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13º Festival de Magia y Tradiciones 2021 y las Leyendas

Jorge Éver González Domínguez

Chiapa de Corzo, Chiapas

Este domingo 31 de octubre, el Comité de Magia y Tradiciones, brillará celebrando su treceavo festival cultural, derramando tradiciones y costumbres. Ya son 13 años ininterrumpidos que la profesora Ana María Nandayapa Montero, como presidente de dicho comité encabeza estas festividades, donde hace volar nuestra imaginación, recreado leyendas del pueblo que se han quedado en la memoria de todos los habitantes.

En esta ocasión habrá videos recreativos de leyendas como el Sombrerón, la Tishanila y los Antivitos, además de concursos de tamales. Todo comenzará a partir de las 6 de la tarde, en los portales de lado poniente de la majestuosa ciudad colonial de Chiapa de Corzo. Están invitadas las autoridades municipales, así como todo el pueblo en general, que sabe y espera estas fechas, para celebrar las fiestas de Día de Muertos.

En entrevista, uno de sus miembros del comité, Prof. José Alegría Nandayapa, nos relata la leyenda de los Antivitos:

“Los Antivitos, pequeños hombrecitos con barbas largas, ropa de manta, usan polainas y las cabezas las traen descubiertas; son de ceño fruncido y no hacen amistad con nadie. Salen a bailar al son de una música muy extraña jamás escuchada por algún humano; salen a jugar y divertirse. Se desplazan ocupando parte de la Plaza de Armas, después entran a los portales lado sur; así van haciendo infinidad de cosas hasta que escuchan el primer canto del gallo, en ese momento regresan a sus moradas. Después, todo vuelve a la calma.

En el pueblo así se les decía, lo correcto era “Los Antiguos”. Hace mucho tiempo existió una viejecita de nombre Pilarcita, de 85 años de edad; vivía en la última calle. Comentaba que por la orilla del Río Grande, los Antivitos pasaban con dirección a la iglesia y platicaban con ella; eran diminutos hombres y mujeres, probablemente iban a la iglesia a rezar, pero ya no regresaban. Se introducían en un túnel que existía en el interior del templo con dirección al campanario y que este a su vez desembocaba en el Sumidero.

Vivían en un lugar llamado el “Encanto”, en el que había muchos árboles frutales, agua fresca y cristalina.

Cuando platicaban con Tía Pilarcita no les entendía nada; había ocasiones que sus pertenencias las dejaban en su casa: canastitas y cantaritos, cuando observaba que no regresaban, iba a observar lo que le habían dejado, grande era su sorpresa: no encontraba nada de lo que había guardado.

En una ocasión, los Antivitos fueron seguidos por unas personas; jamás regresaron, penetraron en el huerto donde moraban. Jamás se conoció el destino de las personas. Cuando el pueblo se enteró de la noticia, fueron buscados por días, la búsqueda fue inútil, finalmente se dieron por vencidos y jamás se enteraron de lo que les sucedió”.

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