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¿Por qué no le ponen un freno al farsante?

Letras Desnudas

Mario Caballero

Leí el lunes el boletín de prensa de Ismael Brito Mazariegos, ex secretario de gobierno de Chiapas y actual diputado federal por Morena, donde dice que estuvo en días recientes en los municipios de Palenque y Reforma encabezando los diálogos para seguir impulsando el bienestar y la mejora de Chiapas, y cuenta que entre ambos eventos logró reunir a más de 5 mil personas.

El boletín concluye con una frase de Brito, que dice: “acumulo en mi corazón su apoyo y respaldo a lo largo de Chiapas. Sus muestras de cariño y acompañamiento, me hacen sentir que estamos caminando en la ruta correcta”.

¿Por qué no le han puesto un freno a este farsante?

Quiero pensar que es porque otros morenistas no querrían dispararse en el pie acusándolo de estar haciendo campaña política anticipada cuando muchos de ellos también andan en las mismas. Si no lo hacen es para no evidenciarse y mostrarse incongruentes.

El asunto es que en tiempos de 4T, no identifico a un legislador chiapaneco más ineficaz, vano, arrogante y cínico.

Hoy, Brito podrá decir que está recorriendo el estado con el objetivo de recoger las voces de la gente para con ello lograr la mejora de Chiapas. Pero tanto sus declaraciones como su supuesta gira de trabajo, demuestran que no es más que un charlatán vestido de integrante de la Cuarta Transformación. ¿Por qué?

DEL DICHO AL HECHO…

En el mismo boletín, Brito dice que “solo impulsando de viva voz las problemáticas que existe en cada región, se puede trabajar en el sentido correcto”. Pero ¿por qué entendió esto hasta ahora y no cuando fue secretario de gobierno durante la primera mitad del sexenio? ¿Y por qué hasta ahora se acerca a la gente a la que tuvo que proteger y defender sus derechos, dialogar y tomar acuerdos para la resolución de sus controversias?

No digo que esté mal que tenga esta aproximación con la gente. Todo lo contrario, es trabajo de los diputados, como representantes de los intereses del pueblo, tener esa cercanía con la sociedad. Parte de su deber es llegar a los municipios, a las comunidades, tener reuniones con las personas, conocer de ellas cuáles son sus necesidades y, a partir de ello, construir una agenda de trabajo en conjunto.

Sin embargo, Brito está abusando de esto para promocionarse políticamente.

Es mentira que busca el acercamiento con la gente por el bien de la gente. Lo que quiere es darse a conocer entre los chiapanecos e impulsar su aspiración por la gubernatura del estado. Si no, ¿por qué en lugar de sostener reuniones con grupos representativos de cada comunidad o región, convoca a eventos multitudinarios como si estuviera en campaña electoral?

Además, ¿qué propone en esos eventos? ¿Cuáles han sido sus alternativas de solución a los problemas que presentan cada región del estado que ha visitado? ¿Ha realizado alguna gestión? ¿Ha bajado recursos para proyectos que satisfagan alguna necesidad? No.

Por otro lado, ¿cuáles son sus planteamientos y resultados en materia de salud, medioambiente, seguridad y migración? Hasta donde se sabe, ninguno. Es un representante popular inútil que tampoco merece ser presidente de la Comisión de Asuntos de la Frontera Sur de la Cámara de Diputados.

Inclusive, durante los 16 meses que lleva en el puesto legislativo tan sólo ha realizado cuatro iniciativas y ninguna de ellas fue aprobada. Para mayor vergüenza, al menos el bisoño legislador Raúl Bonifaz Moedano logró que fuera aprobado el Día del Lacandón cuando fue diputado federal (suplente) en la pasada legislatura. Bien dice la sentencia bíblica que “por sus frutos los conoceréis”.

IMPULSAR EL BIENESTAR ¿TÚ, BRITO?

Ni hablar de su ridículo proyecto a la gubernatura, que no se basa en propuestas sino en alabanzas al gobernador Rutilio Escandón Cadenas y al presidente López Obrador.

En sus eventos no habla sobre cómo puede fortalecer la seguridad del estado, elevar la calidad educativa, potencializar el turismo, combatir el delito de feminicidio, apoyar a las madres solteras, resolver los conflictos sociales, magisteriales, estudiantiles y agrarios, por decir algo.

Se pasa todo el tiempo lanzando loas al presidente AMLO, resumiendo los logros de la Cuarta Transformación y destacando los resultados del gobierno estatal. Y la mayoría de las veces relata que admira al doctor Rutilio Escandón, que lo sigue desde hace 25 años, que fue su suplente en 1998 en la diputación local y que, a partir de ahí, ha estado siempre cerca de él.

Vaya tronco de aspirante a la gubernatura.

Al respecto, hay otro punto a destacar y es la incompetencia.

En los casi tres años que fungió como secretario de gobierno, Ismael Brito no coadyuvó en las estrategias y trabajos para garantizar la gobernabilidad y la paz social en el estado. Eso lo hizo el gobernador.

No fortaleció las relaciones con los poderes Legislativo y Judicial, ni con los Ayuntamientos, ni con la Federación. Eso también lo hizo el gobernador Escandón Cadenas.

Tampoco logró acuerdos que pusieran fin a las diferencias políticas y choques entre grupos, organizaciones sociales, sindicatos, agrupaciones estudiantiles y asociaciones obrero-patronales. Eso lo hizo naturalmente el gobernador con el apoyo de otros funcionarios responsables en cada materia.

En este sentido, no sólo hay que ver la incompetencia de Ismael Brito en el cumplimiento de sus responsabilidades, sino asimismo el abuso de autoridad que ejerció detrás del cargo para encabezar una red de corrupción con la que presuntamente extorsionó a otros miembros del gabinete del Ejecutivo y a presidentes municipales, con la que también exigió contratos de obra y desvió recursos públicos.

Prueba de ello es la encarcelación de varios ex funcionarios que estuvieron a su servicio acusados de asociación delictuosa, tráfico de influencias, peculado, entre otros delitos.

Así que Brito puede irse a otro perro con el hueso de que busca impulsar el bienestar de los chiapanecos. Tan sólo ambiciona el poder por el poder mismo.

DIPUTADO EXTORSIONADOR

Pero no sólo han sido los abusos como secretario de gobierno. Hay que sumar los que ha venido cometiendo ahora como diputado federal.

Lo más trascendente -¿o reprobable?- es la relación de complicidad que tiene con el auditor superior Uriel Estrada Martínez, al que protege.

De acuerdo con denuncias de varios presidentes municipales e investigaciones periodísticas, como las del Diario de Chiapas, Ismael y Uriel utilizan a la Auditoría Superior del Estado para amenazar y extorsionar a los alcaldes, a los que les piden fuertes sumas de dinero, que salen del mismo erario público, y millonarios contratos de obra, que son adjudicados de manera directa a constructoras relacionadas con Estrada Martínez.

Si se preguntaba de dónde sale el dineral con que se pagan los multitudinarios eventos de Ismael Brito, aquí podría estar la respuesta.

¿LE PONDRÁN UN FRENO?

No lo creo. Pero algo es cierto: Ismael Brito Mazariegos seguirá haciendo campaña de manera anticipada por todo el estado con la farsa de que está recogiendo las necesidades de las personas para formar su proyecto a la gubernatura, que posiblemente está financiada con los recursos públicos que obtiene a través de la extorsión.

yomariocaballero@gmail.com

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