Terry Fox y su legado para la posteridad

Jesús Martínez Soriano

Toronto, Canadá. Hace ya cuatro años que me encuentro residiendo en esta ciudad de manera ininterrumpida y a pesar de que permanezco desconectado de muchos de los acontecimientos que se suscitan en México, he seguido con atención algunos de ellos. Creo que como es natural, muchos de nosotros estamos cada vez más asombrados por la generalización de la violencia que se ha venido registrando en nuestro país, así como por los niveles de crueldad y crudeza que han alcanzado las agresiones y los asesinatos perpetrados tanto por la “gente común” como por las bandas del crimen organizado. Parecería, como lo han señalado algunos articulistas, que vivimos en “tiempos de canallas”, o en “tiempos egoístas y mezquinos”, en palabras del cantautor argentino Fito Páez. Cuando atestiguamos esos entornos o los sentimos muy cercanos, es quizá cuanto más valoramos a aquellos personajes que han buscado con sus acciones no solo el beneficio propio sino también el de los demás;  éste es el caso de Terry Fox, un joven canadiense que en 1980 se planteó alcanzar toda una odisea: correr un maratón, cruzando su país de costa a costa, con una pierna amputada y teniendo aún un severo padecimiento de cáncer, a fin de recaudar 24 millones de dólares canadienses para ser canalizados a la lucha contra dicha enfermedad.

¿Quién fue Terry Fox?

Terry Fox, cuyo nombre completo era Terrace Stanley Fox, nació en Winnipeg, capital de la provincia de Manitoba, y más tarde, a la edad de 10 años, se mudó con su familia al Puerto de Coquitlam, en la provincia de la Columbia Británica, en donde vivió poco más de la mitad de su vida. Fue el segundo de una familia de cuatro hermanos, dos varones y una mujer, quien llevaba una vida normal y aspiraba a convertirse en un profesionista. En 1976 ingresó a la Universidad Simón Fraser, en Vancouver, para cursar la carrera de Kinesiología, una disciplina que se encarga del estudio de la actividad muscular del cuerpo humano. Era también un amante del basketball, por lo que al ingresar a la Universidad se unió de inmediato al equipo de su Alma mater. Para Fox, aquel 1976 fue, sin duda, un año promisorio en varios sentidos, entre otras cosas porque iniciaba su formación profesional; pero desde otra perspectiva, fue también un año fatídico, pues a finales del mismo sufrió un accidente automovilístico y se le generó una molestia en su rodilla derecha, que algunos meses después le sería diagnosticada como cáncer de hueso (sarcoma osteogénico).

Fue a principios de 1977 cuando los médicos constataron que el cáncer se había expandido por músculos y tendones de la pierna derecha de Terry, por lo cual tuvieron que amputarle la pierna derecha completa, cuando solo tenía 18 años de edad. Posterior a su operación, durante casi año y medio, Fox fue sometido a tratamientos de psicoterapia y quimioterapia en la Agencia de Control de Cáncer de la Columbia Británica en Vancouver. Aún en tratamiento de quimioterapias, en el verano de 1978 aceptó unirse al equipo de basketball en sillas de ruedas llamado Cable Cars de Vancouver. Un año después, en 1979, pidió a su entrenador modificar la prótesis que usaba para caminar, por otra para correr, lo que le permitió participar en la Carrera de British Columbia dedicada al Príncipe Jorge.

Una odisea que hoy en día sigue siendo fuente de inspiración

El 12 de abril de 1980, contando con 22 años de edad y cuatro años después de haber perdido una pierna debido a un cáncer demasiado agresivo, Terry Fox inició en la provincia de Newfounland y Labrador el denominado Maratón de la Esperanza, proponiéndose recorrer Canadá, de costa a costa (del Océano Atlántico al Océano Pacífico), lo cual representaba toda una odisea. Su meta era recaudar, durante su recorrido, unos 24 millones de dólares en donaciones, un dólar por cada canadiense (en aquel año la población de Canadá era de 24 millones de personas) para destinarlos a la lucha contra esa enfermedad. Desafortunadamente Fox no pudo concluir su travesía, toda vez que, después de recorrer 5,573 kilómetros (42 kilómetros por día, en promedio), en 143 días, un dolor en el pecho que le impedía respirar con normalidad le obligó a abandonar la carrera el 1 de septiembre de ese 1980, en Thunder Bay, una ciudad localizada al noroeste de la provincia de Ontario. Fue llevado a un hospital de esa localidad, en donde estudios de rayos x reflejaron que el cáncer había empezado a expandírsele a los pulmones. A pesar de los diversos tratamientos recibidos, la enfermedad continuó propagándose, hasta que finalmente Terry Fox perdió la vida el 27 de junio de 1981, a la edad de 22 años, en el Royal Columbian Hospital, en la Ciudad de New Westminster, Columbia Británica. Aunque aquel joven canadiense no pudo concluir el Maratón de la Esperanza, sí alcanzó su sueño de reunir los 24 millones de dólares para destinarlos a una noble causa; el primero de febrero de aquel 1981, es decir, cuatro meses antes de su fallecimiento, esa cifra ya había sido reunida.

