Jesús Martínez Soriano
Toronto, Canadá. Es el domingo 8 de enero de este 2023, salgo de trabajar de un edificio departamental que se ubica en las inmediaciones del centro de la ciudad, poco después de las 16:00 horas. Es un día nublado y frío, el termómetro marca -2 grados Celsius. Me dirijo a la estación Main Street del metro, en la zona del este, para después abordar ahí un autobús que me trasladará a mi domicilio; pero antes decido pasar a tomar un café en el establecimiento Tim Hortons que se localiza cerca de la estación previa del metro, la de Woodbine, en la intersección de las avenidas Danforth y Cavarvale. Esa cafetería me parece una de las más agradables, tranquilas y apacibles para disfrutar de un café y, al mismo tiempo, contemplar el exterior, escuchar música, leer algún libro o escribir cualquier reflexión; dispone de dos enormes ventanales con vista a las dos arterias en mención, así como con suficientes mesas y sillas para las personas que suelen visitarla, sin que se observen grandes concurrencias, ni el bullicio que suelen caracterizar a la mayoría de las cafeterías de esta cadena. Después de pedir un café y una dona, me ubico en una mesa al lado de una ventana; observo hacia el exterior y me doy cuenta de que prácticamente ha oscurecido; miro el reloj, son casi las 5:00 p.m. Y es que aquí en esta temporada los días son demasiado cortos, fríos, grises y lluviosos o con nevadas frecuentes.
Me percato, para mi sorpresa, que en dicha cafetería se continúa escuchando música de Navidad. Y aunque para quienes gustamos de ello nos resulta agradable, la misma música no parece disfrutarse de la misma manera a como se hacía en la etapa previa a las festividades decembrinas. En esta ciudad, al igual que en muchos otros lugares, se percibe una sensación de tristeza, después del ambiente de festividad que se vivió en la temporada navideña. Recuerdo una famosa canción de Emmanuel que dice, en uno de sus extractos: “El año viejo ya terminó, pero hay algo que ahora aquí no va, se habla poco de fiestas, comprendes hay tristeza…”; y sí, creo que ese sentimiento es inevitable. Me viene a la memoria entonces que se aproxima el llamado Blue Monday o el día más triste del año, que supuestamente ocurre el tercer lunes de cada mes de enero, y que en el 2023 sucederá el próximo día 16. Me parece que, como lo señalan los expertos, no existe una fecha específica que pueda considerarse la más triste del año, pero sí creo que por razones obvias en la temporada post decembrina se percibe un sentimiento de tristeza colectiva, como parte natural de los cambios en los estados de ánimo que experimenta el ser humano.
¿Cómo nació el mito de el día más triste y por qué aquí puede parecer verídico?
Seguramente varias personas estarán enteradas que el Blue Monday o día más triste surgió como un truco de mercadotecnia hace más de una década y media, pero que se ha posicionado en el imaginario colectivo como un suceso real. En 2005 la compañía británica Sky Travel “inventó el término mediante un comunicado de prensa, citando una fórmula atribuida a un psicólogo de la Universidad de Cardiff, que en realidad era un antiguo tutor parcial” en esa casa de estudios. Dicha fórmula implicaba calcular (la convergencia de) el “clima, las deudas, el salario, el tiempo transcurrido desde la Navidad y algunos otros factores”. Es decir, desde entonces y a partir de esa hecho se empezó a propagar la idea de que con posterioridad a la temporada navideña muchas familias no terminan por recuperarse ni económica ni emocionalmente, al tiempo que empiezan a percatarse de que los propósitos de año nuevo se ven todavía muy lejanos de alcanzar, todo ello en el contexto de un clima en el que la luz del día es escasa, y las noches son demasiado largas y frías, situación que lleva a las personas a experimentar una profunda decepción justo en esa fecha del año. (https://www.healthing.ca/wellness/mental-health/blue-monday-marketing-gimmick).
