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Mujeres escritoras en lenguas originarias en Chiapas

Karla Gómez

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

El movimiento del 94 en Chiapas, propició el surgimiento y la expresión de las manifestaciones artísticas, entre ellos el movimiento literario de los escritores en lenguas, informa en entrevista la investigadora y poeta Sulma Jiménez.

“Es en 1999 que se tiene registro de la primera obra colectiva publicada en lenguas originarias, escrita por sus mismos autores. El libro se llama ‘Palabra Conjurada: cinco voces, cinco cantos’ y está escrito es tsotsil, tseltal y chol”, comenta la entrevistada.

A partir de la primera publicación escrita en lenguas originarias en 1999, se ubica a cuatro generaciones de escritores con 30 integrantes aproximadamente, de los cuales 14 son mujeres. Por ello, enlista a las pioneras y a las más conocidas: Juana Karen Peñate, Ruperta Bautista, María Roselia Jiménez, Petrona de la Cruz, Rosa Ramírez e Imelda Gómez. Así como a las más jóvenes: Angelina Suyul, Mikeas Sánchez y Enriqueta Lunez.

Respecto a los géneros que se exploran, el más recurrido es la poesía y la narrativa, ensayo ocasionalmente pero también hay guiones de radio, teatro y cine. Asimismo, añade que los contenidos de textos literarios remiten a temas del mundo mítico prehispánico, las tradiciones de sus pueblos, pero también a temas como la violencia, el conflicto entre la modernidad y los valores ancestrales, el género y el erotismo.

“También hablan de las problemáticas sociales de sus comunidades y algunas realizan una fuerte crítica al sistema hegemónico. Es mediante la palabra escrita, que las autoras reivindican sus culturas, cosmovisiones y pensamientos, desde la riqueza del lenguaje mismo”, apunta Jiménez.

Otra característica que tienen los escritos en lenguas originarias, es que conservan algunos recursos propios y estéticos de sus lenguas maternas, como: el juego de aliteraciones, la musicalidad de la lengua, fragmentos de oralidad presentes en los cantos, rezos y, sobre todo, las imágenes poéticas pensadas desde sus cosmovisiones.

“Esa aportación hace la diferencia, porque nos acerca a un mundo de significados que desconocemos y que resulta interesante y eso lo hace especial al resto de las literaturas”, da a conocer.

Sin embargo, acota que se habla de una literatura “indígena” para referirse a la literatura que se produce desde los pueblos étnicos y desde los autores en lenguas originarias, término culturalmente mal entendido.

Añade que la “literatura indígena”, se ha originado desde el pensamiento occidental, para hacer la separación o la diferencia respecto a la literatura que produce el hombre blanco, el de la “razón”. Sostiene que lo correcto debería ser que desaparezca el término “indígena” que tanto daño ha ocasionado, pues es un término totalmente violento y que marca exclusión, y “llamarlas por su nombre: literatura tsotsil, tseltal, ch’ol, mazateco, náhuatl, etc., integrarlas y reconocerlas en el cosmos de la literatura no universal, sino pluriversal”.

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