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Pablo F. Chávez Mejía

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Segunda y última entrega…

Al poco tiempo lo reaprehendieron y dijo que solo se fue de “vacaciones”, por lo que su reclusión la continuó en la cárcel de Lecumberri. Cabe mencionar que Cárdenas recibió tratamientos con electrochoques y sesiones con pentotal sódico, prácticas que hoy se consideran violatorias de derechos humanos.

En reclusión, el estrangulador conoció a un experto en Derecho, que le enseñó a redactar promociones en proceso penal y se entusiasmó en estudiar Leyes.

Después de pasar 34 años en el Palacio Negro de Lecumberri, Goyo Cárdenas fue indultado en 1976 por el presidente Luis Echeverría y aplaudido por el pleno del Senado de la República, en un discurso pronunciado por el entonces secretario de Gobernación Mario Moya Palencia, como ejemplo de “las nuevas ideas regeneradoras de la readaptación social”. En ese sentido, se puede decir que Goyo Cárdenas fue un “feminicida laureado”, en virtud que su caso sirvió políticamente para tratar de demostrar que las reformas constitucionales de 1965 en materia penitenciaria, fueron exitosas.

Otras fuentes señalan que, después de salir de prisión, Cárdenas ingresó a la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales Aragón (hoy FES Aragón) de la UNAM, donde se tituló en Derecho en 1982.

Hoy sería un verdadero escándalo político y social indultar a un asesino serial de mujeres, además de estar prohibido en Chiapas (art. 153 del Código Penal). En la actualidad, el privar de la vida a una mujer por razones de género se tipifica como feminicidio; este delito está contemplado en el artículo 164-bis del Código Penal del Estado de Chiapas.

Hay muchas historias por contar en el campo del derecho penal.

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