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Editorial

Urge que la SEP aclare qué procede y qué no en las demandas de maestros en plantón

Inició el paro magisterial que aglutina a los profesores y profesoras dentro de la Sección 7 del SNTE y los que están agrupados en la CNTE, que para el caso es lo mismo. En las últimas dos elecciones de su dirigencia, el poder dentro de la organización sindical lo ha tomado los mentores que se les ha calificado de desestabilizadores por la forma en que han logrado acceder al poder.

Es decir, en su pasado la toma de carreteras, bloqueos, boteos para conseguir recursos, plantones y apoderarse de edificios públicos, por citar ejemplos, fue la constante y el consabido reproche ciudadano, debido a que, en su lucha por obtener mejoras en el sector educativo, atropellaban los derechos de terceros y eso era lo que se vio negativamente hacia este movimiento.

Se entiende que para presionar a la autoridad, en este caso a la Secretaría de Educación Pública (SEP), dependiente del gobierno federal, los aguerridos maestros y maestras seguirán en la tónica de permanecer en plantón y de vez en cuando, realizar la toma de carreteras, así como la caseta de peaje de San Cristóbal-Tuxtla Gutiérrez, la cual se ha convertido en la mejor fuente de ingresos para normalistas, indígenas, organizaciones sociales y demás grupos que se han inconformado porque supuestamente no les cumplen con sus demandas.

Hoy la sociedad chiapaneca espera que haya más comprensión del magisterio en sus procedimientos para presionar y exigir justicia a sus peticiones educativas. Sin embargo, también debemos estar conscientes de que la lucha que acaban de iniciar no será nada fácil pues, así como está el calor, nadie en su sano juicio quisiera estar sufriendo las embestidas de los rayos del sol de más de 40 grados que se concentran en la plancha de concreto del Parque Central y de las calles adyacentes, donde están postrados.

Hoy miles de niños, adolescentes y jóvenes están en casa, jugando con su teléfono, prendidos en la computadora, llenando su memoria de Tik Tok, adentrándose en las páginas virtuales o clavados en la pantalla chica “disfrutando” de programas digitalizados, pero que en resumen nos llevan a la condición de que están perdiendo el tiempo, no utilizando el tiempo en situaciones provechosas.

Hoy, a un mes de que termine el ciclo escolar, los maestros se ubican de “brazos caídos”, en huelga, paro o como se le quiera llamar y en esa estrategia de presionar al gobierno, se utiliza a los estudiantes como el objetivo central para poner en entredicho que la autoridad educativa es la responsable de esta situación debido a que no cumple con lo que promete.

En realidad, tienen razón cuando el sistema educativo se ha podrido desde dentro por situaciones de corrupción que ha arrastrado desde siempre y que hoy no se está exento de ello. Si bien se ha intentado corregir las aberraciones de permitir dobles y hasta triples plazas, los actos ilícitos en los trueques de éstas, del manoseo en la colocación de personal sin perfiles idóneos, sigue siendo el cáncer que está matando las buenas intenciones.

Ejemplos hay cientos como trabajadores administrativos y mentores que han utilizado sus influencias para estar en el lugar equivocado, aunque cobrando buenos sueldos. De eso no se aborda nada en las protestas ni tampoco la Secretaría de Educación hace nada porque no le conviene revolotear el gallinero.

Sin embargo, hoy se vuelve a tener un panorama desolador, triste para la educación. Los maestros en las calles luchando por sus derechos y la autoridad, desde el escritorio, viendo pasar el tiempo, esperando que termine el sexenio para dejarle el problema a la próxima administración.

No se trata de inventar nada, sino de que sea la misma autoridad educativa la que informe la situación real a cada una de las peticiones que han enumerado los mentores de que no se les ha cumplido.

Lo sano es que se hable con la verdad, que se diga qué procede y puede sustentar en números el gobierno federal para atender las demandas, además de que sea claro para reconocer lo que no se puede. Si existiera voluntad y la responsabilidad que ello conlleva, hoy mismo la SEP debería estar informando a nivel nacional, en una conferencia de prensa, cuál es la situación de los puntos que exigen los maestros se les atienda.

El silencio no abona a la solución de las demandas, como tampoco las acciones desestabilizadoras harán que el gobierno cumpla si no está en condiciones de responder positivamente. Justo en esta parte es donde debería haber la madurez para reconocer que sí y que no se puede atender, pero es necesario y de obvia resolución, que se hable ya para que no se siga lastimando a la educación y se afecte la enseñanza-aprendizaje de miles de estudiantes de este querido estado de Chiapas.

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