Opinión y Propuesta
Andrés Vázquez López
El presidente López Obrador ha pasado todo su sexenio, machaconamente, un día sí y otro también, insistiendo en erradicar la corrupción. No le falta razón, desde luego. Y su estrategia a grandes rasgos, fue eliminar los intermediarios.
Así se hizo con muchos aspectos de la administración pública. Eliminar intermediarios, eliminar burocracia; ya que en el cálculo morenista, era justo ahí donde se repartían las dádivas y los recursos se atoraban, llegando una pírrica parte de ellos a su destino, o de plano nada.
Nos parece que la estrategia fue la correcta, sin embargo, hablemos de la omisión cometida en materia deportiva.
La justa olímpica ha llegado a su fin y una vez más, México ha cosechado una ínfima cantidad de medallas. Todas ellas más bien fruto del esfuerzo individual de los atletas mexicanos y sus familias, que de los apoyos institucionales que debieran recibir, pero que, en realidad, no les llegan. Y esa es una realidad que viene desde los tiempos priístas más remotos. Pasando por las administraciones panistas y desde luego, la actual.
Revisando el medallero, vemos cómo países más pequeños y que pudieran parecernos con menos recursos, obtienen mejores resultados en el medallero. Sólo por mencionar algunos, tenemos a Uzbekistán, en 13o lugar, con 8 medallas de oro y 13 en total. Kenia en el lugar 17, con 4 oros de un conjunto de 11 medallas. Incluso la invadida Ucrania obtuvo mejores resultados que los mexicanos, al lograr 12 medallas en total, de las cuales 3 fueron de oro; para colocarse en el lugar 22.
Seguimos: Azerbaiyán quedó en el lugar 30, con 7 medallas, 2 oros. E incluso la Cuba socialista de Díaz Canel quedó en el lugar 32 con 9 medallas, 2 oros. ¡Y hasta Botswana nos ganó con su posición 55 del medallero! Ello al obtener 2 medallas, una de ellas de oro.
Y si lo nota, amable Lector; hemos mencionado tan sólo países más chicos y/o más pobres que el nuestro y que sin embargo obtienen mejores resultados deportivos. ¡Ya ni qué decir de los países desarrollados! Y como ejemplo, ahí tenemos al pequeño reino de los Países Bajos, apenas un poco más grande en territorio que Yucatán; y que sin embargo se coló hasta la sexta posición del medallero, logrando 15 medallas de oro, 7 de plata y 12 de bronce, para un total de 34. Ya ni mencionar a los Estados Unidos y sus 126 preseas. Mejor no.
México quedó 10 posiciones abajo, en el lugar 65 de la tabla, y ocupando la segunda posición entre los países que no ganaron ningún oro, justo detrás de Turquía. Nuestro país apenas logró 5 medallas: 2 de plata y 3 de bronce. Y reiteramos, no son un logro menor, si se piensa en el esfuerzo individual de quienes las obtuvieron. Pero sí nos dejan ver el desastre de la política deportiva que, quiérase o no, se repitió en este Gobierno, una vez más.
Pregunta: ¿Por qué la 4T no hizo con el deporte, lo que sí hizo con otros aspectos de la vida pública? ¿Por qué no quitó los intermediarios? ¿Por qué no eliminó la burocracia? ¿Por qué no le dio las becas directamente a los atletas? Especialmente a aquéllos que demuestren los resultados que les valgan el honor de representar a nuestro país en justas de este tipo. ¿Por qué no existe algo así como “Deporte para el bienestar”?
Lo cierto, es que nuestro país ha hecho grandes esfuerzos en regenerar su vida pública, como para tentarse el corazón y que ésto no permee en las estructuras deportivas, tan simbólicas para el orgullo nacional y tan importantes en la reconstrucción del tejido social.
Ojalá que sí.