Los nuevos liderazgos del congreso

Letras Desnudas

Mario Caballero

No recuerdo un momento en la historia moderna de Chiapas que hubiera tantas expectativas como ahora sobre el Congreso del Estado.

Por lo regular, la instalación de cada nueva legislatura pasa desapercibida para el común. Con decir que hasta los medios locales le dedican poco espacio entre sus páginas. Tan sólo una nota breve en la sección estatal para cumplir con la formalidad.

Aunque, de hecho, la instauración del Congreso no es un asunto menor. El trabajo parlamentario no sólo se centra en legislar, en hacer reformas necesarias para el mejor funcionamiento de la colectividad y fiscalizar el uso de los recursos ejercidos por los diferentes organismos públicos, sino va más allá de eso.

La labor legislativa también implica una fundamental toma de decisiones a favor del bienestar de la ciudadanía, así como sensibilidad de los diputados de ser capaces de captar, interpretar e integrar las necesidades de la población y remover los obstáculos y las viejas prácticas del poder que provocaron hartazgo en la sociedad.

¿Por qué ahora se espera mucho de nuestros nuevos diputados? ¿Por qué la gente confía en que esta legislatura, a diferencia de las anteriores, será fundamental para la construcción de una nueva etapa en la vida pública de Chiapas?

La respuesta está en los liderazgos.

¿POR QUÉ LA CONFIANZA?

Si la gente votó por Claudia Sheinbaum como presidenta de México es por lo que ella representa.

Tanto mujeres como hombres se sintieron identificados con la doctora, con la científica, con la política, con la mujer que supo abrirse paso en medio de un país patriarcal y machista. No tengo duda que su triunfo significa un asunto básico de justicia de género y, a la vez, un paradigma en el liderazgo político nacional. Como lo he expresado en otras ocasiones, ya era momento de bajarle los niveles de testosterona a las decisiones del país, que muchos desplantes estériles ha generado.

La presidenta Sheinbaum no sólo inspira confianza por su nivel de preparación académica, sino también por sus resultados como gobernante. Como jefa de gobierno de la Ciudad de México hizo un papel sumamente destacable.

Entre sus mayores logros está haber solucionado el problema de la inseguridad pública y la violencia en la capital del país. Mejor todavía, su administración tuvo un estilo diferente a las del pasado. Sus colaboradores confiesan que la hoy presidenta no actúa desde la ocurrencia, sino desde el análisis numérico. Es decir, su gobierno apela al modelo científico y racional de la acción gubernamental.

Por lo mismo, no fueron extraños sus resultados. Y menos todavía que haya ganado la candidatura presidencial, dejando en el camino a varios políticos de gran peso, y luego la Presidencia de la República con el mayor número de votos en la historia democrática de México.

En este sentido, si ocho de cada diez chiapanecos votaron por Eduardo Ramírez Aguilar, quien hoy por hoy es el gobernador más votado de la historia de Chiapas, lo hicieron por considerarlo como la mejor opción para darle gobernabilidad al estado.

Ramírez Aguilar ha demostrado capacidad y talento para los menesteres de la política. En cada una de sus responsabilidades públicas ha dejado una herencia de buenos resultados y de importantes beneficios para la ciudadanía.

Como presidente de Comitán de Domínguez logró limpiar las finanzas del municipio, impulsar la economía, generar empleos y, mejor aún, erigió un gobierno de puertas abiertas, cercano a la gente, con la que gobernó con alegría, mejorando la calidad de las acciones gubernamentales, haciendo efectiva la rendición de cuentas y el combate a la corrupción.

Como diputado local y federal promovió iniciativas y reformas de ley en materia fiscal, educativa, salud, vivienda y seguridad.

Durante su periodo como secretario general de gobierno, mantuvo una relación de respeto y colaboración con los otros poderes constitucionales, tomó acuerdos asertivos y benéficos con los presidentes municipales, líderes partidistas, sindicales, campesinos y magisteriales para la resolución de problemas relacionados con cada uno de estos sectores, y a través del diálogo y la legalidad contribuyó en la estabilidad social y política del estado.

Y como muestra de su gran desempeño como presidente de la Mesa Directiva y de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, están los muchos reconocimientos que recibió por parte de organismos nacionales e internacionales. Además, que ha sido el único político en encabezar dichos órganos colegiados de gobierno en una misma legislatura gracias a su capacidad.

LOS NUEVOS LIDERAZGOS DEL CONGRESO

Lo mismo ocurre con los liderazgos que fueron elegidos para ocupar la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado: inspiran confianza.

Son dos personalidades que vienen de la cultura del esfuerzo; son gente de pueblo, no de privilegios, y dada su experiencia, tacto político y su conocimiento sobre la realidad que vive el estado se vislumbran como alfiles en la construcción de la llamada Nueva ERA para Chiapas.

Uno de ellos es Mario Guillén Guillén, un político modesto, humilde, con una profunda vocación de servicio y una gran habilidad para la gestión y el cabildeo. Es de los pocos diputados en el actual parlamento que ha tocado las fibras más sensibles de Chiapas y que podría incluso presumir su conocimiento, palmo a palmo, de cada rincón de la entidad.

Desde hace muchos años ha sido un aliado incondicional del gobernador electo Eduardo Ramírez. Asimismo, le precede una trayectoria política como secretario de Atención Ciudadana, secretario municipal, director de gobierno y coordinador de asesores en el Ayuntamiento de Comitán, su tierra natal. También es doctor en Ciencias Políticas y Sociales.

Por eso no es extraño que haya sido elegido para presidir la Jucopo. Hay un consenso en que Guillén Guillén posee la preparación y la visión para entregar buenas cuentas de su nueva encomienda, enaltecer el quehacer legislativo y construir los acuerdos que Chiapas necesita.

La Mesa Directiva, por otra parte, no pudo haber quedado en mejores manos. Luis Ignacio Avendaño Bermúdez es un político que conoce los procesos legislativos. Ha sido diputado local y federal, y tiene experiencia como regidor y presidente municipal de Comitán de Domínguez.

Avendaño Bermúdez se distingue, además, por una disciplina espartana. Ha probado tener calidad moral y conocer lo que significa ejercer la autoridad en un marco de legalidad, tolerancia y respeto.

No hay duda, por consiguiente, que garantizará el debido desarrollo de los debates, las discusiones y votaciones en el Pleno de la cámara, así como que en los trabajos legislativos prevalezca lo dispuesto en la Constitución y en las leyes. Amén de que desde ese órgano colegiado de la mayor trascendencia planteará las bases que sostengan la viabilidad del segundo piso de la 4T en nuestro estado. Como la Ley de Desarrollo Constitucional, que él mismo anunció en días recientes y que se prevé como un instrumento que mejore la práctica legislativa en el Congreso local.

NUEVO CONGRESO

Bienvenidos, pues, estos dos liderazgos políticos que tienen la oportunidad y la aptitud para devolverle la credibilidad al Congreso del Estado y reivindicar la imagen del legislador.

Por el bien y el futuro de Chiapas, les deseo que les vaya muy bien.

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