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Opinión y propuesta

(Primera parte)

Mtro. Andrés Vázquez López

La política es un ejercicio complejo, donde a veces se logran más consensos. A veces menos. Pero lo cierto es que se trata de una arena donde los diferentes grupos tratan de sacar adelante su proyecto político para gobernar a la nación, basándose en sus ideales y puntos de vista.

En la naturaleza de la política se encuentra la confrontación, el encono y tristemente, no siempre encontramos el acuerdo ni el consenso. Ello polariza a la sociedad y los diferentes grupos tienden a radicalizarse al grado de no escuchar al otro. De despreciarlo, ofenderlo, denostarlo y a dejar de tratarlo como un adversario político, para convertirlo en un enemigo personal. Esto sucede en todas las democracias, pero algunas ya han desarrollado mecanismos sociales que le permiten gestionar estas diferencias de mejor forma que como lo hacen otras, como la nuestra. Todavía es común toparnos con noticias donde tal o cual personaje político tiene tan pocos argumentos para debatir, que se dedica a insultarlos y cosechar las respuestas por el estilo.

Pero hay hechos incontrovertibles. Los siguientes son datos duros y nuestra fuente, amable Lector; es la encuestadora Consulta Mitofsky, que reporta haber consultado una muestra de casi 44 mil mexicanos, mayores de 18 años y con dispositivos móviles inteligentes con acceso a internet. Aquí podremos darnos idea de las filias de la población mexicana:

Con base en dicha encuesta, podemos decir que 30.7% de los mexicanos perciben que la situación económica bajo el Gobierno de la 4T ha mejorado, mientras que 39.7% perciben lo contrario.

Se reporta, como en muchos otros estudios del tipo; que el presidente López Obrador cuenta con un 59% de aprobación ciudadana, mientras que es un 41% de ciudadanos los que lo desaprueban. Esta medición se comenzó a hacer desde noviembre de 2018, es decir cuando el mandatario todavía era presidente electo; y desde entonces la máxima aprobación la tuvo en febrero de 2019, con 67% a favor y 28% en contra. El peor momento de la popularidad presidencial la tuvo en los meses de abril, mayo y junio de 2020. En el primero y el último de ellos, han sido los únicos meses donde la aprobación del presidente fue menor al rechazo, con 48% a favor y 52% en contra en ambos casos; mientras que, en el segundo mes en comento, ambas tendencias coincidieron en 50%. A partir de este quiebre, guste o no; el apoyo presidencial con sus altas y bajas, no ha hecho más que aumentar de manera consistente, ubicándose casi en su nivel histórico más alto en diciembre de 2021, después de los estragos más duros de la actual pandemia, llegando a 66% a favor y 34% en contra. Apenas un punto por debajo de su máximo histórico. A partir de este último pico y a lo largo de lo que va de este año, la aprobación presidencial ha ido a la baja para llegar a los niveles actuales. Recordemos que la teoría política reconoce que el ejercicio del poder siempre desgasta a quien lo ejerce y pese a ello, el presidente se mantiene con un índice de aprobación bastante alto.

De acuerdo siempre con la misma muestra, los niveles de aprobación presidencial son altos en lo general y en los diferentes segmentos poblacionales. Por ejemplo, el mandatario tiene más (a veces mucho más) del 50% de aprobación entre: Sus simpatizantes, campesinos, estudiantes, jóvenes, amas de casa, empleados, jubilados, hombres, mujeres, profesores, trabajadores del sector informal, ¡desempleados!, comerciantes y personas de todas las edades.

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