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Letras Desnudas

Mario Caballero

¿Para qué querían el poder personajes como Ignacio Álvarez Pérez, Juan Antonio Castillejos Castellanos o Gilberto Martínez Andrade, alcaldes que, entre otros delitos, están acusados de desvío de recursos públicos?

Ignacio Álvarez, por ejemplo, quien encabeza el gobierno en el pequeño municipio indígena de Huixtán, no ha transparentado el uso que le dio a más de 110 millones de pesos. Castillejos Castellanos, por otro lado, que desempeña actualmente su cuarto periodo como presidente municipal de San Fernando y segundo de manera consecutiva, está señalado de enriquecimiento ilícito. Se dice que es dueño de varios ranchos ganaderos, tiendas comerciales, más de cien casas, empresas constructoras y de un sinnúmero de concesiones de taxis y mototaxis, muchos de estos últimos operando en la ilegalidad.

Gilberto Martínez, quien también ha sido presidente municipal de Simojovel en varias ocasiones, es señalado por desfalcar al erario por más de 50 millones de pesos, y eso que ni siquiera cumple un año en su nuevo encargo.

Por eso la pregunta: ¿para qué querían el poder? Si sólo fue para enriquecerse y hacer negocios con los recursos municipales, pues que lamentable. Por gente como ellos, la política ha perdido credibilidad y la gente cada día vive en la desesperanza.

Hoy, sin embargo, quiero platicarle de un caso muy telenovelesco, estilo “María la del barrio”, donde una muchacha humilde y andrajosa encuentra trabajo de sirvienta en una casa de ricos y termina casada con el dueño. Con la diferencia de que esta vez no se trata de una dama, sino de un varón, que no se casa con el dueño de la mansión, sino que traba relaciones con un presidente municipal.

Este joven lleva por nombre Jorge Lara, de aproximadamente 25 años de edad, que cambió su vida al conocer al alcalde de Suchiapa, Alexis Nucamendi Gómez, quien va por su segundo trienio.

Jorge, antes de conocer a Alexis Nucamendi, se dedicaba a amenizar fiestas, pues era bailarín. Cuentan los que lo conocen, que lo hacía muy bien. Ponía buenas coreografías, sobre todo para las ceremonias de quince años, y que con su sonrisa y seductores movimientos se ganaba al público, amén del pan diario de cada día.

Hasta ahí, nada mal. Incluso se podría decir que era un buen muchacho, que se ganaba la vida honradamente en lugar de delinquir, como hacen muchos.

Empero, como dice el dicho, “el que no ha tenido y llega a tener, loco de gusto se quiere volver”. Sucede que Jorge tiró sus atuendos de bailarín barriobajero para convertirse en un hombre con mucho poder en el ayuntamiento de Suchiapa. Sus encantos, ya que no es para nada feo, cautivaron al alcalde Nucamendi Gómez, un hombre ya entrado en años que de buenas a primeras lo nombró secretario de Obras Públicas, un cargo de enorme relevancia en toda la estructura municipal dado el jugoso presupuesto que maneja.

EL PODER TRAS EL TRONO

Pues bueno, mientras María la del barrio pasó de sirvienta a dueña de la mansión, Jorge Lara dejó de ser bailarín para convertirse en alto funcionario, y vaya funcionario. Hay personas que dicen que en lo hechos es el que gobierna el municipio.

Desde que Lara entró en funciones, Alexis Nucamendi quedó reducido a un guiñapo. Atiende en la presidencia municipal, pero las decisiones las toma el ex bailarín. Es él el que tiene la última palabra sobre lo que sí y lo que no debe hacerse. Cuándo, dónde y con cuántos recursos tiene que realizarse hasta de la más insulsa acción u obra de gobierno, Jorge Lara lo decide, no el alcalde.

Esta situación está metiendo al municipio en un desastre de daños irreparables. Si la primera gestión de Nucamendi fue como un día de campo, que pasó sin pena ni gloria, donde no hubo obras importantes, ni se resolvieron los problemas sociales como la seguridad, el alumbrado público y el abastecimiento de agua potable; durante el actual periodo de gobierno son constantes los escándalos de corrupción y el proselitismo político con recursos públicos.

Jorge Lara, quien antes ganaba alrededor de dos mil pesos por cada evento en el que era contratado, y sus contrataciones no eran regulares según se cuenta, ahora es dueño de varias cafeterías en el municipio, así como de salones de fiestas, residencias de lujo y automóviles último modelo.

No es todo. Se dice que también es dueño de varias empresas dedicadas al giro de la construcción, con las que atrae los mejores contratos de obra pública, y si permite que algunas otras participen les cobra un diezmo del 15 por ciento. Ha sido este el método principal con el que se ha hecho de una enorme fortuna.

En cuanto al proselitismo político de Lara, llevado a cabo con la autorización del alcalde Alexis Nucamendi, ya que es un secreto a voces que quiere imponerlo como su sucesor, es operado mediante eventos del DIF municipal, en los que se hacen entregas de apoyos y despensas con su nombre. Y así ocurre con los actos realizados por otras instancias del ayuntamiento, donde él es el gran protagonista, siendo que su función es exclusivamente la administración de la Obra Pública municipal.

La titular del DIF municipal es Vitalia Ruiz Nucamendi, prima hermana del acalde, quien también es acusada de destinar los apoyos de los programas del DIF estatal y de la Secretaría de Salud del gobierno del estado a la Fundación “Jorge Lara”, porque, hasta eso, también tiene su propia fundación.

AÚN HAY MÁS

Pero no sólo el DIF municipal ha estado operando política y financieramente a favor de Lara. Igualmente lo ha hecho la Secretaría de Juventud y Deporte, que organiza eventos deportivos a su nombre y es él quien hace entrega de los reconocimientos y premios.

En esa tesitura están el tesorero municipal, Mario Castro, y el contralor Amberlay Guillén, quienes además han sido señalados de lucrar descaradamente con los recursos públicos y de provocar una deuda para el municipio por más de 3 millones de pesos con la CFE y con una gasolinera que tiene por nombre “Los Gemelos”.

En el caso de Mario Castro, su enriquecimiento fue visible desde que comenzó a ocupar el puesto. Se cuenta que acaba de comprar un lote de casi manzana y media y que por el rumbo del barrio Santa Cecilia está construyendo una residencia de lujo. Asimismo, posee una camioneta marca Honda tipo Pilot, cuyo costo supera el millón de pesos.

Amberlay Guillén, por otro lado, aparte del jugoso sueldo que cobra como contralor, tiene a su esposa como encargada del cobro de las cuotas que se generan en la cárcel municipal.

LA INVESTIGACIÓN, ¿PARA CUÁNDO?

Las cosas como son. El responsable de todo este desastre es Alexis Nucamendi. Si tomó la decisión de tener una relación –digamos sentimental- con el ahora ex bailarín Jorge Lara, es muy su gusto y está en su derecho. Pero, ¿por qué nombrarlo secretario de Obras Públicas sabiendo que no tiene ninguna experiencia para ostentar el cargo y, peor todavía, permitiendo con ello una vorágine de corrupción en la que están implicados varios altos funcionarios del ayuntamiento, y que los recursos públicos estén siendo utilizados para hacer proselitismo a favor de Lara, que mucho menos tiene la capacidad para sustituirlo en la presidencia municipal?

Esperemos que el Congreso del Estado ordene una investigación al ayuntamiento de Suchiapa, que como dice el dicho “está tan lejos de Dios y tan cerca de Alexis Nucamendi”.

yomariocaballero@gmail.com

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