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Trinidad Alias dio parte de su tiempo e historia, a la comunidad zoque

Karla Gómez

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Entre harina y música de carnaval, entre el colorido de la vestimenta de los danzantes y la alegría de los costumbristas, el maestro tradicionalista Víctor Manuel Velázquez vio el año pasado por última vez en su domicilio, a la danzante Trinidad Alias Tondopó, durante el recorrido del Carnaval Zoque de Tuxtla Gutiérrez.

La mujer de mediana estatura, morena, cabello lacio, de boca pequeña, nariz chata y ojos expresivos, falleció el 21 de abril del año en curso. Ese mismo día, integrantes de la mayordomía llegaron a dejarle su flor y sus velas, como parte de la costumbre de entregar ofrendas cuando muere una descendiente zoque.

“A las 8 de la mañana, las espuelas comenzaron a sonar al ritmo de la música tradicional de cuerdas, con mucho amor y cariño se escucharon las vivas hacía Trinidad Alias, una mujer entregada a sus costumbres y tradiciones de su pueblo…”, dice Alexis Ruiz López, integrante del grupo de danza Viva el Mequé.

Ahí le rindieron homenaje, la despidieron como se despide a las personas que han hecho eco o tuvieron un cargo importante dentro de la comunidad.

“El compromiso de los nuevos y los que siguen en la tradición es rendirle con lo que ella hacía en vida, como la danza de tradicional que ella bailaba”, menciona el maestro Víctor. Además de agregar que, aunque no se sabe con exactitud el año que fue floreada, el cargo de maestra baile terminó en junio del 2018.

Desde pequeña bailó la danza del Yomoetzé con la tía Panchita, dice. Por ello, al paso del tiempo fue designada como la primera maestra baile, compromiso que desempeñó con ejemplo, ya que debía levantar el baile de Yomo-etzé de la fiesta de la mayordomía del 30 de enero al 2 de febrero, así como participar en las actividades de la misma en casas particulares.

Mientras que, en junio levantaba el baile de Tonguy-etzé y para el mes de diciembre costuraba flores Siembre Viva, para la elaboración de la casita del Belén tradicional zoque.

Al respecto, el maestro Víctor comparte que ella se distinguió por su buena actitud y enseñanza, dio parte de su tiempo, de su historia, para que otras generaciones pudieran conocer el baile.

“Fue una persona comprometida con la palabra, la tradición en el rubro de la danza. Lo hizo de corazón. Fue un ejemplo a seguir. Era una persona que realizaba tal cual su cargo, cuando le tocaba dar de comer, danzar o entregar ofrendas. Era de las pocas que caminaba todo el recorrido tanto de la bajada y de la subida, como parte del compromiso de acompañar a la imagen religiosa”, puntualiza.

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