (https://www.cbc.ca/amp/1.7157233).
Las reacciones
Después de la renuncia del Primer Ministro, las reacciones no se hicieron esperar; casi todos los medios han criticado con severidad su decisión de cancelas el Parlamento hasta el 24 de marzo y de mantenerse en el cargo hasta esa fecha. The Globe and Mail, el periódico más importante del país, en un muy duro editorial que tituló: Para Trudeau su Partido está en primer término y Canadá en segundo, consideró que “hay solo una razón para prolongar cierre del Parlamento hasta marzo: preservar, lo mejor que se pueda, la suerte del Partido Liberal y evitar la derrota en unas elecciones inmediatas.” De igual forma, destacó que el gobierno federal enfrenta varios retos urgentes, como “una posible guerra comercial con EU o el impulso de una reforma migratoria”, lo cual “requiere un gobierno que pueda diseñar un plan creíble a largo plazo”, pero, añade, para Justin Trudeau “la pregunta ¿Qué es lo mejor para Canadá? puede esperar hasta que se pueda responder a la pregunta ¿Qué es lo mejor para el Partido Liberal?” (https://www.theglobeandmail.com/opinion/editorials/article-for-justin-trudeau-the-future-of-the-liberals-comes-first/). En el mismo sentido se manifestó el National Post, en cuyo principal editorial titulado “De verdad otros tres meses”, asevera que “al prorrogar el Parlamento (…) para que los liberales puedan ordenar sus procesos internos no solo es una ciega arrogancia sino una tontería peligrosa unida a la incompetencia”. (https://nationalpost.com/opinion/michael-higgins-for-the-good-of-the-country-trudeau-should-exit-immediately). En tanto, el Toronto Star, también criticó dicha decisión, pero de manera más prudente y equilibrada; en su principal editorial titulado “Trudeau finalmente tomó la decisión correcta”, hace énfasis en que “nadie se marcha cuando debe” y que aunque el político canadiense debió haberlo hecho antes, finalmente tomó la decisión correcta al renunciar a su cargo. Y aunque subraya que éste “podría haber esperado un poco más o podría haber empujado al país a una elección inmediata, ninguna de estas decisiones le habría proporcionado más que una gran aflicción.” (https://www.thestar.com/opinion/editorials/justin-trudeau-finally-made-the-right-decision/article_96faf398-cc6f-11ef-80f5-3b34d59d6ba7.html?utm_medium=social&utm_source=email&utm_campaign=user-share).
Hay que recordar que Justin Trudeau es el único Jefe de estado que aún se mantiene en el poder del G7 (o Grupo de los 7, integrado por los países más desarrollados de América y Europa) que gobernaban hace casi una década, desempeñando casi siempre un papel relevante. A diferencia de todos los demás mandatarios que llegaron más recientemente al poder, Trudeau ha tenido que cargar con el peso de las consecuencias de los problemas en los tiempos difíciles que gobernó, como la pandemia, generándole un enorme desgaste que sus contrincantes han sabido aprovechar, descalificándolo a él y a su partido. Pierre Poilievre, el líder del Partido Conservador que hoy encabeza las preferencias para llegar al poder, reaccionó así a la renuncia de su rival político: “Todos los diputados liberales que hoy están en el poder y todos los potenciales candidatos al liderazgo Liberal que luchan por el puesto más alto ayudaron a Justin Trudeau a romper el país en los últimos 9 años.” Como señalábamos anteriormente, acaso sea hoy prematuro hacer un balance sobre la gestión del actual Primer Ministro a lo largo de casi una década de servicio, pero quizá la serenidad que dan los años permita más adelante no solo reflexionar sobre sus errores, sino también reconocer sus aciertos, porque como ha señalado The Toronto Star, si bien es cierto que “es un privilegio dirigir este país (Canadá), también es una carga.” Y a uno le puede o no gustar Trudeau, o puede estar o no de acuerdo con él, pero “habría que agradecerle que haya asumido esa carga.”
Un comentario
Muy buen articulo!