“Nadie la espera, ni el soplo de un corazón, ni el aliento de una sombra”.
Socorro Carranco, nace en Tuxtla Gutiérrez (?) un 27 de junio, cuando el verano empezaba a mojarse con las lluvias, hija de Miguel Carranco García y Josefa Estrada Ramírez.
De pequeña vive en la ciudad de México, donde cursa su educación básica y media, luego comienza sus estudios de contabilidad en el Instituto Washington y los termina en la UNAM.
Socorro Carranco, luego de estancias intermitentes entre Chiapas y CDMX, en 1995 se queda definitivamente en la capital chiapaneca, permea en diferentes asociaciones y grupos culturales, como la Asociación de Escritores y Poetas Chiapanecos, Institución Cultural Internacional América Madre, entre muchas más.
Estudió Actuación en la academia Andrés Soler, danza moderna en el centro de formación de enseñanza abierta del grupo independiente de la maestra Gloria Contreras, participó como actriz radiofónica en la XEW, fotonovelas, doblaje y comerciales. Colaboró como promotora cultural de la Orquesta de Cámara de la CDMX. Tomó taller de poesía en la Casa del Lago Juan José Arreola con el escritor, narrativa con Rafael Heredia, teatro con Nancy Cárdenas, Carmen Montejo y Germán Robles.
Autora de los libros: El último tiempo, Río de arena, Horas nuevas, Bisuterías del alma, La escalera de la luna, Raíces de soledad, La otra piel, No soy… ésta.
Su obra poética se encuentra en diferentes antologías, revistas y diarios nacionales e internacionales.
Cada que se interna en las calles de su vida todo es una aventura, recuerda que en la ciudad de los Ángeles, CA., la confunden con migrante ilegal y lo retienen por horas aun demostrando su origen; en Chile, toma algo que parecía tequila, se alegra y canta con mariachi poniéndose en apuros; en Villaflores la invitan a un evento por el Día de la Mujer y cuando suben la nota, observa que la atacan desconociéndola y relacionándola con la política.
La poeta se ríe de ella misma y camina acompañada de su sombra en las calles del ejido El Jobo.
En entrevista, nos dice: “El escribir me ha servido para aclarar mi búsqueda y explorar con mi propia visión situaciones plurales e individuales permisibles para vivir, revivir y hasta determinar mi personalidad interna y de otros.
He aprendido que la literatura tiene muchos caminos, en los cuales se puede participar con profesionalismo, respeto y responsabilidad, porque sé que el arte en cualquier forma de manifestación puede y debe mantener vivo el tejido social y cultural del mundo, antes de ser condenado a otros modelos menos recomendables y que las letras es un mundo de imaginación”.
Socorro Carranco a primera vista es muy callada; en su memoria está el haber conocido al poeta Rafael Sebastián Guillén Vicente -sobrino de Rosario Ibarra de Piedra- conocido como ‘el subcomandante Marcos’; amiga muy querida del desaparecido cronista de la ciudad José Luis Castro, que la visitaba para tomar cerveza con camarón seco, revuelto con letras, poesía, reclamos y mucha amistad.
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