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Letras Desnudas

Mario Caballero

Plácido Morales Vázquez está enfermo de poder. Su obsesión por alcanzar el Gobierno de Chiapas le ha nublado la mente. Cada vez es más notorio que ha perdido contacto con la realidad. Lo que dijo en el discurso que pronunció el miércoles pasado durante el evento que organizó con motivo de la conmemoración del 198 aniversario de la anexión de Chiapas a México, es muestra irrefutable de ello.

Esto dijo: “Hay otro Chiapas, el de los que sin ser nuestros, también son hermanos. Los migrantes expulsados por la miseria, que cruzan nuestra frontera con el afán de alcanzar el sueño americano. El de los indígenas sin caminos y sin escuelas, sin salud, esperando en la desesperanza. El de las mujeres que cuando dan la vida, entregan la propia. El de la desforestación y destrucción de los bosques”.

Y concluye asegurando: “ese Chiapas festivo, melancólico, triste, doliente y desafiante, el Chiapas que nos une, nos motiva a pensar y trabajar para hacerlo mejor, más nuestro. Esa tierra que invade el afán de vivir Chiapas, donde quiera que vivamos. ¡Qué viva Chiapas! ¡Qué viva México! ¡Qué viva el Chiapas mexicano!”.

Hay mucho de ridículo en el discurso de Plácido Morales. Para empezar, con mucha solemnidad asegura lo que cree conocer, imposta la voz para decirnos compungido que hay mucha necesidad en el estado, ensaya expresiones para hacer más grave su declaración de que los chiapanecos estamos perdidos e infla el pecho en señal de que él es el portador de un mejor futuro.

Lo mismo puede decirse del evento que, en el colmo del clasismo, se realizó en el Palacio de Bellas Artes. No significa nada, no aportó algo para el saber histórico del estado, no comprometió en lo más mínimo a los asistentes a trabajar por Chiapas, pero para Plácido Morales es tenido como un gran acontecimiento político. Ridículo.

Bueno, aunque hay que reconocer que algo sí tuvo de mérito tanto el evento como el discurso del todavía magistrado presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje. Esto es, demostrarnos que Plácido Morales Vázquez sigue siendo el mismo político cínico y oportunista de siempre. Me explico.

LAS EXPLICACIONES

El hecho de que Morales Vázquez haya declarado que Chiapas está mal en varios aspectos, no lo convierten en un crítico del sistema al que él mismo pertenece. Todo lo contario, exhiben por un lado su desconocimiento de la nueva realidad que se vive en el estado desde el 8 de diciembre de 2018 y, por el otro, su arribismo.

Al decir que hay otro Chiapas, donde “los migrantes expulsados por la miseria, que cruzan nuestra frontera con el afán de alcanzar el sueño americano” (sic), Plácido insinúa que en el estado vivimos como consecuencia de ello una crisis humanitaria, lo cual no es cierto.

La verdad es que lo que ha pasado en la frontera de Chiapas con Guatemala se debe, en gran parte, a la falta de planes, programas y políticas migratorias en común acuerdo no entre las autoridades estatales, sino entre los gobiernos de México y Estados Unidos. Es más, gracias a las estrategias implementadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Rutilio Escandón Cadenas, la situación de los migrantes ha venido mejorando, aunque falta todavía mucho por hacer en beneficio de esta gente.

No se discute que las llamadas caravanas migrantes han ocasionado algunos problemas para los habitantes de los municipios fronterizos y para los mismos migrantes. No obstante, hay que entender que los flujos migratorios por el país son históricos y que México no tiene ninguna responsabilidad en ellos, mucho menos Chiapas.

Por tanto, que Plácido haya hablado del tema como un problema local, ostenta su oportunismo. Porque esto no es algo que él desconozca, sino que trató de magnificarlo para poner en mal al gobierno, encabezado por un miembro de su mismo partido, y así después decir entre líneas que él puede resolver el problema. Esto también se llama cinismo.

Ahora, la declaración de que los indígenas están sin caminos, sin escuelas, sin salud y abandonados a su suerte (él dijo más poético: “esperando en la desesperanza”); además, que hay muerte materna y una dura destrucción de los bosques, tiene el mismo objetivo: primero denigrar al otro y luego enaltecerse a sí mismo. Sin embargo, lo hace sin argumentos.

Cualquiera que no tenga dos dedos de frente puede percatarse que Chiapas ha tenido avances importantes en diversas materias en la administración actual. De manera general, se han abierto nuevos caminos rurales, reparado carreteras, construido más aulas y reconstruido escuelas afectadas por el sismo de 2017; asimismo, se han construido puentes, pasos de desnivel, plantas de tratamiento de aguas residuales; se han pavimentado un sinnúmero de calles en distintos municipios del estado y con la reconversión hospitalaria se mejoraron los servicios de salud.

Desde luego, falta mucho por hacer. Un estado como el nuestro, que según los expertos presenta cincuenta años de atraso, no puede arreglarse en cuatro años. Empero, Plácido Morales no puede desmentir la realidad. Chiapas está entre las tres entidades más seguras del país y en cuanto a la mortalidad materna, pasó del primer lugar en 2018 al lugar 26 en 2021, esto gracias al establecimiento de 10 redes de atención para emergencias obstetricias y 10 redes de atención para embarazo, parto, puerperio y planificación familiar.

Por otro lado, ¿cómo es posible que Plácido Morales pueda estar tan desinformado, sobre todo porque presume ser intelectual?

Lo digo porque en Chiapas se ha plantado un total de 3 millones 200 mil árboles durante 2019 y 2021 y este año se proyecta plantar un millón de árboles más en alrededor de 2 mil hectáreas en las distintas regiones del estado.

¿TÚ, PLÁCIDO? ¿CUÁNDO?

El mensaje final del discurso es lo más deleznable. Miente y miente cínicamente: “el Chiapas que nos une, nos motiva a pensar y trabajar para hacerlo mejor, más nuestro”.

Tú, Plácido, cuántos cargos has desempeñado es tu vetusta y larguísima carrera política, algunos de vital importancia, y ¿qué has hecho por el estado? Hasta donde se recuerde, tan sólo los has ocupado para el beneficio personal, para acrecentar tu insultante egolatría, para enriquecerte y lograr tu anhelado sueño de convertirte en gobernador.

Para muestra un botón. Cuando fuiste alcalde de tu natal Ocozocoautla, ¿cuáles fueron tus logros? Lo único que se recuerda de tu gestión son los señalamientos de corrupción en tu contra, que tomaste una invaluable colección de libros en lengua zoque de la biblioteca municipal y que fuiste capaz hasta de llevarte las bancas del parque. Incluso una de esas bancas se ve en un video que tú subiste en meses recientes a tu cuenta de Facebook en el que estás partiendo leña en tu rancho.

Por eso, aquello de que Chiapas “nos motiva a pensar y trabajar para hacerlo mejor”, ni tú te lo crees. Es claro que te motiva el lucro personal y si quieres ser gobernador del estado no es porque quieras hacerlo “más nuestro”, sino tuyo.

Más claro todavía, alguien como tú que desde su juventud no ha hecho sino sólo vivir del presupuesto, ¿cómo creerte ahora que en tu vejez vayas a trabajar por la transformación de Chiapas? Ridículo. Bien dice el dicho, “a la vejez, viruelas”.

@_MarioCaballero

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