• Spotify
  • Mapa Covid19

Editorial

Morena-PAN, y sus choros de narco partidos sin pruebas

La disputa por el poder no tiene límites y, por tanto, la actuación de los líderes políticos o dirigentes partidistas no tiene la menor intención de aminorar sus ímpetus de estar echando culpas o sindicando delitos que a simple vista parecen inimaginables.

El tan sonoro caso de Genaro García Luna ha sido el tema medular para que el partido en el poder y desde el poder mismo, se haga una bulla pachanguera que ya huele a “no manches, ya chole”. La ciudadanía mexicana está asqueada de la pudrición mental que presumen ciertos personajes.

La política no es esa su función social, no tienen por qué intentar engañar o engatusar la inteligencia de los mexicanos. El discurso debe variar y la prueba a esas inconsistencias la dio el pueblo mexicano que salió a las calles el pasado domingo a manifestarse para que las reglas del juego no busquen someterlas a la intriga, de la confabulación y del choro politiquero.

Pero en ese juego, justo es que los dirigentes de los partidos y cabezas visibles con aspiraciones políticas deben evitar manchar el movimiento. Si bien atrás de la inconformidad están ellos, lo sano es que dejen de presumir públicamente que la marcha en defensa del INE fue su triunfo.

No lo logran entender ni dimensionar que la publicidad gratis a sus intenciones “subliminales” se las da el propio presidente de México al “exhibirlos” en la mañanera. Que los citen desde Palacio de Gobierno como los orquestadores es ya la “cereza en el pastel”, por eso la percepción ciudadana es que se están “quemando” en las primeras de cambio.

De ahí que suene infantil que el tema de García Luna siga siendo la bandera de los morenistas, y más penoso que los partidos opositores se pongan el saco para entablar acusaciones mutuas de si el PAN es un partido narco o si éste responde que el narcotráfico está metido en las entrañas del actual gobierno por la forma en que han ganado las elecciones de los últimos años en las entidades federativas.

Ni una ni otra cosa y quien diga lo contrario que presenten la pruebas a sus dichos y asunto arreglado. Con las acusaciones que se han indilgado los partidos Morena y el PAN, a través de sus dirigentes Mario Delgado y Marko Cortés, sólo nos están dando a conocer que en algún momento de sus episodios electorales y estando en el poder, ha estado inmiscuido la mano negra que envenena la mente de la juventud.

Como dicen en el argot popular, “no me defiendas compadre” pues está claro que el discurso de señalamientos no sólo los exhibe, sino que mandan el mensaje ciudadano de que ambos saben mucho de estas cosas o por lo menos conocen cómo se las gastan sus allegados candidatos y hoy gobernantes partidistas.

Bueno, ni el Partido Revolucionario Institucional en sus peores épocas ha tenido señalamientos directos, por lo menos en los medios de comunicación, de ser un partido que haya estado metido de lleno en estas prácticas de las que se acusan Morena y el PAN.

Ahora bien, en el show mediático no se dan cuenta que les resulta más negativo que provechoso, pues sus querellas quedarán enmarcadas en la historia, engavetadas, ya que ninguna autoridad así sea electoral o penal, podrá sancionar si no hay pruebas de por medio.

No es lo mismo ser exhibidos recibiendo pacas de dinero, en sobres amarillos, en bolsas de papel o amarradas con ligas, que sólo las acusaciones sean de oídas. Aunque, a decir verdad, esto último puede ser una práctica que se retome de los tribunales de los Estados Unidos, luego de que en la sentencia emitida contra García Luna no hubo una sola prueba sino puras acusaciones de que lo “vi, me dijeron, yo estuve ahí”.

Esto último nadie lo está tomando en cuenta y quizás sea lo que tiene pensado la autoridad federal, si es que logra tener un INE a modo. Se imaginan lo inimaginable: el PAN pierde su registro por considerar que se convirtió en una “organización criminal”.  La prueba: la sentencia de la Corte de Nueva York contra Genaro García Luna. Así de sencillo.

No es descabellado que el escenario sea ese a una verborrea nada creíble. Lo dijimos líneas arriba citadas, acusar por acusar no tiene sentido. Lo mismo hizo el PAN al denunciar, para contratacar, que se investigue a Mario Martín Delgado Carrillo por utilizar financiamiento del crimen organizado en sus campañas y las de su partido. En la antesala, puros dichos, pura presunción; en la realidad, no se espante con veredictos alucinógenos.

Ahora bien, ¿se imaginan que de la marcha resurja un líder nacional ciudadano que encabece una agrupación política, que batee a los líderes de siempre y diga “acá estamos, nosotros somos la fuerza del poder”?  Ahí se la dejamos.

Compartir:

Última hora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *