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Editorial

En enero inicia jaloneo en la Sección 7 del SNTE

La pandemia fue el azote de millones en el mundo y al mismo tiempo, el escaparate o la oportunidad de una minoría para hacer trampas y prolongar los tiempos de elecciones como debe ser en todo proceso democrático que tiene fincadas o establecidas normas institucionales.

El caso que llama la atención respecto a que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, encabezada por Pedro Gómez Bámaca, de la Sección 7, no respeta los estatutos ni los derechos laborales de los trabajadores – cuyas armas son el gis y el pizarrón-, como armas letales para formar a niños y jóvenes.

Su dirigencia, cuestionada de principio a fin, se escuda en los efectos negativos que podrían haber generado consecuencias graves para la salud de miles de hombres y mujeres integrantes del magisterio si se hubiese convocado a concentraciones masivas para buscar a los relevos. Al menos en este punto se entendió la postura sindical.

Sin embargo, fueron dos años y medio de pandemia donde las denuncias públicas de los maestros fueron intensas porque los “líderes” sindicales -acuerpada también por la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación CNTE-, aprovecharon para exprimir todo lo que había para su conveniencia. Tan es así que hoy la base trabajadora federal se encuentra en problemas graves por la pelea que prevalece por el control de las cajas de ahorro.

La situación convulsionó más cuando el gobierno estatal intervino para controlar los abusos generados desde los tiempos de los dirigentes extraídos de la aguerrida CNTE, Adelfo Gómez y el actual Gómez Bámaca. Ambos hicieron y deshicieron en el manejo de los recursos.

El decreto que formuló el gobierno de Chiapas al prohibir por decreto la práctica de colocación de créditos a los trabajadores de las dependencias y entidades y que con mayor soltura se hacía en la Sección 7, propició al inicio un gran impacto, pero al final, el trabajador entendió que las trácalas que se hacían, llámese convenio entre el dirigente y las empresas para estafar con créditos y costos fuera de lo “normal”, fue lo mejor que les pudo suceder.

Pedro Gómez Bámaca, por su lado, en el poder desde octubre de 2017, ha sido señalado de manipular y amedrentar a la base trabajadora para que marche y se manifieste cuando así se lo indiquen. Quien no obedezca se le sanciona con el retiro del apoyo para garantizar su plaza, por un lado, o para que continúe, por el otro, dentro de la plantilla laboral.

Tan fuerte es la división que prevalece en el interior del sindicato federal que hay dos grupos o bandos representando las diversas carteras. Por lo menos esta situación se gestó en los últimos dos años, previniendo que ya se iba la dirigencia actual.

Ante ello, la pasividad que ha manejado el SNTE en el relevo se entiende, para el caso de Chiapas, ya que prefiere mantener una fingida calma que desatar los demonios con el lanzamiento de la convocatoria. Serán seis años este 2023 los que Bámaca esté el en poder. El balance en cuanto a desmanes ha sido menor, es cierto.

Sin embargo, su ala derecha, la Normal Mactumactzá, es su brazo ejecutor para continuar presionado a la autoridad estatal y federal en el cumplimiento de sus canonjías.

Además, preocupa la situación si se toma en cuenta que otro grupo férreo y hasta cierto punto peligroso por las acciones que han tomado a lo largo de la historia magisterial, son los maestros y maestras que integran el nivel de Educación Indígena, con sede en San Cristóbal, quienes tienen, incluso, su candidato para la dirigencia de la Sección 7. Lo extraño es que han estado tranquilos y en este comportamiento no es de extrañarse que ya intervino la Sección 7 para aplacar los ánimos y que no se alborote la gallera.

Otro grupo, de ex dirigentes y aspirantes, hace ya un año, en diciembre de 2021, iniciaron una intensa campaña para “sensibilizar” al magisterio que es hora de que se realice el relevo. El ex dirigente de la Sección 7, Víctor Manuel Ancheyta Bringas, convocó a todos los integrantes a un frente amplio con miras el relevo seccional.

Criticó que Pedro Gómez Bámaca haya creado un ambiente de mentiras en donde únicamente ha engañado a los docentes y a la población al argumentar resolutivos que sólo entrampan a los trabajadores y que además conllevan intenciones para favorecerse, por ello la inquietud del cambio seccional.

En el 2021 el SNTE determinó dar una prórroga de tres meses para superar la pandemia y convocar a elecciones, hoy ya ha pasado más de un año y el COVID está controlado. Los maestros, ya lo confirmaron, sólo esperan que pase diciembre y en los primeros días de enero vendrán los reclamos y la exigencia para pelear la tan codiciada silla sindical de la 7. A prepararse para el jaloneo y los disturbios, unos para buscar el ascenso, otros para dejar a un manipulable, a fin de que a su jefe no lo persigan en el futuro.

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