Roger Heli Díaz Guillén
Chiapa de Corzo, Chiapas
¿Qué sigue después de la denominación?
Chiapas, desde los gobiernos anteriores desde el 2001, contó en la ruta turística cultural nacional con cuatro Pueblos Mágicos: Chiapa de Corzo, San Cristóbal, Comitán y Palenque, a los que se sumaron tres más en el gobierno de la Transformación, que lo retomó desde el año 2020: Copainalá, Unión Juárez y Ocozocoautla de Espinoza, los cuales han constituido “comités ciudadanos” que existen por nombramiento necesario en la denominación, que no realizan trabajo alguno a partir de su organización, reglamentación, objetivos y sostenibilidad; sin contar estos pueblos con el debido acompañamiento gubernamental en sus tres niveles de gobierno, siendo únicamente referentes turísticos en política pública con una estrella distintiva, que es el contar con la franquicia de su denominación que corresponde por decreto del 10 de marzo del 2020, publicado en Diario Oficial de la Federación.
Pueblo Mágico, desde hace cuatro años, es marca comercial del estado mexicano por decreto gubernamental, que se ha reservado el derecho de autorizar su uso para fines comerciales, siempre y cuando promuevan el turismo fundamentado en el artículo 19 del decreto de la estrategia nacional antes citada; de lo que se desprende la vinculación de la marca comercial con el aprovechamiento comercial patrimonial cultural de los pueblos y comunidades indígenas y afro mexicanas, en la esfera del derecho de la propiedad colectiva patrimonial cultural existente en México.
Chiapas cuenta con una red cultural y biodiversa de Pueblos Mágicos con contenido integral histórico, cultural, natural, geológico e hídrico. Los pueblos son mágicos -además de su contenido tangible e intangible- por su capacidad de resiliencia que les ha permitido sostener y dar continuidad y grandeza; y que hoy es folklor, color, sonidos, sabores, agua, naturaleza y vivencias que engrandecen a Chiapas; donde faltan por considerar a Suchiapa, Cintalapa, San Fernando, San Juan Chamula, Tenejapa, San Andrés Larrainzar, Tecpatán, Tapachula, Amatenango del Valle, Venustiano Carranza, Mazatán, Teopisca, por mencionar a algunos.
Se debe trabajar por regular y reglamentar a nivel municipal la existencia formal y legítima del Pueblo Mágico, su organización, representación y gestión, expresado en acuerdo de cabildo que formalice reglamento general del Comité Incluyente del Pueblo Mágico, que considere perfiles necesarios en representación de barrios y/o componentes sociales de los pueblos en su estructura geopolítica, así como la representación cultural, artesanal y comercial, que generan productos turísticos comerciales. Buscando sustantivamente que, inicialmente, el gobierno municipal considere espacios, servicios públicos y mínimos recursos económicos para movilidad y operación, con personalidad y facultades de convocatoria y gestión para recaudar fondos y aplicación al área de imagen urbana y sostenibilidad.
La capacidad de gestión ante el INAH, Secretaría de Cultura, Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones, Secretaría de Turismo, es un eje de intervención que se debe explotar basado en la distinción de marca y franquicia de “Pueblo Mágico”, fundando, motivando y justificando cada uno de los proyectos que promuevan la imagen urbana con el ingrediente de pueblo cultural, histórico, turístico, artesanal y biodiverso, destacando su grandeza, particularidad y corazón abierto a los pueblos hermanos.
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