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Pluma de Gallo

Una nueva etapa para la salud del país

Soñar despierto es un ejercicio un poco satisfactorio y al mismo tiempo, un tanto doloroso. En las ensoñaciones que caminan por nuestra mente hay dos vertientes: la felicidad o la pena. Me gusta ser consciente de lo que pienso cuando sueño con los ojos abiertos, así busco el paraíso en lugar del infierno. En este mundo mental encontré una idea muy pequeña pero especial: salud digna y popular. En mi sueño, que no distinguía de ricos y pobres, o gente con o sin seguridad social; de pronto apareció la abrumadora luz de la esperanza y venía del mundo real; y se llama IMSS Bienestar.

La semana pasada, Zoé Robledo anunció que el IMSS Bienestar evoluciona. De ser un programa a convertirse en un organismo público descentralizado. Con ello, también se transforma de una idea encaminada a la transformación, a ser un aparato ejecutor, cuidador y garante del bienestar de la salud de las personas. Aunque ya hemos platicado en este espacio sobre todo lo que implica el IMSS-Bienestar, me permitiré retomar las ideas básicas de su funcionamiento y lo revolucionario de su operación, para que podamos dimensionar la manera en que esta noticia está transformando vidas y cómo va a cambiar muchas más.

Entre otras cosas, la importancia del IMSS-Bienestar reside al menos dos pilares fundamentales: los ejes estratégicos y el enfoque. Las líneas de la estrategia consisten en promover la organización comunitaria, la atención médica (de primer y segundo nivel) y la realización de jornadas quirúrgicas. El enfoque es la prevención, a diferencia de las administraciones pasadas que se concentraban en la medicalización y hospitalización.

Con la publicación del Decreto presidencial el 31 de agosto de este año, IMSS-Bienestar pasa a tener personalidad jurídica y patrimonio propio, así como autonomía técnica, operativa y de gestión. Desde mi punto de vista, IMSS-Bienestar es el proyecto de salud más ambicioso del país.

Ahora bien, para implementar IMSS-Bienestar, es necesario que los estados celebren convenios con la federación, de manera que estos accedan a que el Instituto Mexicano del Seguro Social pueda implementar los objetivos del organismo: brindar atención integral gratuita médica y hospitalaria con medicamente e insumos a las personas que no tienen afiliación alguna con las instituciones de seguridad social, con especial atención en las zonas alta marginación.

Este nuevo paradigma de salud ahora deberá enfrentarse al reto de seguir recuperando un sistema que por décadas fue abandonado y que, sobre todo, dejó de lado el enfoque preventivo. También queda el reto de sortear los obstáculos políticos, pues los estados opositores al gobierno federal deberán aceptar la intervención en políticas sanitarias del gobierno federal en este ámbito.

A pesar de los posibles obstáculos, no dejaré de soñar y de mantener la esperanza de que estas nuevas atribuciones del IMSS-Bienestar permitirán que logremos tener una salud digna y popular. Qué orgullo formar parte de esta transformación.

¡Jala Pluma Gallo Giro!

Enrique Jiménez De la Mora.

Licenciado en Ciencias Políticas con Especialidad

en Administración Pública y Políticas Públicas.

Titular de la Jefatura de Servicios de Salud en el

Trabajo Prestaciones Económicas y Sociales.

I.M.S.S. O.O.A.D. Chiapas.

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