Desechar antecedentes no penales para consagrarse
Con la novedad de que el Senado de la República aprobó unan iniciativa donde las empresas o empleadores no podrán exigir carta de antecedentes no penales para quien busca un empleo. Sin duda, una medida que se le da la bienvenida, porque en la mayoría de los mexicanos que buscan algún trabajo, en ocasiones tienen obstáculos, debido a que presentan algún problema menor con la justicia.
Este trámite engorroso y burocrático dejará de ser obligatorio. La reforma a la Ley Federal del Trabajo es un punto a favor para los legisladores de la Cámara Alta. Si hablamos de Chiapas, este trámite era una odisea debido a que antes había que acudir a los juzgados que ubicaban en Cerro Hueco, donde estaba el penal, lo que hoy es parte del Instituto de Ciencia y Tecnología o también conocido como MUCH.
Por el sólo hecho de llegar a esta zona daba miedo. Hoy en día en el Tribunal Superior de Justicia se hacía el trámite correspondiente, aunque siempre con la duda de que te lo dieran por haber tenido, en el peor de los casos, un conflicto familiar que originó una demanda.
En parte es una decisión que agradará a los millones de mexicanos que andan de acá para allá en busca de un trabajo. Lo que quizás suena contraproducente es que quien la planteó en el Senado de la República es un hombre que ha estado en el ojo del huracán por temas de corrupción por pertenecer a los gobiernos del pasado, pero que, por azares del destino, hoy forma parte de la Cuarta Transformación.
Efectivamente, el presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, Napoleón Gómez Urrutia, fue el que presentó la propuesta. Argumentó que el proyecto está encaminado a impulsar una verdadera oportunidad de reinserción social. Significa ello que quienes no podían alcanzar un empleo eran porque tenían la condición de convictos.
En la sesión, se propuso “modificar la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, Reglamentaria del apartado B) del artículo 123 Constitucional, en el que se detallan los derechos y obligaciones de los trabajadores y de los titulares”.
Los senadores y senadoras de la Cuarta Transformación, incluido el Partido del Trabajo, señalaron que con ello se evitará la discriminación por razones de género, edad, discapacidad, origen étnico, condición social, salud, religión, preferencias sexuales, estado civil o antecedentes penales, para ingresar, permanecer o ascender en los puestos de trabajo.
Lo extraño es que la medida no haya sido pareja, pues se excluye del beneficio de la reforma lo que establece el artículo 27 fracción IV de la Ley Nacional de Ejecución Penal, donde se establece que las instituciones de seguridad pública o privada seguirán solicitando este documento en sus procesos de contratación.
Acaso no es lo mismo un trabajo en una oficina de la una secretaría de Estado, en un órgano autónomo, universidad, que para ser policía. Creemos que la reinserción social también contempla ese derecho para una persona que se “equivocó” en la vida, pero que quiere enderezar el rumbo.
Este detalle deja fuera a miles de hombres y mujeres que podrían verse limitados de este beneficio, debido a que no por ello siguen siendo malas personas, es decir, no por los antecedentes se les prive de demostrar que han cambiado.
Además, si a esas vamos, habría que continuar haciendo una limpia de los cuerpos de seguridad pública, ya que está documentado que hay personas que tienen un grave pasado. Sin embargo, no se trata de ello, pues el mismo Napoleón Gómez Urrutia tiene en su historial decenas de denuncias en su contra.
La extinta Procuraduría General de la República había denunciado que el ex líder minero tiene en su haber algo así como 200 denuncias en distintos estados del país, por pasarse de lanza contra los trabajadores y por apropiarse de recursos que no eran de su propiedad.
El cuestionamiento salta a la vista porque pareciera que el legislador quiere consagrarse como una buena persona que ayuda a quienes tienen o tuvieron problemas con la justicia. Si bien, el tema es diferente, tiene que ver con cuentas pendientes con la justicia, pero por lo que se ve, de este lado no hay nada que decir, pues la “ley los encubre”.
