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Si muero… ¡soy responsable!

Dr. Jorge Alberto Rincón Acebo Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Día de los Inocentes 2020, 2ª. Parte.

El que comparte las ideas, ¡exime de responsabilidad por la posibilidad de morir, a otro ser humano! Principalmente a consecuencia del covid 19.

¡Soy responsable por bajar la guardia, al estar en contacto con otros seres humanos que voluntaria o involuntariamente la bajaron!

Seré corresponsable de la invasión viral a otros seres humanos que poseen un comportamiento similar. ¡Se olvidaron de cuidarse!

¡Somos consecuencia de nuestros actos, arquitectos del propio destino!

¡Es ineludible tomar conciencia de los actos! Lo comparto un día después del ‘Día de los Inocentes’. Que no son ni santos, ni inocentes. Son palabras empleadas con justificantes de la ignorancia, hipocresía, ambición, desencadenando destrucción propia, ajena y ambiental.

En estas fechas, olvidando su significado por conveniencia o convicción -como se expresa de bella manera- se acude a visitar a personas que durante todo el año ni siquiera le dirigiste el saludo.

Curiosamente, son personas de edad avanzada con todos los agravantes para poder adquirir el covid 19.

¡No son los únicos que pueden fallecer! ¡No importa la edad!

Es erróneo, destructivo, enfermarse o contaminarse.

Festividades: días para enfermar, sin reconocer que persistirán daños.

La vida es diferente en merma conforme se vive y, aún más si en este transcurso destruyes tu reserva orgánica.

Se debe enseñar para comprender. ¡Lo que se destruye, no se regenera! En unos años, los que sobrevivan le echarán la culpa a otros de su muerte, a consecuencia de infecciones bacterianas resistentes a antibióticos, que ellos mismos provocaron al emplearlos sin conciencia.

Se quejarán de la falta de plantas, animales, contaminación por plásticos ¡cuando fueron los causantes!

Si a pesar de todo, no muero -cuando es probable que no sobreviva- en próximos años y en fechas cercanas al Día de los “No inocentes” (debería ser de ¡los culpables!), les repetiré lo mismo, si la vida me lo permite. ¡Y dirán que carezco de lógica! Y continuarán destruyéndose a sí mismos, a los demás y a la naturaleza.

En mis ideales románticos, aunque la práctica dice que la autodestrucción es ineludible, continuaré románticamente procurando despertar la conciencia individual, para el bien común y de la biosfera.

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