Pero como lo sostiene el Centro de Adicciones y Salud Mental (CAMH por sus siglas en inglés) de este país, “no existe una base científica de porqué el tercer lunes de enero sea considerado el día más triste o deprimente del año… Sin embargo, la razón por la que se ha puesto de moda en la imaginación del público, especialmente en Canadá, es porque parece verdad.” Argucia o no, advierte el propio CAMH, “cualquier conversación que revele la existencia de un caso grave de tristeza puede tener un impacto real en la salud mental de un individuo en esta época del año.” Y es que es muy común que, debido a las condiciones climatológicas del país, entre el otoño y el invierno algunas personas suelen experimentar un padecimiento denominado Trastorno Afectivo Estacional (SAD por sus siglas en inglés), el cual, de acuerdo con los expertos, se desencadena como una respuesta del cerebro a la disminución de la exposición a la luz natural. Según datos registrados hasta 2020, el SAD en Canadá afectaba a más del 15% de la población. (https://cpa.ca/psychology-works-fact-sheet-seasonal-affective-disorder-depression-with-seasonal-pattern/). El problema es cuando la tristeza se convierte ya en depresión.
Diferencia entre tristeza y depresión
Creo que, en varios momentos, muchos de nosotros solemos confundir la tristeza con la depresión, sin darnos cuenta que de estar en el segundo caso nuestro estado o el de alguien cercano puede ser mucho más delicado de lo que imaginamos. Por ello, es importante tratar de tener una idea más precisa de ambas para diferenciarla. De acuerdo con los expertos, la tristeza se caracteriza “por un estado de ánimo bajo o decaído, a menudo en respuesta a algo que fue decepcionante o desalentador, o que causó otros sentimientos negativos.” Pero “generalmente se alivia con el paso del tiempo, las actividades de cuidado personal o haciendo algo que se disfruta para reanimarse.” Lo anterior significa que la tristeza es un sentimiento meramente coyuntural y pasajero.
En contrapartida, la depresión “se caracteriza por un estado de ánimo inusualmente bajo, a veces sin una causa o desencadenante real, durante dos o más semanas… Puede ir acompañada de arrebatos de ira, irritabilidad, fatiga/letargo y falta de interés en las actividades que generalmente el individuo disfruta.” Desafortunadamente, como lo señalan los especialistas, “la depresión no se alivia fácilmente y puede manifestarse con síntomas leves hasta síntomas clínicamente graves (pensamientos suicidas), requiriendo asistencia médica. Y si bien en un principio este síntoma puede vincularse a un aspecto en particular que lo desencadena, la depresión persistirá incluso cuando se resuelva ese aspecto que la provocó (https://jedfoundation.org/resource/how-to-cope-with-sadness-and-depressive-feelings/).
Casi 30% de los canadienses sufren de depresión
De acuerdo con una encuesta realizada por la cadena de noticias CBC, a principios del 2022, entre más de unas mil personas en este país de entre 18 y 39 años de edad, el 28% dijo estar experimentando sentimientos de depresión. (https://www.cbc.ca/news/canada/toronto/anxiety-depression-loneliness-study-1.6327708). Pero como lo señala la Agencia de Salud Pública de Canadá, ese porcentaje podría ser todavía más elevado, al advertir que “Aunque los trastornos del estado de ánimo son una de las enfermedades mentales más comunes que experimentan los canadienses, muchos de ellos ni siquiera saben que pueden estar sufriendo de depresión; otros más pueden ser reacios a buscar ayuda, a menudo porque el estigma que rodea a las enfermedades mentales les ha hecho temer llegar a parecer débiles o incapaces de hacer frente a los problemas de sus vidas.” La Canadian Mental Health Associations precisa que “Si bien la depresión puede ser experimentada por cualquier persona de cualquier edad y en cualquier etapa de su vida, a menudo ocurre en personas que están experimentando cambios importantes en sus vidas (un divorcio o separación, una pérdida, el tener un hijo, etc.). Dicho padecimiento es más común entre las mujeres, en una proporción casi del doble en comparación con la que se registra en los varones. (https://www.healthing.ca/diseases-and-conditions/depression/am-i-depressed-signs).
Toda esta información nos aporta datos muy relevantes de una realidad muy local, que en cierta medida tiene que ver con el entorno geográfico y climatológico de este país, pero también proporciona elementos adicionales que nos llaman a la reflexión de un problema de salud mental que no es exclusivo de esta sociedad y que puede ser referente para el análisis de otras situaciones y realidades como la nuestra. En el que erróneamente se denomina el día más triste del año vale la pena traer a colación este tema.
4 Comentarios