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Descentralización y centralización Educativa

Eduardo Campos Martínez

La discusión de la descentralización y centralización de la Educación Básica y Normal en México es necesaria para visualizar las ambigüedades históricas que se han constituido en las reformas educativa que ha atravesado el país y confirmar que aquellas posturas políticas y jurídicas de ambas posturas encontradas obedecen a proyectos de nación no sólo diferentes sino en contra sentidos. Es por ello, que se trata de desentrañar aquellos enunciados y argumentos históricos que siguen pesando y gravitando en las decisiones respecto de la educación en México      
Visibilizar y colocar los argumentos de ambas posturas -descentralización y centralización de la Educación Básica y Normal- en términos de apuestas de proyectos de nación encontrados.
En 1911, Gregorio Torres Quintero, profesor, pedagogo e innovador en sistemas de enseñanza, sostenía con respecto a la centralización educativa en México que La centralización no es mala en sí misma; la unidad de autoridad es indispensable, por civilizadora, en cierto periodo de la evolución de los pueblos, como lo demuestra en todo momento la historia del mundo. La centralización sólo llega a convertirse en obstáculo para el progreso, cuando tiende a deprimir la iniciativa local, cuando esa iniciativa ha llegado a su mayor edad, cuando ya es consciente de sí misma, cuando ya siente su dignidad y se revela su poder precisamente como feliz resultado y en virtud de una buena centralización (Torres Quintero ,1911)
Estas consideraciones de aquel momento, inauguraban una posición central para definir y dar figura a un país entrando el siglo XX y al mismo tiempo colocaba un antiguo debate que hasta el momento considero conveniente abrir: el de la centralización y la descentralización de la Educación Básica y Normal en México.
Sin embargo, analizar la federalización descentralizadora de nuestros días, ¡implica una revisión desde!  la Federalización centralizadora, la desconcentración y la descentralización inconclusa que le antecedieron. La descentralización -ahora nombrada Federalización- consiste en la cesión del personal, las escuelas y los recursos de esos servicios educativos, del Gobierno Federal a los gobiernos de los estados, al mismo tiempo que aquél conserva y refuerza sus facultades normativas sobre el conjunto del Sistema Educativo Nacional.
Los creadores del Sistema Educativo Mexicano argumentaron la idea de federalizar la Educación Primaria, con el objeto de supuestamente equilibrar las consecuencias centralizadoras de las políticas de ampliación del Sistema Federal y las iniciativas federales encaminadas a uniformar y absorber los sistemas educativos de los estados; y sobre todo con la intención de someter la oposición de los gobiernos y los educadores de los estados a cualquier proyecto centralizador de la enseñanza.
Más de un siglo después, un proceso de signo contrario, descentralizar, fue denominado con la expresión, Federalización. Los actores del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal (ANMEBN), que consumó la descentralización en mayo de 1992, usaron la misma expresión, Federalización, con el fin de encubrir un proyecto de descentralización rechazado principalmente por organizaciones sindicales.
En este sentido, la federalización descentralizadora de ahora no responde por sí misma a todos los problemas del sector educativo, pero permite generar mejores condiciones para resolverlos. El compromiso debe centrarse en mejorar los servicios de Educación Básica y Normal, para superar los retos señalados y se integren bases a los subsistemas estatales y el sistema nacional.
Entonces, la federalización o descentralización permite una mejor integración entre la educación básica y los sistemas de formación y actualización del magisterio. También estimula la participación de los maestros en los asuntos técnicos de sus respectivos ciclos y especialidades, en cuanto a las instancias de dirección y diseño de los planes y programas educativos. Además, sensibiliza el trabajo docente, en la medida en que se puede brindar a profesores y profesoras un mayor margen de libertad en la organización de sus actividades escolares y extraescolares, y puedan ser atendidas con agilidad y especificidad las necesidades en el desempeño de sus tareas docentes, en cada una de las localidades.
 
 

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