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Letras Desnudas

Mario Caballero

El título que da nombre a esta columna es el mismo con el que Roberto Albores Guillén dio nombre a su artículo publicado el día de ayer en El Financiero, mismo que será motivo de este análisis.

Antes, cabe mencionar que el ex gobernador se ha vuelto colaborador invitado y regular de ese rotativo de circulación nacional, donde ha publicado sobre temas económicos, de seguridad, políticas públicas, políticas internacionales, entre otros, siempre ligados a la política nacional, pues como bien sabemos él es, ante todo, un político. Es decir, escribe de lo que sabe.

Alrededor de las nueve de la mañana me hizo el favor de enviar su colaboración a mi WhatsApp, como lo ha venido haciendo desde hace algún tiempo. Aunque, aclaro, muy pocas veces le he regresado algún comentario y no siempre concuerdo con sus ideas.

EMPECEMOS

Pues bien, abrí el enlace y me puse a leer. Me atrajo desde el título: El senado y el factor Monreal. Habla, en resumen, de que el liderazgo asumido por Ricardo Monreal en el senado, tanto en los grupos de oposición como en la bancada morenista, abre sus posibilidades de alcanzar la candidatura presidencial. De acuerdo.

Empieza por mencionar que el proceso de la sucesión presidencial está en marcha y que no hay nada que lo detenga. Que esto ha sido motivo de análisis y que de alguna u otra manera se toma partido y se construyen fórmulas y escenarios políticos.

“Es parte del juego democrático y producto del reacomodo de las fuerzas políticas del país. La realidad se impone, y los actores políticos y aspirantes a la silla presidencial están poniendo en juego sus mejores armas para lograr la candidatura”, escribe. También en esto estoy de acuerdo.

Lo que no menciona en esta parte es si él considera si fue bueno o no abrir este “juego democrático” de manera tan adelantada. Por mi parte, como lo mencioné en este mismo espacio en una entrega anterior, no lo fue. Tan no lo fue porque esos posibles candidatos presidenciales por Morena están distraídos de sus responsabilidades públicas. Están màs metidos haciendo campaña, consiguiendo adeptos y respaldo, que ocupados en sus respectivas encomiendas.

Ahí están, verbigracia, los malos resultados de la administración de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, cuya baja aprobación social se debe, fundamentalmente, a la precaria economía que se vive en la capital del país y a la durísima crisis de inseguridad.

CONTINUEMOS

En párrafos posteriores de la citada columna, Albores Guillén escribe:

“El presidente, como líder único e indiscutible de Morena, ya definió tres prospectos que están haciendo su trabajo de proselitismo político: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard. En los hechos dejaron fuera a Monreal. El método de selección, propuesto por el gran elector, serán las encuestas. Aflora la suspicacia sobre la legitimidad del proceso y se inclinan por pensar que López Obrador será el factor determinante en la selección del candidato. A pesar de que las encuestas nacionales, hasta ahora, registran como punteros a la jefa de gobierno de la CDMX y al secretario de Relaciones Exteriores, el pueblo sabio especula que el bueno para el paraíso terrenal será su paisano tabasqueño, Adán Augusto López Hernández”.

¿Por qué dejaría el presidente fuera a Monreal? ¿Por qué se duda de la legitimidad del proceso de selección del candidato? ¿Por qué se piensa que el secretario de Gobernación será el elegido?

Se presume que, si el primer mandatario no mencionó entre sus llamadas “corcholatas” a Ricardo Monreal, a pesar de que éste le ha reiterado en infinidad de ocasiones ser un gran aliado suyo y de la Cuarta Transformación, se debe a que el zacatecano es un líder político con aptitudes y capacidades similares a las de AMLO, aunque no posee el mismo carisma ni la capacidad para conectar con la gente.

También porque es un líder importante entre la izquierda política, que posee poder e influencia entre la clase política y gobernante, entre la oposición y el oficialismo, y tiene una estructura política como ninguno de los otros tres. Lo cual lo convierten, a la vez de un prospecto calificado para asumir la presidencia, en una propuesta no manipulable.

Por otro lado, si se duda de la legitimidad del método de las encuestas para la elección del candidato es por los antecedentes. Como sucedió en 2018, por ejemplo, pues cuando se creía que Ricardo Monreal era el candidato natural a obtener la candidatura a la jefatura de la Ciudad de México, extrañamente salió en tercer lugar, por detrás de Sheinbaum e incluso de Martí Batres. Lo que hace sospechar que detrás de la encuesta hubo manipuleo y dedazo, con el fin de descarrillar al líder de los senadores morenistas.

Con respecto a la tercera pregunta, es indudable la afinidad que el presidente siente hacia su coterráneo. Por declaraciones como las de hace unos días, en la que AMLO por fin lo destapó como su “corcholata” diciendo: “Ya saben que Adán Augusto López Hernández, que es mi hermano y vamos a seguir trabajando juntos”, ¿cómo pensar lo contrario?

POSIBILIDADES DE MONREAL

Vayamos, ahora, a lo bueno. Para el ex gobernador los acontecimientos en torno a la designación del nuevo presidente del senado fortalecen el liderazgo de Monreal y con ello –dice- se abren nuevas posibilidades para que conquiste la candidatura presidencial. Estos son sus argumentos:

“El factor Monreal demostró fuerza y rebeldía en este recinto legislativo. La tramoya bien montada y buen manejo del juego de las cartas políticas. En días anteriores corrían rumores y se adelantaban vísperas: la reelección de la presidenta Olga Sánchez Cordero o asunción de los senadores Higinio Martínez, Gabriel García o José Narro, cercanos al presidente y a los prospectos presidenciales.

“¡Oh sorpresa! No fue así. Surgió el grupo de contención, integrado por todos los coordinadores de las fracciones parlamentarias de oposición, apoyando a Ricardo Monreal y obligando a una votación interna en Morena a favor del senador Armenta, amigo y gente del grupo de Ricardo. Además, y por su fuera poco, todas las y los senadores de oposición lanzaron la candidatura de Monreal, quien estuvo a unos cuantos votos de ganar.

“Moraleja: Moreal fortaleció su liderazgo y se abre la posibilidad de que las y los senadores lo consideren un posible prospecto a candidato para la Presidencia de la República. El factor Monreal es una nueva realidad política”.

En resumidas cuentas, lo que Roberto Albores Guillén dice sólo viene a confirmar que Ricardo Monreal no está en la lona en cuanto a la batalla por la candidatura presidencial. Y confirma, también, que tiene fuerza tanto dentro como fuera de Morena. Los partidos opositores ya han mostrado interés por hacerlo su candidato.

No sé si sea exagerado mencionar que “el factor Monreal es una nueva realidad política”. Lo que si queda claro es que el zacatecano está formando un contrapeso al poder desde el poder, que tiene capacidad para cabildear y que, al final de día, será un elemento fundamental para el fortalecimiento de su partido o para la disputa de la presidencia desde otras trincheras partidistas. Al tiempo.

@_MarioCaballero

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