Letras Desnudas
Mario Caballero
El gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar ha sido lo mejor que le ha pasado a Chiapas en la historia reciente.
Lo digo no sólo por el tema de seguridad, aunque ahí se encuentra el logro más destacable de los primeros cinco meses de su administración. En diciembre, nuestro estado se encontraba entre las regiones más inseguras y dos de los municipios más importantes, como Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, figuraban en el ranking de las diez ciudades con mayor percepción de inseguridad de México.
Hoy, sin embargo, según la más reciente encuesta del Inegi, Chiapas es la segunda entidad más segura del país, y Tuxtla bajó del lugar seis al 33 y Tapachula del primero al octavo. La paz y la tranquilidad han vuelto a nuestro territorio.
Pero también lo digo por la visión humanista del gobernador. Cada acción, estrategia y política pública tiene el objetivo de enaltecer la dignidad de los chiapanecos. Lo que incluye priorizar el bienestar de las personas, poner en el centro a la población vulnerable, fomentar el progreso con justicia y crear las condiciones para que la gente pueda vivir segura, en paz y libre de miserias.
Esta revolución de las consciencias, resumida en la frase “Jam Ach’ulel”, que implica nuevas formas de ejercer el poder y entender la política, ha convocado a toda la estructura gubernamental a asumir con compromiso, responsabilidad y determinación el reto de mejorar la calidad de vida de los chiapanecos y elevar los índices de desarrollo humano.
Por eso hemos visto que este gobierno ha realizado grandes esfuerzos por superar los rezagos en sectores como salud, educación, caminos y agua.
GALLINA QUE COME HUEVO…
En lo personal aplaudo el gran interés del gobernador Ramírez Aguilar por fortalecer la educación, que no sólo implica la cruzada contra el analfabetismo sino también becas, programas para la obtención de telefonía e internet gratuito para estudiantes de bachillerato y nivel superior, construcción de infraestructura educativa, entre otras acciones. Como lo he mencionado antes: pensar en la educación es pensar en un mejor futuro.
Sin embargo, hay funcionarios que no han comprendido el objetivo y el fundamento de la Nueva ERA: transformar a Chiapas.
Igual como reza la expresión popular “gallina que come huevo, aunque le quemen el pico”, siguen fieles a sus viejas costumbres y despreciables hábitos. En lugar de ponerse a trabajar y seguir el ejemplo del mandatario, están utilizando el puesto para sacar beneficios personales.
Al escritorio de este autor ha llegado información de que René Gregorio Velázquez Santiago se está sirviendo con la cuchara grande en el Instituto de Evaluación, Profesionalización y Promoción Docente de Chiapas.
En los corrillos políticos se comenta que este servidor público ha estado fortaleciendo pero no al órgano a su cargo, que depende de la Secretaría de Educación estatal, sino a su familia, amigos, ahijados y recomendados a los que ha colocado en puestos clave en la institución y en otras dependencias de gobierno.
Asimismo, parte del personal ha mencionado sufrir acoso y hostigamientos de toda naturaleza, especialmente las mujeres. Mientras el gobernador ha insistido a sus colaboradores desempeñar el cargo con honestidad, responsabilidad y sentido humano, René Velázquez no sólo ha actuado con exceso de poder, colonizando el organismo con su parentela y alcahuetes, sino también ha sembrado inquina entre los trabajadores. Inclusive, se habla de que ha ordenado una serie de despidos injustificados.
Para mayor inri, su nombramiento es una reverenda incongruencia.
El Instituto de Evaluación, Profesionalización y Promoción Docente, como su nombre lo indica, se encarga de garantizar la formación de los maestros en servicio, mejorar la educación en nuestro estado mediante la excelencia en el servicio docente y ofrecer planes de estudios que cumplan con la política educativa vigente.Empero, el director general no tiene cédula profesional.
Si se consulta la página del Registro Nacional de Profesionistas de la SEP, arroja el mensaje: “No se encontró información para los criterios de búsqueda especificados: René Gregorio Velázquez Santiago”.
Esto, por sí mismo, es una burla hasta para el gobernador Eduardo Ramírez. Pues es inadmisible que el responsable de evaluar, promover y capacitar a los docentes chiapanecos no tenga reconocimiento oficial profesional. Por decirlo de otra forma, es un pasantillo de quinta que se presenta como licenciado en Ciencias de la Educación con Terminal en Ciencias Sociales.
Espero que esto lo sepan los afiliados de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de Tuxtla Gutiérrez, con quienes hace un par de semanas René Velázquez firmó un convenio para capacitarlos, asesorarlos y realizar proyectos en beneficio de toda la agrupación. Cínico.
¿DEBERÍA SORPRENDERNOS?
Obviamente no.
René Gregorio Velázquez es un oportunista, un cínico, un personaje de lo peor que ha parido la política chiapaneca.
Sus mejores años los vivió durante la administración de Juan Sabines Guerrero, de la cual desempeñó el cargo de coordinador operativo del Instituto Chiapas Solidario, de donde salió bajo acusaciones de corrupción, saqueo y enriquecimiento ilícito. Y si no fue llamado a rendirle cuentas a la justicia fue porque gozó de la protección del exsubsecretario de gobierno, Nemesio Ponce Sánchez.
Hay información pública y publicada de que durante ese periodo sustrajo decenas de toneladas de productos agropecuarios que escondía en almacenes ubicados en distintos ejidos, como Salvador Urbina, en Chiapa de Corzo, de donde es originario.
En la colonia El Amatal, del mismo municipio, se le descubrió una bodega donde presuntamente tenía artículos de los programas sociales estatales y federales, así como material de construcción, como tinacos, láminas, molinos, cobertores, colchonetas, insumos agrícolas, entre otros, mismos que nunca fueron entregados a los beneficiarios y campesinos de las comunidades.
Aparte, durante el proyecto de ampliación del aeropuerto realizado en ese sexenio, tuvo cierta participación. Por lo cual, se le acusó de haberse quedado con el dinero que sirvió para la compra de las tierras. Todos los días llegaban decenas de personas humildes y ancianos a llorarle a la puerta de su casa para que les pagara.
No es todo. A la gente que acomodó en su momento en diferentes dependencias les quitaba la mitad de su salario y obtuvo una plaza docente en Berriozábal que jamás ha ejercido.
Como cereza en el pastel, varios de sus vecinos comentan que por muchos años tuvo una niña de origen indígena viviendo en su casa, a la que humillaba y explotaba laboralmente.
UNA SUMA QUE RESTA
Es un despropósito que René Gregorio Velázquez se mantenga en la dirección general de tan noble institución. Y no sólo por la incongruencia de ser el encargado de profesionalizar a los docentes siendo que no tiene cédula profesional, sino también porque con su negro historial le quita credibilidad tanto a la institución como al gobierno de la Nueva ERA.
Es una suma que resta. Peor todavía, es un político que desde hace mucho tiempo debería estar en la cárcel, pagando por todo el daño que le ha hecho a Chiapas.