Presencia en ausencia de Rosario Castellanos

Presencia en ausencia de Rosario Castellanos

María Elena Orantes, Cónsul General de México en Houston

La literatura es un espejo de las experiencias humanas y de los cambios del mundo; refleja realidades sociales, políticas y culturales, en las cuales las mujeres han jugado un papel fundamental. A través de liderazgos que inspiran, valores que unen y fortalecen, y su capacidad para construir comunidades, las mujeres han dejado una huella indeleble, visible incluso en el exterior, como lo hizo Rosario Castellanos, quien a su vez estuvo siempre vinculada y fue sensible a las migraciones y causas del mundo. La movilidad humana, el desarrollo, el florecimiento de las diásporas y la construcción y preservación de las identidades de origen son componentes que se retratan en la literatura, mostrando el valor crucial de las mujeres en cada uno de ellos.

Las voces femeninas han sido clave en la literatura que narra historias de desplazamiento y adaptación, desafiando fronteras culturales y lingüísticas. Estas narrativas nos permiten recordar palabras, memorias y legados que, en forma ocasional de poesías, se preservan en nuestro imaginario, presentando el feminismo desde perspectivas únicas. Es en este escenario donde Rosario Castellanos, a 50 años de su partida, está presente y latente incluso en su ausencia. La identidad mexicana se ha enriquecido con voces y colores feministas, dejando atrás una visión costumbrista que nunca representó a las mexicanas. Castellanos emergió como un enclave en las letras más representativas del significado de ser mujer, así como en la justicia social y el deber dentro de la diplomacia.

Adicionalmente, Castellanos reveló las tensiones y desigualdades que definieron el cuadro social en Chiapas, el estado del que orgullosamente provengo. Su legado nos recuerda, especialmente a quienes en la frontera sur encontramos nuestro hogar, la importancia de reconocer y respetar la diversidad y el papel crucial de las mujeres en la transmisión y preservación de nuestras identidades, pero también para dudar de ellas y cuestionarlas más allá de los roles tradicionales asignados, ya sean por sociedades o por nosotras mismas. Su legado nos pide también objetar el rostro del feminismo, porque se trata de un rostro aún por descubrir puesto que será resultado de un esfuerzo constante de las mujeres mexicanas por reclamar un lugar en el mundo.

La obra de Rosario Castellanos es herencia que permanece como fuente esencial para comprender cuestiones de género y justicia social, y para la redefinición del significado de México y las comunidades mexicanas sin importar su ubicación, así como el papel de las mujeres en cada uno de estos aspectos. El legado de Rosario Castellanos esta siempre presente incluso en su ausencia, incluso trascendiendo fronteras, en las diásporas esparcidas por el mundo y en la labor consular.

MARIA ELENA ORANTES. Cónsul General de México en Houston y presidenta internacional de 50+1.

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