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Economía circular en América Latina, que el residuo de unos sea la riqueza de otros

Eduardo Campos Martínez

El 5 febrero de este año fue presentado un estudio titulado “Economía circular en américa latina y el Caribe: Una visión compartida” como resultado de un trabajo de colaboración entre, la Coalición de economía circular en América Latina y el Caribe, impulsada por el foro de ministros de medio ambiente de América Latina y el Caribe, y el programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente, con el apoyo de oportunidades globales para los objetivos de desarrollo sostenible.

En este trabajo de investigación, se dejan identificadas las oportunidades económicas de esta región del mundo para lograr que, basado en un principio colaborativo, se permita el progreso y desarrollo de las naciones. Lo más resaltable de esto es que propone que todo ello impactaría en el cuidado del medio ambiente y a su vez en la generación de riquezas equitativas entre toda la población de estos países.

Para enmarcar la urgencia de lograr un acuerdo de crecimiento económico en armonía con el cuidado del medio ambiente es importante mencionar que, según este estudio, de los 24 frentes de deforestación en el mundo 9 se localizan en América Latina y el Caribe, en los cuales se deforestaron más de 43 millones de hectáreas, un área del tamaño del estado de California en EE.UU., las principales causas son la agricultura, ganadería, minería, infraestructura de transporte y los incendios. Concentrándose en: el “Gran Chaco” (Paraguay/Argentina), “El Cerrado” (Brasil), “La Amazonía” (Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela/Guyana), “Chocó-Darién” (Colombia/Ecuador) y en “La Selva Maya” (México/Guatemala). Las actividades económicas sin visión de cuidado medioambiental han ocasionado esta deforestación y gran parte de la contaminación que existe actualmente.

Otro de los datos que obligan a poner manos a la obra es la generación de residuos y el tratamiento de aguas, así como la falta de comercialización de productos agrícolas que a la fecha ocasiona un desperdicio de alimentos del 34%, es increíble saber que más de la tercera parte de los alimentos producidos en esta región son desperdiciados por la falta de una política económica integral y colaborativa. Respecto al tratamiento de aguas residuales se calcula que entre el 70% y 80% de ellas no se tratan por lo tanto se mantienen contaminadas.

La importancia de esta región en el mundo deriva de la riqueza en su biodiversidad significando el 40% de la biodiversidad de la tierra y el 60% de la vida terrestre mundial es por ello que toma un sentido de urgencia la intervención inmediata ya que, según resultados de este estudio, a este ritmo, para 2050 habrá daños sin posibilidades de retroceso.

Adentrándonos a los beneficios y necesidad de activación económica que en todos los gobiernos termina siendo una prioridad, por encima del cuidado medio ambiental, por poner un ejemplo, el turismo en esta región es de vital importancia, según cifras del 2019, significó el 52% de las exportaciones totales de bienes y servicios, dichos ingresos han presentado riesgos debido a la contaminación que limita el crecimiento de áreas naturales que son el principal atractivo.

En conclusión, este estudio propone una ruta que permita en América Latina y el Caribe hacer la transición de la economía lineal a la economía circular, bajo 5 metas base; estimular el diseño para la economía circular, gestionar recursos para preservar el valor, hacer que la economía funcione, invertir en innovación, infraestructura, y capacitación y colaborar para el cambio de sistema.

La idea de trabajar en un mismo mundo bajo una visión colaborativa y compartida, desdibujando las separaciones de territorio que, dicho sea de paso, son paradójicamente imaginarias, ha sido un anhelo que parece utópico pero que hoy en día las condiciones sociales nos obligan a retomar con seriedad ya que significan ahora una necesidad. Sin duda alguna no es una tarea fácil porque requiere de la toma de consciencia respecto a los beneficios que la integración trae consigo, y forzosamente constreñirse en la revisión de los viejos tratados de comercio vigentes que tienen como prioridad la concentración de las riquezas en los mismos de siempre lo que abona en el aumento de la desigualdad social.

Las iniciativas de unidad en América Latina y el Caribe han terminado, en las pasadas intenciones, únicamente en posicionamientos políticos con tintes ideológicos que solo remarcan las rivalidades de poder y ante ello no se logra concretar una colaboración económica de intercambios de activos que permita una distribución alimentaria y de riquezas. No es casualidad que las polarizaciones respecto a las condiciones de vida se concentren en nuestra región. Parece que es hoy, urge pasar de las buenas intenciones de hermandad vecinal y afinidad cultural, a la colaboración internacional entre una región que tiene todo en común y que bajo esquemas claros y saludables de reciclaje de todo tipo pueda mejorar las condiciones, de la población con menor índice de desarrollo, que en gran medida son pueblos originarios que como su nombre lo indica son ellos los “dueños” originales de esta parte del mundo.

Les invito a revisar el estudio comentado

https://emf.thirdlight.com/link/5fhm4nyvnopb-e44rhq/@/preview/2

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