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Letras Desnudas

Mario Caballero

Hace ya muchas lunas, un amigo mío de buena familia tuvo la oportunidad de estudiar la secundaria en un internado de Inglaterra. Me dijo que le sorprendió muchísimo que en su primer examen el profesor se hubiera salido del salón de clases dejando solos a los alumnos. Pero lo que le causó una sorpresa mayor fue que cuando él trató de copiarle a algunos de sus compañeros, ellos no lo dejaron. Y no sólo eso, sino que después lo acusaron con el maestro.

El bochorno no paró ahí. Lo llevaron a la oficina del director, donde aparte de llamarle la atención, le explicaron que la honestidad era un valor muy importante en ese país. Que las personas deshonestas eran mal vistas y repudiadas por la sociedad. Por lo mismo, desde muy jóvenes les enseñan a los estudiantes a comportarse con honor, a tener una conducta ajustada a un estricto código moral, que impartían en ese mismo internado y que lo hacían respetar a pie juntillas

Mi amigo salió de esa oficina con el orgullo malherido, pero sabedor que gracias a esa enseñanza y a ese código moral los adolescentes como él terminarían convertidos en el futuro en adultos responsables y honorables. Por tanto, si los maestros dejaban solos a los alumnos durante un examen era porque confiaban en la honestidad de ellos.

Cuento esta historia a propósito de la honestidad valiente que fue una de las principales banderas de Morena durante el proceso electoral de 2018 y de la Cartilla Moral que el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo repartir a principios del gobierno con el objetivo de que sirviera de guía para los mexicanos ante la “decadencia que vive el país producto de la corrupción, la falta de oportunidades y la pérdida de valores”, según dijo en su momento.

¿Qué ha sido de ello? ¿Cuáles son los resultados de la honestidad valiente? ¿Sirvió de algo la distribución de la Cartilla Moral para moralizar la vida pública de México?

En la misma forma en que dudo que todos los ingleses son honestos, también dudo que mencionado documento haya alcanzado el objetivo. Si la prensa inglesa no está precisamente llena de historias de políticos honestos sino más bien de deshonestos, en Morena hay muchos morenistas acusados de corrupción, tráfico de influencias, nepotismo y enriquecimiento ilícito.

Por tanto, lo que me interesa es subrayar el gandallismo con que algunos se han llenado los bolsillos abusando de las banderas de Morena y la 4T, entre ellos Uriel Estrada Martínez, auditor superior del Estado de Chiapas.

GANDALLA

Gandallismo es una palabra que según la Real Academia de la Lengua Española no existe en español. Se trata, obviamente, de un mexicanismo que significa “abuso o tendencia a abusar de la fuerza física o autoridad para sacar ventaja de otros”. Algunos sinónimos son “ventajoso, abusador, abusón y prepotente”.

Uriel Estrada Martínez es un gandalla que abusa de su poder para obtener beneficios personales, especialmente dinero producto de la extorsión.

Recordemos que la función de Estrada Martínez es ser el gran fiscalizador de los recursos ejercidos por los gobiernos municipales y las instituciones públicas del estado. Sin embargo, desde que asumió el cargo no ha habido una verdadera revisión de la cuenta pública y se han multiplicado las acusaciones de corrupción por parte de muchos alcaldes y servidores públicos.

Es cierto, en la Auditoría Superior del Estado, antes Órgano de Fiscalización Superior, ha sido una tradición dejar pasar y dejar hacer. Sí, dejar pasar las inconsistencias en la rendición de cuentas de los Ayuntamientos y dejar de hacer el trabajo de fiscalizar, vigilar y escudriñar qué hacen las autoridades con el dinero de los chiapanecos.

El caso es que durante la gestión de Uriel Estrada las cosas empeoraron a tal punto de que ahora son más visibles los escándalos por extorsión y cada día salen nuevas evidencias de que con la venia del auditor superior, funcionarios de esta dependencia están implicados en una red de complicidades con la que recaudan fondos a cambio de proteger a presidentes municipales corruptos.

En este mismo espacio ya señalamos que entre los funcionarios que respaldan las actividades ilícitas de Estrada Martínez se encuentran su concuño Gabriel Meneses Domínguez (subdirector de Investigación B), Karen Susana Chacón González (subdirectora de Investigación A), Víctor Manuel Meneses Domínguez (jefe de la Unidad General de Administración), Felipe Vera Planter (jefe de la Unidad de Transparencia), Wenceslao Calderón Maza (auditor Especial de Planeación), Jesús Sotero Vidal Gómez (director de Análisis y Desarrollo de la Hacienda Pública), entre otros.

Lo que no mencionamos es que en misma red de corrupción también participa su hermano Óscar Estrada Martínez.

Fuentes a este columnista señalan que Uriel Estrada no sólo les exige dinero a los alcaldes para limpiar sus expedientes y auditorías, sino que también los obliga a entregarle contratos de obra pública a la constructora de su hermano Óscar, de nombre ESES Group, S.A. de C.V.

Otra empresa también propiedad de Óscar Estrada, pero del giro inmobiliario, llamado Grupo Romasa, es supuestamente utilizado para lavar dinero e instalar cantinas y bares, mismos que operan los prestanombres del auditor superior. Estos bares y cantinas son: Alebrijes, Sonora Botanera, Montaditos, Aquí Nomás, Señor Cantina y el restaurant La Principal, que se encuentra ubicado en la colonia Terán, en el lado poniente de Tuxtla Gutiérrez.

Por si fuera poco, con la empresa “LM Entertainment”, los hermanos Estrada Martínez han blanqueado recursos a través de conciertos musicales como el de Rayito Colombiano, Mario Bautista, Uzielito Mix, Taylor Díaz, et al.

Esta es una pequeña muestra de cómo Uriel Estrada está agandallándose de la institución a su cargo para acaparar poder y acumular riqueza, que según piensa utilizar para obtener una candidatura de Morena a diputado federal en 2024.

MÁS ABUSOS

Ahora, con descaro, desfachatez, desvergüenza e inmoralidad, metió las manos y dinero sucio en la elección interna de Morena. Cuentan que destinó varios millones de pesos para el acarreo de gente y la compra de votos, con tal de que sus supuestos protectores y protegidos salieran elegidos como consejeros electorales.

¿Hasta cuándo le pondrán un alto? ¿Y quién, aparte de Ismael Brito Mazariegos, lo protege? Porque resulta un verdadero escándalo que después de todas estas revelaciones y acusaciones, nadie en Morena haya levantado la voz para llamar a Uriel Estrada al banquillo de los acusados, pues indefectiblemente, como hemos visto, las actividades ilícitas del auditor superior salpican al partido que dijo que acabaría con la corrupción y la impunidad.

¿Dónde está la honestidad valiente? ¿O acaso los morenistas están dispuestos a seguir protegiendo a este personaje que está abusando del partido incluso cuando es titular de un organismo autónomo, y aunque eso suponga pagar un alto costo político por alguien que además ya estuvo en la cárcel por los delitos de tortura y homicidio?

He aquí un verdadero escándalo de corrupción en nombre de la honestidad.

@_MarioCaballero

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