Tres meses después de su deceso, el 13 de septiembre de 1981, se organizó el primer Maratón Terry Fox en más de 800 pueblos y ciudades de Canadá, pero dicho evento se ha venido internacionalizando a través de los años; hoy en día tiene lugar en 25 países de los cinco continentes. En Canadá el Maratón es promovido anualmente con diferentes mensajes e imágenes, siempre con el rostro de aquel joven de piel blanca y cabello rizado; en este año en Toronto puede observarse un cartel en diversos lugares en el que lee una carta muy conmovedora dirigida a Terry Fox, con el rostro de este último en el fondo, firmada por una persona de nombre Julie, de la provincia de Ontario. La carta dice, a la letra:

Querido Terry:

He participado en el Maratón Terry Fox desde que tenía yo cinco años. Siempre estaba feliz de contribuir a recaudar dinero para una causa importante, (pero) entonces no sabía cuanto significaría para mi. Cuando perdí mi pierna hace tres años, tu historia me dio la esperanza de que todavía podría marcar una diferencia en este mundo. Gracias por ser mi inspiración para continuar.

Julie, Ontario.

Un legado que traspasa fronteras

Cuando Terry Fox inició la travesía destinada a reunir 24 millones de dólares aquel 12 de abril de 1980, nadie imaginó el impacto y las dimensiones que su iniciativa llegaría a tener. A lo largo de poco más de cuatro décadas, la fundación Terry Fox ha recaudado mas 850 millones de dólares canadienses, los cuales han sido canalizados a alrededor de 1,300 proyectos de innovación contra el cáncer. Entre las investigaciones más relevantes realizadas con esos fondos destaca el trabajo realizado por un equipo de oncólogos de Sunnybrook Health Sciences Centre en Toronto, quienes han encontrado la manera de mejorar hasta 60 veces la eficacia de las radioterapias aplicadas a los pacientes con cáncer. De igual manera, sobresale una investigación realizada por el Terry Fox Transnational Research, que ha descubierto el porqué los niños con síndrome de down son 150 veces más propensos a desarrollar leucemia y muy probablemente se esté encontrando la manera de como detener ese problema. Por otra parte, una investigación financiada por la fundación Terry Fox ha identificado que la contaminación del aire exterior es el más importante factor en el desarrollo de cáncer de pulmón en personas no fumadoras, especialmente entre las mujeres del este de Asia, lo cual da la pauta para establecer tratamientos específicos que puedan aumentar sus posibilidades de sobrevivencia. (https://terryfox.org/wp-content/uploads/2022/11/Impact-Report_2021-1.pdf).

El día en que Terry Fox perdió la vida, el entonces Primer Ministro Pierre Trudeau (quien por cierto fue padre de Justin Trudeau) declaraba: “Esto ocurre rara vez en las vidas de una nación, que un individuo de valiente espíritu nos une a todas las personas, en la celebración de su vida y en el luto por su muerte”, y agregaba: “Nuestra profunda gratitud por el regalo que Terry nos dejó a cada uno de nosotros, el regalo de su ilimitada bondad, valentía y esperanza.” A 42 años del deceso de Terry Fox, hoy es oportuno recordarlo y rendirle un justo homenaje.

Fuentes:

https://www.thecanadianencyclopedia.ca/en/timeline/terry-fox
https://www.britannica.com/biography/Terry-Fox
https://run.terryfox.ca/

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Un comentario

  1. Recorrer 42 km por día y en ésas condiciones es sin duda un caso extraordinario. Terry Fox logró transformar una desgracia en algo tan noble que hoy es inspiración para todo un país. Admirable ejemplo de resiliencia.

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