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Opinión y propuesta

Mtro. Andrés Vázquez López

La actual guerra en Ucrania es la crónica de un conflicto anunciado que nos dará para escribir bastante en los próximos días. Sin embargo, podría pensarse que es un conflicto lejano y con pocas repercusiones para México, pero esto no es así.

Circula en redes sociales, uno de esos tan famosos “memes” que señala que la guerra en Ucrania no afectará el precio de la tortilla en Chiapas, como una manera de ilustrar cuán lejano se percibe el conflicto, pero más allá de las consecuencias económicas a corto y mediano plazo, los mexicanos ya tenemos una primera consecuencia de la cual preocuparnos.

Como parte del manejo político que hace el Kremlin de esta guerra, apenas el lunes pasado el gobierno ruso reconoció la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y firmó con ellos unos tratados que obligan a Moscú a proteger a dichos “nuevos países”. Acto seguido, envió tropas a lo que pretende es el territorio de las ya mencionadas repúblicas, pero que en realidad pertenece a Ucrania. Así, desde su óptica, no se está invadiendo a Ucrania, sino que sus tropas han ingresado al territorio de sus dos nuevos aliados y han entablado combates contra quienes los atacan. Acto seguido, identificó al gobierno ucraniano y a su ejército, como la principal amenaza para las dos nuevas naciones y los atacó, pretextando el cumplimiento de los ya mencionados tratados. En términos legales, una operación limpia; ya que ahí donde el mundo ve una invasión a un país soberano, Rusia insiste en ver la legítima defensa de sus aliados y sostiene que es una operación de paz. Una maniobra por decir lo menos, perversa.

De este lado del mundo, Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, ya aplaudió la maniobra leguleya con la que Putin pretende justificar la invasión a Ucrania, revistiéndola forzadamente de; en sus propias palabras; “Operación Militar Especial”. El ex mandatario estadounidense ya mencionó que su país debería hacer lo mismo con el nuestro, enviando una fuerza militar para contener la incesante oleada migrante.

Conociendo a Trump, seguramente no pensó lo que decía ni lo ha meditado. Pero resultan preocupantes sus dichos, ya que busca regresar a la Casa Blanca en enero de 2025; y de acuerdo a su actuar en el pasado, no podríamos esperar que de aquí a esa fecha pensara bien en sus dichos, pero tampoco deberíamos dar por sentado que los olvidará. Antes bien podríamos pensar que será, al contrario. ¿Qué pensará Trump? ¿Qué es buena idea reconocer la independencia de alguna región del norte de México para después enviar tropas estadounidenses “en su ayuda”? Ni siquiera es una idea nueva, ya que fue exactamente eso lo que hicieron para anexarse Texas.

Donald Trump le hablaba una vez más a sus seguidores, esbozando lo que podría hacer en caso de ganar un nuevo mandato. Pero es suficientemente boquiflojo como para poner a nuestro país en alerta. Toca ahora a México, utilizar todos los recursos a su alcance para ayudar a frenarlo en sus ambiciones presidenciales. Es preferible eso a averiguar si estaba blofeando o hablaba en serio. Vale la pena recordar que, en su mandato anterior, de las primeras cosas que hizo, fue amenazar al entonces presidente, Enrique Peña Nieto, con enviar tropas a nuestro país, precisamente para contener la ola migrante y al narcotráfico.

Además, opino que es necesario e importante, generar políticas públicas educativas, en relación al cuidado, protección y preservación del ambiente.

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