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Enrique Jiménez De la Mora

Salgamos hoy: por la democracia y la dignidad

Quiero dedicar estas palabras a la democracia y a la dignidad porque hoy 10 de abril tenemos frente a nosotros, la histórica oportunidad de dar un mensaje claro que es advertencia y también motivo de lucha: el pueblo pone y el pueblo quita. Muchas personas crecimos en una democracia, por decir lo menos, lastimada. Ya conocíamos la dinámica, la rutina del teatro sexenal: el presidente decidía quién sería el próximo candidato del PRI y ese personaje se convertía en el siguiente titular del ejecutivo. Quienes no crecieron en esos oscuros tiempos, seguro lo han escuchado en clases de historia y a manera de cuento de horror. En el año 2000, a pesar de nuestras expectativas sobre el futuro de la democracia, tampoco mejoró la situación. El PAN llegó al poder con un candidato -de por sí manchado por el escándalo “Amigos de Fox”- que hizo menos que nada por el país, pero sí se encargó de decidir y hacer todo lo que estuviera en sus manos para que Felipe Calderón fuera el siguiente titular del poder ejecutivo. La guerra contra el narco iniciada por Calderón representa una de las épocas más lúgubres que ha vivido el país: los toques de queda se hicieron comunes, las balaceras y los violentos mensajes públicos entre grupos del crimen organizado se convirtieron en el pan de cada día. El miedo que paraliza los músculos, que cosquillea las articulaciones y nos hace un nudo en la garganta, se apoderó de cada uno de nosotros, de nuestras comunidades y de nuestras casas. La siguiente contienda (2012) la ganó Enrique Peña Nieto, candidato del PRI y -por mencionar una sola de las gotas de sangre en sus manos- dos años después ocurrió la tragedia de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Cabe mencionar que apenas esta semana se publicó el Tercer Informe del Grupo de Expertos y Expertas Independientes (GIEI) quienes, entre otras cosas, descubrieron y comprobaron que la marina y el poder judicial manipularon evidencia. Todavía nos faltan 43.
Lamento tener que recordarnos el país en el que vivimos y del cual aún quedan muchos rezagos, pero es que sin memoria histórica no podemos cambiar el futuro. Yo me he puesto a pensar una y otra vez… Si en 2014 hubiéramos tenido la oportunidad de votar por la continuidad, o no, de Peña Nieto ¿cuál hubiera sido el resultado? o en 2009, cuando se volvía más y más común saber que algún conocido o familiar estaba desaparecido ¿le hubiéramos revocado el mandato a Felipe Calderón? Quiero pensar que la respuesta a ambas preguntas es que hubiéramos votado por la dignidad de nuestro país y de nuestras vidas, revocándoles del cargo a dos de los personajes más infames en la historia del país. Por eso, el ejercicio de revocación que se está llevando a cabo hoy, es sin duda, la oportunidad democrática más importante que hemos vivido como ciudadanos y ciudadanas. Nunca antes habíamos podido decidir la continuidad o no de un proyecto de país, nunca en la historia pudimos hacer algo para destituir o ratificar con base en el número de promesas cumplidas y de esperanzas alcanzadas. Hoy sí, hoy inicia la democracia y hoy gana la dignidad. Mi primera invitación es salir a votar. Por un lado, porque es nuestro derecho. Por otro lado, porque la oligarquía y la derecha conservadora, anti derechos, clasista y racista está en contra de que participemos en el ejercicio de revocación de mandato. Me parece fundamental distinguirnos de ese conjunto de individuos anti-democracia y anti-pueblo. Por ello, te invito a que en el momento que termines de leer esto, te levantes y acudas a tu casilla; si ya fuiste, recuérdale a quien tú quieras, que debe participar. Mi segunda invitación es a reflexionar que este ejercicio es un claro mensaje para los futuros gobernantes y que dice así: “si fallas, te podemos quitar” y aunque no pudimos utilizar este mecanismo en sexenios anteriores (porque no existía), ahora podemos forjar y pulir hasta el cansancio y con dignidad, este escudo contra los malos gobiernos. La última invitación es a que todos y cada uno de nosotros votemos por la continuidad de un proyecto que ha transformado la vida de millones de personas con programas sociales, con austeridad republicana y combate a la corrupción. La realidad es que sólo hay dos opciones en la boleta: queremos oligarquía conservadora, o queremos que siga la democracia y la dignidad.
 
¡Jala Pluma Gallo Giro!
Enrique Jiménez De la Mora.
Licenciado en Ciencias Políticas con Especialidad
 en Administración Pública y Políticas Públicas.
Titular de la Jefatura de Servicios de Salud en el
Trabajo Prestaciones Económicas y Sociales.
 I.M.S.S. O.O.A.D. Chiapas.
 

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