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Letras Desnudas

Mario Caballero

No sé cuántas veces he escuchado durante los últimos meses “este arroz ya se coció, la futura presidenta de México será Claudia Sheinbaum”, pero la verdad han sido muchas.

Hasta hace unos meses, se veía como un hecho consumado que la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México daría continuidad a la llamada Cuarta Transformación, aunque siempre albergué mis dudas, porque al final de cuentas tanto las candidaturas como los resultados electorales dependen de muchas variables que incluso hacen que fulanito o el preferido acaben perdiendo. Rumbo al 2024, parece que no va a ser la excepción.

Hoy, después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró entre sus “corcholatas” al senador Ricardo Monreal, reafirmó mi convicción de que sí habrá tiro entre los que buscan la candidatura de Morena a la presidencia de la República, y por varias razones que no escapan a la vista de todos.

LOS TRES GALLOS

Los tres aspirantes con más posibilidades de obtener la candidatura presidencial son Claudia Sheinbaum, que aparece como la favorita del presidente, el canciller Marcelo Ebrard y el mismo senador Monreal. Sin embargo, una verdadera batalla entre ellos y por la cual podríamos ver quién es más apto no sólo para competir contra la oposición sino para dirigir al país, se daría solamente si el partido gobernante opta por designar al candidato por el método de elecciones primarias y no por encuestas, como se tiene contemplado hasta ahora.

En una elección primaria, los tres aspirantes tendrían la oportunidad de demostrar quién es quién, medir sus trayectorias, sus resultados como funcionarios públicos, su respaldo social, así como sus ideas para un futuro proyecto de gobierno. De seguir el método de encuestas, todo podría terminar en el deleznable “dedazo”.

De decidirse Morena por las elecciones primarias, el que lleva buena ventaja es Ricardo Monreal. Admito, no obstante, que Sheinbaum y Ebrard son los personajes más reconocidos por los votantes, según datos actuales. Pero tanto uno como el otro están nerviosos, y no es para menos.

En el caso Sheinbaum, ¿qué ha hecho como gobernante, cuáles son sus resultados, cuán eficiente ha sido en sus responsabilidades públicas?

Para empezar, su gestión al frente de la capital del país ha sido un desastre. La Ciudad de México presenta, a partir de que ella es gobernadora y no como resultado de administraciones anteriores, altos índices de inseguridad, pérdidas de miles de empleos y es una de las entidades con el peor manejo de la pandemia.

Y si por algo es conocida es por la tragedia de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, que trajo la muerte de 26 personas y más de cien heridos, muchos de los cuales quedaron lisiados de por vida e impedidos para volver a trabajar. ¿Y por qué? Según informes de la empresa noruega que se encargó de realizar el estudio y a la que ella misma demandó por no favorecerla en los peritajes, por el deficiente mantenimiento.

Esta misma tragedia también ensombrece al canciller. La Línea 12 del Metro fue construida durante su administración como jefe de Gobierno. Y, según datos, en su momento hubo fallas considerables tanto en la edificación como en el diseño, planeación y adjudicación de los contratos, es decir, la obra se ejecutó en medio de actos de corrupción.

No por nada lo recibieron con mantas en Aguascalientes, donde le brindó apoyo a la candidata de Morena a la gubernatura, Nora Ruvalcaba, con la leyenda de “La Línea 12 no se olvida”.

Sin embargo, no puede negarse que Marcelo Ebrard ha sacado de algunos apuros al presidente López Obrador, como en el asunto de las vacunas. A la sazón, no es un error decir que entre todos los funcionarios del gabinete presidencial es el que más destaca por algunos de sus logros y sus vínculos con hombres de poder en el extranjero.

EL ZACATECANO

Ricardo Monreal, por otro lado, ha demostrado ser tan buen político que hasta podríamos pensar que los cuarenta años que lleva de carrera en el servicio público los ha empleado para prepararse para este momento. A diferencia de Sheinbaum y Ebrard, ha sabido medir bien cada uno de los pasos que ha dado desde que el presidente AMLO abrió el juego de la sucesión.

Para empezar, tiene una trayectoria política que supera por mucho a las de sus rivales. Ha sido regidor, gobernador, tres veces diputado federal, jefe de la Delegación Cuauhtémoc y éste es su segundo periodo como senador de la República. Y durante todos estos cargos ha impulsado reformas legislativas en favor de los derechos de la niñez, de la equidad de género, de las mujeres, de protección al medioambiente, en defensa de los derechos humanos de la población indígena, en materia de seguridad, fiscal, económica, entre otros.

Asimismo, como gobernador de Zacatecas promovió políticas sociales, económicas y culturales que le valieron varios reconocimientos a nivel nacional y, entre otras cosas, creó la Ley de Desarrollo Social para el Estado de Zacatecas, por la que la sociedad obtuvo importantes beneficios que antes les fueron negados en cuanto al cuidado de la salud, la educación, alimentación y vivienda.

En esas cuatro décadas de servicio público, ¿qué se le reprocha? ¿O qué se le reprocha ahora? Todo lo contrario, gracias a su liderazgo y capacidad de cabildeo logró conjuntar a las fuerzas políticas en el senado de la República para la aprobación de las reformas legislativas impulsadas por el presidente López Obrador. No es exagerado decir que, debido a la aprobación de estas reformas, el tabasqueño ha podido sacar adelante varios aspectos de su proyecto de gobierno.

importante es decir que, a diferencia de los aspirantes antes mencionados, Monreal tiene una historia real y palpable como líder de izquierda y ha sido promotor y defensor en distintos momentos y desde diferentes trincheras de muchas causas sociales.

Hace unos días, anunció que ya cuenta con un Proyecto de Nación, que los otros al parecer ni siquiera han pensado, y en el cual contempla resolver los grandes desafíos del país en materia de salud, educación, cambio climático, empleo, medioambiente y seguridad pública.

Esto nos dice dos cosas: que su aspiración por alcanzar la presidencia tiene fines legítimos por el bienestar de la sociedad y que es un político que, centrado en la realidad que vive el país, conoce las necesidades de la gente.

Por eso en su discurso no le echa la culpa al pasado e insiste en hacer llamados a la unidad, a la reconciliación, porque dice estar convencido de que con el acompañamiento y el diálogo de todos los sectores se puede llegar a buen puerto.

UN POLÍTICO CAPAZ

Por tanto, está en manos de Morena y del presidente Andrés Manuel lograr que la Cuarta Transformación se afiance a través de un actor político que, como Ricardo Monreal, tiene una exitosa carrera política y resultados que lo respaldan. La pregunta es: ¿pondrán el piso parejo para la designación de la candidatura presidencial o seguirán empecinados con el método de encuestas, que es más bien un disfraz de la vieja práctica del dedazo?

Ojalá no se olviden que México necesita a alguien capaz para recomponer el rumbo del país y no alguien que dice merecer ser presidenta por el sólo hecho de ser mujer, aunque nunca ha hecho nada por las mujeres.

yomariocaballero@gmail.com

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